CAPÍTULO IV "La pareja perfecta"

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Lasvegas, Nevada.

NOA.

Mi alarma sonó estruendosa, haciendo que me sobresaltara.

Abrí los ojos asustada. Luego me di cuenta que solo era mi alarma. Lancé un bufido y Alcé mis brazos para estirarme y despertarme por completo.

Puse los pies en el suelo tibio gracias a la alfombra que abarcaba toda mi habitación, metí mis pies en mis pantuflas de conejitos rosas.

Me dirigí al baño. Y abrí la llave de la regadera, dejando correr el agua. Rápidamente me desvestí y me adentré a la bañera, dejando que el agua semi tibia cayera sobre mi piel mañanera.

Unos minutos después, salí de la bañera colocando mi albornoz color blanco con una banda dorada para amarrarlo a mí, y enrolle una toalla blanca a mi cabellera recién mojada.

Encendí mi secadora, y quité la toalla de mi cabellera, para poder secarla.

Cuando terminé de secar mi cabello, pasé una pequeña toalla por mi cara y saqué mi botiquín de maquillaje.

Coloqué un poco de base a tono, y me delinee un poco, y para finalizar un brillo labial rosa pastel.

Y de ahí me fui a mi difícil decisión “Mi atuendo”. Me acerqué a mi gran armario, que podría ser del tamaño de una habitación promedio.

Husmee por toda mi ropa, hasta por fin elegir una falda rosa, del color exacto de mi brillo labial, y para mi prenda superior, elegí una blusa blanca de un encaje de flores hermosas.

Y para finalizar me dediqué a mi peinado;

En estos casos amaba mi cabello. Solo lo cepillaba una vez y quedaba bien (eso pienso yo).

Cuando terminé de arreblarme  bajé al piso inferior.

Mi madre estaba sentada leyendo una revista en el mueble de la sala de visitas.

—Hola hija.- Alzó su vista.

—Hola.- Saludé —Adiós.- Dije dirigiéndome a la puerta.

Saqué las llaves de mi auto. Me metí y lo encendí.

Me dirigí a la escuela, por fin estábamos en los últimos días de clase.
Al llegar me topé a mi mejor amiga, Rachael.

—Hola.- Dijo sonriéndome—¿No estás nerviosa?- Me preguntó.

—¿Nerviosa?- Pregunte sin entender.

Asintió.

—¿Por qué?- Pregunté.

—Por la respuesta de la universidad, las darán mañana a primera hora.- Dijo mientras nos
dirigíamos a los casilleros— Espero quedar en la misma universidad que tu.- dijo emocionada.

—Sí, eso espero.- Dije entre suspiros. Puede que Rachael sea mi mejor amiga, pero a veces puede llegar a ser un tanto irritante.

—Cambiando de tema.- hizo una pausa para abrir su casillero—¿No
Estás emocionada por el fin de curso? ¿Irás al baile de graduación?

Reí.
—Claro que no iré, esas son niñerías.- Dije cerrando mi casillero.

—¿Entonces qué harás?- Arqueó una ceja— No creo que Noa Morgan se quede en su casa el día de su graduación.

—Que inteligente al decir que no me quedaré en mi casa ese día.- Dije sonriendo.

—¿Entonces qué harás?, Dime.- Dijo implorando.

—Te corrijo. “Que haremos”.- Caminamos hacia el comedor.

—¿Enserio? ¿Yo también?- Dijo emocionada.

—Claro, no sería lo mismo sin mi mejor amiga.- Le di una palmadita en el hombro.

-—Pero qué es lo que haremos?- Pregunto impacientándose.

—Será una divertida velada en el mejor casino de Nevada- Dije haciendo un baile con mis cejas.

—¿Un casino?- Pregunto sorprendida —Pero aún no tenemos la edad suficiente.

—Por eso no te preocupes, tengo contactos.- Dije moviendo mis manos.

—Espero que esos “Contactos”, no nos metan en problemas esta vez.- Dijo entre balbuceos.

—Tranquila tengo todo bajo control.- Sonreí, muchos pensarían que una mirada vengativa. No lo era solo era una mirada “Pensativa” con planes algo traviesos— Te aseguro que el sábado la pasaremos de maravilla.

—Eso espero.- Dijo entre suspiros.

Estábamos en el pasillo. Hoy ya había recibido 5 invitaciones a la fiesta de graduación, obvio todas las rechacé.

Cada vez que un chico se me acercaba, Shelly Dickney me fulminaba con su mirada siniestra. Sus ojos cafés obscuros me atemorizaban, pero sé que todos me ven superior a ella. Eso hace que no pueda verme débil a lado de ella.

[...]

Por fin terminaron las clases. Me fui directo al patio junto a Rachael.

De lejos logré ver a Kyle. Mi novio. Estaba recargado en su auto.
Donde sea podría distinguirlo, su tez bronceada y sus ojos grises aceitunados, todo de él hacía que todo de mi lo extrañara cada momento que no estábamos juntos.

Rachael también notó que estaba allí.
Me dio un leve codazo en el brazo.
—Creo que te buscan.- Dijo señalándolo con su delgado mentón.

—Sí ya lo noté.- Dije risueña.

—Te sonrojaste.- Me dijo Rachael cariñosamente.

Toqué mis mejillas. Apreté mis labios para no reírme, no sé ni por qué me quería reír.

—Mejor ves, no lo hagas esperar.- Me aconsejo.

Fui hacia donde estaba Kyle a pequeños pasos, agaché un poco mi cabeza, la Alcé lentamente, y me encontré con sus ojos grises y su sonrisa coqueta de lado.

—Hola.- Dije aún sonrojada.

—Amo esas mejillas rojizas.- Dijo guiñándome el ojo y llevándose sus mano hacías mis mejillas para acariciarlas con sus suaves pulgares.

Reí risueña.

Estaba totalmente enamorada de Kyle. El es tan tierno. Que si alguien lo viera no se lo podría
imaginar.
Ya que su aspecto era de chico engreído, pero él no es así.

El nunca me trataba indiferente, ni yo a él. Ante los ojos de muchos éramos “La pareja Perfecta”.

CRIMINAL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora