Capitulo 1. Todo Comenzo

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Cerro los ojos fuertemente, el tiempo parecía ralentizarse.

Justo ahora ese grupo de personas que tanto la molesta, le estaba haciendo una grande frente a todo el mundo.

–Así que perra estúpida, ni siquiera sé cómo pudiste acercarte a mi Rolan– una castaña de físico atractivo la señalaba con una mirada desagradable.

–Y-yo...no... fue e-el quien...– fue abofeteada cruelmente.

–¡¡¡Que te dije de responderme!!! ¡¿Acaso eres Estúpida?!– la castaña le grito en la cara y le escupió.

–Oye Betty... es suficiente– un rubio de físico deportivo sostuvo la mano algo roja de la castaña.

Betty reacciono y miro a los lados, fijándose en el gentío que se había reunido, sonrió nerviosa, luego miro a la otra castaña mirando hacia abajo, heridas en todo su cuerpo, cabello mal cortado y hecho un lio, su ropa totalmente arruinada y sangre en la mayor parte de su cuerpo, tampoco se podía dejar pasar la nueva marca roja en su cara de una mano.

El corazón de Betty tembló '¿me abre pasado? ¿y si esta perra me demanda?' miro a Rolan, este le devolvió la mirada, ella sonrió dándose cuenta del mensaje.

–¡Que est... ooh... no puede ser ¡¿otra vez?! Jovencita Miranda ¿no tiene nada mejor que hacer que causarme problemas?– hablo un hombre alto atlético entre sus cuarentas.

–D-director esto... esto fue... yo no...– Betty balbuceo nerviosa 'Ahora si que estoy jodida'

El hombre la miro con desagrado, se acercó a la chica que temblaba incontrolablemente.

–Ven conmigo– la sostuvo gentilmente.

Ella levanto la cara, su mejilla ya hinchada, el hombre entrecerró los ojos, la furia creciendo en su mirada. No perdió más tiempo y empezó a caminar con ella fuera del aula.

–Espero que tengas preparados a tus padre y unos buenos abogados– susurro cuando paso al lado de Betty, que empezó a sudar frio.

                          ............

–No puedo más...

Ella, esa chica de la que abusaron sin restricciones. Entro a su casa cojeando débilmente.

–Victoria mi amor... esto no puede continuar– su madre frente a la puerta de su habitación.

–Ma... ellos... ell-a ugh...– abrazo a su madre.

–Tranquila, no volverá a pasar, tenemos pruebas suficientes.

–Si... definitivamente no va a continuar... te quiero mami.

–...– su madre la miro sorprendida.

Después de terminar de hablar con su madre, se alejo y entro a su habitación. Abrió su mochila y tiro al suelo, con una cuerda ya en las manos.

–Definitivamente... esto parara– sonrió mientras lagrimas de felicidad corrieron por su cara herida.

Sostuvo la cuerda en el tubo de su armario, un armario grande al que casi no le dio uso. Uso una silla, se subió en ella, acomodo la cuerda en su cuello.

El recuerdo de Rolan acariciándole, diciéndole palabras dulces en su primera vez, paso por su mente, quizás antes, fue un recuerdo feliz, pero ahora no lo era.

–Los maldigo a todos, malditos hijos de perra, a esa zorra de Betty, Camila, Linda y especialmente a Rolan.

No perdió el tiempo y empujo la silla lejos con sus pies.

–Agh... ugh... mmn... ah– rápido se escucharon sus gemidos adoloridos.

Sus manos aruñando su cara accidentalmente, en búsqueda de su cuello.
                      *Toc... toc*

–¡Victoria! Baja a cenar.

–Ag... cough...ghr.

–¿Cariño? ¿Todo está bien?

Bajaba saliva combinada con sangre de las heridas que se estaba haciendo debajo su nariz. Los recuerdos de su vida pasaron rápidamente por su mente, una película de todos los eventos de su vida, sin excepción.

Sus ojos se abrieron mas mientras una sonrisa apareció en su cara ya desfigurada.

'Al fin'

La puerta de la habitación se abrió a la fuerza.

                         ............

–Eh...?

Victoria se levantó abruptamente, una habitación totalmente y una bata de hospital.

–Aah...– intento hablar.

Pero su voz no salió, tampoco pudo abrir adecuadamente la boca.

'¿Vendas?' Toqueteo su rostro '¿Q-que sucedió? ¿No debería estar muerta?'

Luego de unos minutos largos, la puerta de la habitación se abrió suavemente.

–Despertaste– una voz masculina algo grave – ¡Espera! No intentes hablar, podría ser más perjudicial.

'Como si no lo hubiera intentado ya...' entrecerró los ojos disgustada,
Ignorando al extraño.

–Supongo que te estarás preguntando que ocurre– la chica cerró totalmente sus ojos sin darle una mirada –¿No quieres saber porque sigues viva?

Ella lo siguió ignorando 'Este tío no me da buena espina' nunca había sido totalmente confianzuda con los extraños, ademas, la situación no lo ameritaba.

–...– la sonrisa del hombre desapareció totalmente –Maldita sea, odio a las perras insignificantes como tu.

El corazón de Victoria tembló 'Q-que...?' lo miro sorprendida, sus ojos abiertos y sus cejas fruncidas.

–Así que al fin me prestas atención– volvió a sonreír, pero de una forma mezquina –Verás jovencita, sabes, el mundo es muy amplio.

Se acercó a la camilla lentamente, la miraba como a un animalito frágil y débil.

–Y tu? Pues tú tuviste la suerte de chocar con un doctor muy especial.

'Maldita sea' la chica maldijo mentalmente '¿Porque tuve que encontrarme con un puto loco?'

–Estuviste al morir y yo como tú salvador que te traje del otro lado ¿Acaso no podría permitirme hacerte algunos ajustes?– sonrío pasando su dedo por la orilla de la camilla.

'Reiteró lo dicho...Psicópata... ¡¿Porque me tuve que topar con un psicópata?!'

–¿Quieres saber que te hice?– Victoria negó –...– el hombre sonrío perversamente –Sabia que serias una chica interesante, quieres descubrirlo todo por ti misma ¿No?

El hombre palmeo el hombro de la muchacha, ella pudo ver un nombre en su camisa [Dr. Moris P.] el se dio cuenta y la miro sonriendo falsamente.

–¿Curiosa de mi identidad? Cariño, puedo responder cualquier pregunta que me hagas– la joven asistió con ganas –Pero no ahora, tengo cosas de la que ocuparme. Estarás en tratamiento por algunos meses, así que queda mucho tiempo.

'Desde que fui capaz de intentar el suicidio, no me importa mucho lo que me pueda suceder' miro como el doctor se despedía y salía de la habitación.

'Todo ha sido tan aburrido hasta ahora, hare mi papel de sujeto de prueba, quien sabe, puede ocurrir algo interesante... ademas, siempre puedo suicidarme si las cosas llegan a un callejón sin salida' se acomodo en la camilla sin pensar demasiado.

Amar o Morir [Jeff the Killer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora