diecinueve

499 31 13
                                    

The ultracheese.

alex;

Seguía teniendo sus fotos en la pared. Seguía teniendo todo lo que alguna vez fuimos, lo tenía aquí, en mi departamento. Lo tenía en mi piel y en mi alma.

Pero a veces no es tu momento. Sinceramente sentía que nunca lo había sido para mí.

¿Cuándo iba a ser mi turno?

Aprendí que el tiempo no importa. El para siempre es solo una tonta frase más. Lo que importa perdurará siga existiendo o no. Estará presente en los recuerdos, fotos, letras.

Si realmente quieres algo o a alguien, va a estar en cada rincón en el que mires, aun si no están ahí realmente. Algo que fue parte de uno, no se va nunca. Solo aprendes a vivir con eso. Y lo mejor que podías hacer en estos momentos era tomarlo con calma.

Me miró al espejo, mi barba ahora está larga, mi pelo un poco más claro. Lo dejé crecer, realmente no me importaba cortarlo. Me veía diferente y esa era la idea. Un pensamiento sobre la aprobación de ella paso fugazmente pero lo borré. Pensar mucho me llevaba a pozos que luego me costaba cubrirlos.

Lo divertido, lo loco, ya se había ido. Cuando la hora llega, no podes hacer nada para evitarlo y aferrarte a eso solo hace que sigas lastimando. Era lo que menos quería. La quería ver libre y feliz. Por más que podía sonreír conmigo, por más brillo que aparecía en sus ojos cuando me miraba. Yo no estaba hecho para ella. No la merecía en cierto punto. Mi mente y mis ideas simplemente apuntaban a otra cosa y no a una persona. Lo mismo pasaba con ella.

Cuando quería sentirme cerca de ella, iba al bar. Un poco de nuestro espíritu quedó en los asientos que ocupabamos de cada bar todas las noches.

Era un jueves por la noche y decidí que iba a ser la última vez, al menos por otro largo tiempo.

nada es para siempre, incluso un no. pero tenía que actuar acorde a las circunstancias. No más lagrimas. no más cambios de direcciones.

Entró por la puerta del bar como la última vez que lo recordé. Su pelo estaba más largo. Ahora tenia otro corte, que iba mucho más con su cara. Ahora los dos éramos unos serios adultos. O eso parecíamos.

- Felicidades. - La oí decir mientras se acercaba a mi para saludarme con un beso en la mejilla. - Es mejor de lo que imaginé.

Tranquility base hotel and casino había sido publicado tiempl después de que nos hayamos distanciado. Ella me acompañó e inspiró todo el proceso pero el resultado final nunca lo había escuchado. Ni tampoco la última canción, que hablaba sobre ella.

- Gracias Ara, lo aprecio mucho. -Logré entonar mis palabras, mi pecho explotaba de emociones, como la primera vez pero empezaba a controlarme. Sentí una pesadez al estar ahí con ella hablando, fingiendo o al menos intentando ser algo que no éramos y nunca lo seríamos. Amigos. Era todo o nada. Y ella lo sabía. Pero el tiempo pasa, la vida sigue y no podíamos quedarnos atados a una locura por más que querríamos. Ella necesitaba crecer y yo estaba en eso.

Esa última noche nos permitimos ser más que amigos para luego no serlo nunca más. Para pasar ser desconocidos que se pensaban mutuamente cada miles de años. Bebimos y hablamos como si fuera la última vez, con la pequeña excepción de que esta vez lo era. La amargura de saber eso no se iba pero era lo correcto.

Me habló de sus proyectos. Iba a dirigir una película. La protagonista se iba a llamar Arabella. Estaba fascinado.

- Me gustaría usar la canción para una escena. - Tomé lo que quedaba de mi quinto trago y le sonreí. Claramente acepté y comencé a sacarle información de su proyecto. Ella lo definía como algo pequeño pero estaba seguro que iba a ser más grande de lo que podía llegar a imaginar. Yo creía en ella. Siempre lo hice.

Siempre íbamos a compartir las grandes ideas. Siempre nos íbamos a poder llamar para contarlas, ella siempre estaría del otro lado. Yo siempre podría darle una mano. No importa donde, ni cuando. Cuando intentabamos más que nunca que todo salga perfecto era cuando más la cagabamos, a veces no forzar las cosas era lo mejor. Querer arreglarnos enteros en cuestión de días había sido un error. Pero todavía recuerdo la esperanza que conservabamos a pesar de que siempre nos hundiamos más.

Me despedí de ella una vez ya de día. No contaré detalles porque todo se volvería muy tierno. Pero pasar toda esa noche con ella, luego de tanto tiempo, me dió pie a crear cosas nuevas. Ella era mi mayor inspiración desde que la había conocido.

Era tiempo de pagar la cuenta por todo lo vivido, Era muy tarde para decir Buenas Noches pero buen momento para decirle adiós.

La miré por ultima vez irse en su auto, ella rió y finalmente todo hizo un sentido perfecto.

Fin.

En cuarentena con Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora