El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me perló la mayor parte de cara de un sudor frío y que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me paré. El horrible accidente que mis papás habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños. Miré el reloj, aún con los nervios de punta. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspiré y me levanté de la cama, había dormido con la misma ropa con la que había llegado, así que me dí una rápida ducha y luego me cambié.
Salí a la cocina, Sharon aún no se despertaba, así que me dió tiempo a prepararle el desayuno. Cociné un par de huevos fritos y unas salchichas con un pedazo de tocino, luego preparé un jugo de naranja. Sharon estaba en Italia, pero a diferencia de mí era americana. La había conocido cuando éramos chicas, porque sus padres viajaban todo el tiempo.
-Mmm, ¿Qué es ese olor tan rico?-salió de su habitación directo hacia la cocina y luego me sonrió.
-Quise prepararte el desayuno.-le puse el plato en el mostrador de la cocina.
-Por eso sos mi mejor amiga,-exclamó- es maravilloso tenerte acá.
Ambas reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que había salido del sartén.
-¿Qué planes tenés para hoy?-me preguntó.
-Pensé que vos ibas a hacer mi agenda de este día.-dije confundida.
La grande sonrisa de la que ella era dueña se expandió por su rostro.
-Sólo me quise asegurar de que no te hayas olvidado.-rió de nuevo- Te voy a llevas a los mejores negocios de ropa de hayas visto.-la emoción saltó a sus ojos.
-Genial.-musité
Ropa. Nunca fui una adicta a la moda o algo por el estilo, por lo tanto nunca me emocionaba tanto ir de tienda en tienda hasta encontrar el atuendo perfecto; pero a Sharon siempre le había gustado y tiene un excelente gusto en ropa. cada vez que íbamos a algun tienda, era ella la que terminaba con más de cinco bolsas en la mano.
Hacía frío, un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Múnich mientras que mi mejor amiga y yo caminábamos por sus calles.
-¿Cómo pasó lo de Nicolás? Eso jamás lo supe.-me dijo y la miré extrañada- Quiero decir, que nunca supe cómo lo olvidaste.
-Bueno, simplemente decidí superarlo. -me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un hermoso saco marrón.
El reflejo de Sharon se dibujo a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mí como una ola de mar.
-Decime, Sharon ¿cómo conociste a Gonzalo?-musité sin mirar el rostro de ella fingiendo que observaba detenidamente el saco del aparador, nerviosa.
Algo definitivamente raro.
-En un café, un día lluvioso.-suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces la miré- Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!-suspiró- Me contó que era francés, pero estaba nacionalizado argentino y que estaba en Venecia por vacaciones, ya que el era jugador en SSC Napoli. Pero que también estaba acá por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado, sin embargo hasta hoy no me ha dicho qué fue lo que pasó...-se perdió pero luego volvió a retomar el curso animoso- Luego de reírnos un rato, me pidió mi número de teléfono y en la noche del mismo día me llamó.-sonrió- Sólo quería desearme buenas noches.-suspiró teatralmente.
-Parece...como un cuento.-sonreí.
-Y así es como lo siento.-sonrió también- ¡Dios! ¡Estoy tan felíz!-me abrazó completamente llena de emoción; cosa que siempre hacía cuando estaba así.
-¿Cuántos años tiene?-pregunté retirándome de su abrazo.
-Veintiseis.
-No hay mucha diferencia, vos tenés veintres.-dije aliviada.
-¿Sabés que nos dicen?-inquirió, animada.
-¿Qué?
-Que somos la pareja perfecta. Que los dos estamos hechos a la medida. Que nacimos para estar juntos.-suspiró.
Estaba feliz, pero algo dentro, muy dentro de mí, se removía incómodo y desesperado. Como una fierecilla enjaulada en lo más oscuro de una habitación, muy lejos de la salida; pero sin embargo, deseosa de salir.
-Me alegró mucho por tí.
-¡Ya sé! Podríamos salir todos alguna vez, así te presento.-comentó
-¿Todos?...
ESTÁS LEYENDO
Manual de lo Prohibido || Gonzalo Higuain
Storie d'amoreNadie elige de quien enamorarse. No era su intención herirla de esa manera, de lastimarla en donde más le duele. Dicen que son el uno para el otro, que ambos nacieron para estar juntos...pero el destino no siempre esta de acuerdo.