Entonces y antes de poder maldecir lo suficiente a Harry, apareció Cristina corriendo.
- ¡Tía! Ya estoy aquí, vamos a buscarlo. Siento haber tardado tanto, pero quería ducharme. –Venía corriendo y con el pelo todavía mojado de la ducha.
- Ya lo he encontrado. Pero no lo tengo yo. –Seguía muy enfadada y Cris lo notó rápido porque hizo una mueca.
- ¿Cómo que no lo tienes tú si lo has encontrado? No te entiendo chica. –Sonrió un poco para calmar mis nervios.
- Lo tiene Harry. Él lo debió encontrar anoche y me ha dicho que no me lo devuelve si no le hago un estúpido favor. –Rechisté y me senté en el banco indicándole que se sentase a mi lado.
- ¿Qué favor? Estoy alucinando ahora mismo. Ya sabía yo que no era buena idea que hablases con él ayer tía. –Musitó apenada.
- Es una tontería, quiere que le acompañe unos días a casa de su madre para entretenerla y poder hacer lo que él quiera. –Tenía mi mirada perdida a lo lejos pero vi de reojo como Cristina sonreía.
- ¿Enserio?
Yo la miré desconcertada. ¿Cómo que "enserio"?
- Tía, a ver, olvidando todo lo que pasó con Harry en su momento, el tío más guapo del curso, y de la carrera entera –enfatizó –te ha pedido que vayas con él a su casa unos días.
- ¿Querrás decir que me ha chantajeado con algo que sabe que es muy importante para mí? Es despreciable. –Me crucé de brazos. No sé qué le parecía tan divertido a Cris porque al parecer al contárselo se relajó totalmente y cambió a una actitud mucho más chinchona.
- Bueno, eso también. –Se rio.
- Pero es dentro de un mes y hasta entonces no me lo devolverá. –Refunfuñé.
- Al menos sabes que tiene intención de hacerlo y que durante ese tiempo estará en un lugar seguro, ¿no?
Ni contesté, solo la miré preguntándole con la mirada "¿Tú crees, Cris, tú crees?". Era obvio que no. Al menos, ahora sólo tenía que pensar si decidía seguir con su chantaje o no. Pero era cosa mía, y tenía tiempo para decidirme. Era el momento para sacarle a Cris otro tema, ya que parecía estar tan receptiva.
- Y tú y Pablo ayer... desaparecisteis mucho rato. –La miré con una sonrisa pícara a lo que ella me empujó y se puso roja como un tomate.
- Sólo me pidió que le acompañara a conocer a unos amigos suyos de economía. ¿Te acuerdas que te dije que mejor te liases con uno de ellos? –Paró un momento, supongo que para recordar en el estado en el que estaba yo la noche anterior y se rio. –Olvídalo, seguro que no te acuerdas.
- ¿Pero te hubiese gustado, eh? –Seguí molestándola. –No entiendo porque no me lo confiesas ya, ¡soy tu amiga! –Le grité haciendo ver que me sentía molesta.
- ¡No tengo que confesarte nada, ya lo sabes! –Ni me miraba a los ojos. Solo tapaba su boca con la mano y plegaba las piernas nerviosa.
Opté por dejar el tema que tanto la incomodaba y solo me reí. Claro que lo sabía. Se notaba a manzanas. Cris era muy atractiva, tenía el pelo muy oscuro, por los hombros, muy liso, y unos preciosos ojos miel. Siempre había sido divertida y creo que por eso congenió tan bien con Pablo, encajaron desde el principio. Aunque eso sí, él y su melena rubia eran mucho más despreocupados que ella.
El resto del fin de semana me lo pasé evitando la conversación del anillo con mi madre. Seguramente si le explicase lo que había pasado esa mañana se enfadaría conmigo. Ella seguía teniendo muy presente lo mal que lo pasé el primer curso, estando sola, y que Harry no estuvo conmigo cuando mi padre murió pese a haber sido siempre mi mejor amigo. Creo que, en parte, ella tampoco se lo había perdonado. No por ella, sino por mí.
El domingo por la noche preparé mi bolso para el día siguiente y también mi ropa. Se notaba que entrábamos en octubre porque la temperatura máxima ya había bajado a 25 grados. Aun así, elegí un peto vaquero con una camiseta blanca de manga corta debajo, y unas deportivas blancas.
"Tengo que cambiar esa alarma. Pero ahora de verdad". Me tapé la cara con el cojín y gruñí contra él. Ese pitido era infernal, así que salté de la cama al otro lado de la habitación a apagarla y me alisté. Ese día las clases estarían más ajetreadas, puesto que ya habíamos hecho las presentaciones de las 3 asignaturas que tenía y empezábamos a dar temario. En realidad, tenía ganas, muchas ganas de acabar el curso y sobretodo, de acabarlo bien. Mis notas hasta entonces habían sido ejemplares, y aunque en cuarto quisiese disfrutar un poco más de la vida, no tenía intención de que empeoraran.
Aparqué donde pude y me encontré con Pablo y Cristina hablando muy animados en la puerta de entrada. Me paré a saludarlos y justo Harry y su grupito entraron hacia dentro. Ni me miró. Pese a su chantaje, iba a seguir ignorándome, y así quería que fuera. No valía la pena tener en mi vida a una persona así. Les seguí con la mirada y Cristina me sacó de mis pensamientos.
- Mejor entramos, ¿no? –Nos cogió a ambos del brazo y nos llevó muy decidida hacia el aula.
La primera clase era de derecho penal y me senté al lado de Cristina mientras Pablo se dirigía a otra clase. Nuestras asignaturas no coincidían del todo pese a estudiar la misma carrera. Nada más empezar, el profesor anunció que íbamos a estar trabajando en parejas para un trabajo que tendríamos que exponer en 3 semanas. Cristina y yo nos miramos cómplices pero el profesor siguió hablando y nos quitó toda la ilusión.
- Yo elegiré las parejas, y no se podrán cambiar. Es importante para el día de mañana que aprendan a tratar con todo el mundo, sean más o menos afines.
Hice una mueca. No me gustaba no tener que hacer el trabajo con Cristina. ¿Y si me toca un alumno que pasa de todo? Resoplé. "Otro trabajo más que tengo que hacer sola no, por favor". El profesor fue diciendo los nombres de las parejas hasta que llegó a mí:
- Valeria Miller, con Harry Styles. Laura López, con Anne Leonari. Amanda Cali con... -En ese momento dejé de escuchar. Definitivamente, no se podía tener menos suerte.
Menos mal que estaba decidida en que ese iba a ser mi año. Sin embargo, no quise darle más importancia y atendí al resto de la clase. Me había pasado alguna otra vez a lo largo de la carrera, pero al hablar con los profesores me acababan cambiando de compañero. Al acabar le dije a Cristina que me esperase fuera y bajé a la mesa del profesor.
- Perdone, no quisiera molestarle. –Le dije sonriendo echándome un mechón de pelo detrás de la oreja. Tenía el pelo más largo de lo que me gustaba y empezaba a molestarme. –Me preguntaba si podía cambiar de compañero para el trabajo.
Me miró serio y negó con la cabeza.
- ¿No ha oído lo que he dicho al principio de clase, señorita? –El hombre tendría alrededor de los 60 años, ya tenía todo el pelo blanco y aunque no se le veía muy mayor, tenía ya sus años.
- Sí, lo sé, pero es que mi compañero... -Me interrumpió antes de que se lo pudiese explicar.
- En la vida, a veces nos topamos con personas con las que no nos apetece toparnos, pero hay que ser profesionales. Eso es lo que espero de ustedes. –Acabó de recoger sus cosas y se fue, sin decir nada más.
Por un momento me quedé parada delante de la mesa, boquiabierta. ¿Enserio? ¿Enserio no sólo tendría que aguantar el chantaje durante una semana entera en octubre, sino que además tendría que aguantar todo esto hasta entonces? Ante la desesperación pensé en hablar con Harry y pedirle directamente que él hablase también con el profesor. Tal vez así lo entendía. Harry no era un mal estudiante, es más, era de los mejores del curso, pero, aun así, yo no quería tener nada que ver con él. Es que me negaba a darle más de mi tiempo, no se lo merecía.
Suspiré y salí a buscar a Cristina, que estaba mirando su móvil sonriente en la puerta de la clase.
- ¿Con quién hablas? –Le dije, aunque no muy entusiasmada.
- Pablo quiere ir luego a la biblioteca. ¿Te vienes? –Negué con la cabeza.
- No me deja cambiar de compañero. –Me encogí de hombros. –Creo que le pediré a Harry que hable con el profesor Fitz.
- Más te vale, porque son 3 semanas de duro trabajo. –Me dijo ella divertida.
Pues sí, más me valía.
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Innegable (Harry Styles)
FanfictionLa vida da muchas vueltas, y en ocasiones, tu mejor amigo puede pasar a ser un desconocido de la noche a la mañana. Sin embargo, a veces, todo acaba volviendo solo a su sitio. Tal vez por culpa de un estúpido anillo, un lazo material, con alguien qu...