Capítulo 5

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-Dale, Kendall, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen.-instistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.

-Bueno, eh... sí y no-farfullé

-¿Sí y no? ¿Cómo es eso?

-Conocí a alguien que, a ver como decirlo, me "deslumbró"; pero...

-¿Pero qué?

-Pero , no puedo decir que sea ese "alguien especial".-hice comillas con mis dedos.

-¿Por qué no?

-No creo en el amor a primera vista, Shar, lo sabés.-sacudí la mano, como restándole importancia al asunto.

-Sí; ¿pero sabés? Con Gonzalo fue amor a primera vista-sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo, yo solo la escuchaba sin importancia, no era un tema que realmente me interesara-¿Dónde lo conociste?-preguntó de repente.

-Em...en...-vacilé, mientras buscaba algún lugar ideal- en el avión.

-¿Se sentó al lado tuyo?-la curiosidad de Sharon parecía nunca terminar.

-Mm...-recordé entonces cuando Gonzalo se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí- algo así.

-¿Querés contarme?

-No en realidad, no tiene mucha importancia, Sharon. Era sólo un chico lindo, cuántos más no hay acá.

Y era cierto, porque para empezar, Gonzalo sólo era una cara bonita entre muchos rostros en todo Múnich y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico sólo por no tener el valor de decirle a Sharon que su novio me parecía lo mas lindo desde que había llegado a Venecia.

Pero eso en mí no era normal.

-Estoy muy cansada, Sharon. Decíme ¿dónde está mi cama?

-Habitación.-corrigió ella y luego sonrió- Justo allá.-señaló hacia la derecha, apuntado una puerta de madera blanca.

-Gracias. Mañana nos vamos a divertir como en los viejos tiempos, espero no estar tan cansada.

-Que duermas bien, Kendall. ¡Wow! No puedo creer que estés acá.-lo último pareció que se lo dijo a ella misma- ¡Te quiero!

-Yo también, buenas noches.

Arrastré las valijas hasta el cuarto que sería mi habitación y luego me interné en él. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño. Ideal para mí. la cama estaba al otro extremo de la puerta, contra la esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio al lado derecho y un armario en frente de la cama y del escritorio. Saqué de la valija más chica, el estuche donde traía mi cámara, y stomé una foto de la habitación. Aventé luego las valijas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y la coloqué sobre el escritorio, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora.

Me acosté sobre la cama y coloqué las manos bajo mi cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan lindo, pero, no me pertenecía. Pero, ¿por qué había pensado en él? En la idea de que Sharon y Gonzalo no se conocían lo suficiente como para decirse "Te amo"; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia. Volví a reír. Que patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Sharon no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastroza como la primera. Ahí figuraba mi miedo.

O eso creía yo.

[Foto Multimedia: Kendall y Sharon platicando]

Bueno quería preguntarles si les gusta esta novela, necesito saber si la sigo o solamente estoy perdiendo el tiempo. Igual gracias a las que leen
xx Ali.

Manual de lo Prohibido || Gonzalo HiguainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora