Capítulo 1

274 4 0
                                    


"Debería cambiarme ese maldito tono de la alarma", pensé para mis adentros al oírla. Y menos mal que me considero una persona de mañanas, porque si no, tener que despertarse antes si quiera de que salga el sol sería un infierno en la tierra. "Último primer día", acabé resoplando tras destaparme y poner los pies en el frío parqué. Y así era, el principio del fin, mi último curso en derecho. Por lo menos este año tenía muy pocas asignaturas y podría centrarme en disfrutar de la vida universitaria que nunca me permití tener, encerrada entre bibliotecas y libros.

Como siempre cada mañana, miré el tiempo que iba a hacer. Sol, temperatura máxima de 32 grados. Cogí un vestido fluido del armario, lila, con el escote cruzado y de manga corta, junto a unas sandalias trenzadas. Ya tenía el bolso preparado desde la noche anterior, con un estuche, mi imprescindible agenda y el portátil. No me había ni sentado a desayunar cuando ya tenía un mensaje de Cristina:

- Buenos días!!!!!!!!!! Me muero de ganas de volver a meterme en la cama!!!!!! *emoji carita de sueño*

No pude evitar reírme, ella siempre tan positiva. Desde segundo de carrera éramos como uña y carne, y eso que en primero casi ni hablamos, pero fue cruzar palabra y congeniar al instante. Mi confidente, mi compañera de locuras (aunque bueno, mis locuras no eran muy locuras) y lo más importante, mi compañera en las interminables tardes de estudio. Este año estaba tan empeñada como yo en disfrutarlo como nunca. Y no era para menos, nuestro último año en la universidad tenía que aprovecharse.

Realmente, yo tampoco sabía muy bien cómo, porque si no solía frecuentar las fiestas no era sólo por mi obligación con el estudio, sino porque apenas me divertían. Sin embargo, este era mi año. Iba a forzarme a disfrutarlas al máximo, a aprovechar para llegar tarde a casa, trasnochar, y, porque no, hacer alguna que otra locura, pero locura de verdad.

Al acabarme mi café y varias galletas con chocolate me lavé los dientes, me despedí de mi madre y mis hermanas pequeñas y salí pitando a por el coche, en 15 minutos tenía que llegar al campus y el tiempo no me sobraba. En 10 minutos estaba entrando al parquin de la universidad y una enorme moto negra se me cruzó en el camino robándome la plaza.

- EHHH!! –Grité desde dentro de mi coche siendo consciente de que no me iba a oír. –Ya te vale campeón.

Enfurruñada di media vuelta y no le di más importancia al capullo roba-aparcamientos. "Este curso no me lo arruina nadie". Meneé la cabeza y forcé una sonrisa. Al menos tuve suerte y encontré otro rápidamente. Cogí el bolso, cerré el coche y caminé a paso ligero hasta la entrada de la universidad.

Todo el campus estaba lleno de gente hablando en grupitos, contentos por volver a verse tras el verano, contándose sus logros de vacaciones. En la zona "VIP", justo en unas mesas de piedra debajo de unos árboles un poco alejados de la entrada, estaban Chloe, Laura, Zack, Alex y... Harry. Y al ver el casco que llevaba debajo del brazo me di cuenta de que era él el de la moto. "Obviamente, quien iba a ser sino" resoplé mentalmente y subí las escaleras de la entrada mientras por un momento echaba la memoria atrás para recordar todo lo que había cambiado mi vida en los últimos cuatro años.

Entré en la universidad siendo muy niña, y también muy estúpida. Harry había sido siempre mi mejor amigo, pero durante el verano antes de empezar la carrera se distanció, sin explicaciones, de la noche a la mañana. Aunque, tonta de mí, lo peor llegó cuando empezaron las clases. No solo dejó de hablarme, sino que pasó olímpicamente de mí y se convirtió en lo que es ahora. El popular que se liga a cualquiera que le apetece y que cree que puede conseguir lo que quiera con su cara bonita. "Mal camino, Harry". Subí las escaleras de la facultad buscando mi nueva clase, la 1.02. Al menos, en derecho éramos más de 150 alumnos por curso y podía pasar desapercibida, sin tener que enfrentarlo. Eso explicaba en parte porque llevábamos 4 años sin dirigirnos la palabra. Honestamente, por culpa de Harry lo pasé muy mal durante todo el primer curso, dudando de mi misma, sintiéndome culpable pensando que se había alejado porque yo me lo había buscado, y que le había hecho algo horrible que desconocía, pero luego conocí a Cristina y todo mejoró. Conforme avanzaron los cursos sentí que dejé de ser esa niña influenciable que se enamoraba rápidamente y sufría por los chicos, novios y amigos, y aunque no hubiese estado con nadie desde el instituto, no me importaba, ya tendría tiempo para eso en el futuro. La universidad era para los amigos y para divertirse (aunque eso tampoco lo hice mucho), al menos durante ese último curso.

Yo ya estaba sentada y con el portátil encendido cuando entró Cristina, tardona como de costumbre.

- Hola Vale!! Menos mal que me has guardado sitio –Musitó en voz baja sentándose a mi lado, sonriente y soltando todas sus bolsas.

- ¿Qué harías sin mí? –La miré divertida y me acerqué a abrazarla.

El profesor de derecho penal entró en clase y justo tras él, el grupito VIP, que se sentó en las primeras filas. Al acabar la clase teníamos varias horas libres así que Cris y yo decidimos ir a la cafetería a tomar algo, y nada más salir de clase Pablo nos alcanzó.

- Chicas!! ¿Cómo estáis? –Paró en seco a nuestro lado, casi sin aliento, por haberse recorrido el pasillo corriendo.

- Bien Pablo, ¡un día más es un día menos! –Le contesté sonriente.

Pablo se había unido a Cris y a mí el año pasado, tras llevarnos genial al coincidir en una asignatura optativa, aunque yo siempre pensé que sentía algo más por mi amiga.

- Me he enterado de que esta noche van a hacer un fiestón en el campus, solo para los de último curso, y no podéis faltar. Valeria, sobre todo va por ti. –Me dijo dándome un codazo.

- Este año Vale no dirá que no a ninguna fiesta –Respondió Cristina antes de que pudiese abrir la boca, a lo que simplemente me encogí de hombros riendo.

- Tiene razón! Al menos hay que intentarlo. ¿A qué hora es? –Sería una noche, y estando con ellos, nada podía salir mal.

- Os recojo yo a las 8. Poneos guapas que nos espera una larga noche!! –Antes de acabar la frase ya estaba montado en su patín y alejándose de nosotras a toda prisa. Era muy buen chico, muy espontáneo y divertido, y sabía que sacaba lo mejor de Cris. La enganché mirándolo sonriente y le di un pequeño codazo para que volviese a la realidad.

- El día que aceptes que te gusta, tiraré fuegos artificiales –Reí mientras ella me estiraba del brazo chisteando.

- No digas tonterías! Mejor vamos a por ese café. –Cris me arrastró hasta la cafetería, donde charlamos del verano, de nuestros planes para el inicio de curso y sobre la fiesta de la noche.

Debía admitir que estaba ligeramente nerviosa, hacía mucho que no iba a ninguna fiesta y no sabía muy bien que esperar, aunque tenía ganas de pasar un buen rato con Pablo y Cristina. Además, tal vez era la oportunidad para que se lanzaran y pasase algo entre ellos... quién sabe.

El resto del día pasó tranquilo, entre clases y conversaciones sentadas en las escaleras de la entrada, divirtiéndonos hablando de nuestras cosas como de costumbre. Para cuando era hora de irnos, mis nervios por la fiesta aumentaron. Realmente una parte de mí deseaba haber respondido con la excusa de siempre "no gracias, es que tengo que estudiar mañana" pero no solo en esa ocasión no me servía porque acabábamos de empezar, sino que además me había prometido a mí misma divertirme durante todo el curso. Tenía que hacerlo y punto, así que lo mejor era ir preparándome, duchándome y eligiendo mi ropa. Como ya me había dicho a mí misma esa misma mañana, "este curso no me lo arruina nadie".

Innegable (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora