†Acto 32†

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»Acto 32: Cambios.

El infierno estaba en silencio, debido al acontecimiento desde hace ya 3 dias, nadie ha querido salir ni encarar a los reyes del pentagrama en esos momentos, todo parecía desolado, muy callado, algo que agradaba al demonio rojo, pero lo que no estaba en silencio era la mansión Magne, hogar de los antiguos monarcas infernales, debido a las platicas de los adultos y los juegos y risas de los niños.

—tus hijos son hermosos Charlie, heredaron toda tu belleza, son muy iguales a ti. -decía Lucifer tomando una taza de café mirando a su hija-

—ejem -Alastor se aclaro la garganta- por si no lo ha notado suegrito...ambos niños nacieron con mis orejas y cola de ciervo -dijo lo mas obvio del infierno-

—¿huh? Si, pero a ellos les queda mejor -dijo sonriendo-

—maldito hijo de...

—¡mejor hablemos de otra cosa! -dijo Charlie tratando de calmar el ambiente-

—si, sera lo mejor -dijo esta vez Lilith, sentada a un lado de Lucifer empezó a sacar platica a su hija y a su yerno- ¿y como estan los niños después de todo lo sucedido?

—estan bien, la verdad es que- -fue interrumpida por su padre que se levantó de golpe y a tropezones fue donde los niños y los agarro suavemente de las mejillas para verlos- ¿papá?

—Charlotte...¿que les pasó? -seguía mirando a ambos infantes-

—¿que tienen? -los padres de los niños se levantaron algo asustados-

—¡¿que le pasó a las hermosas puntas de mi lindo Alexander!? -lo levantó para mostrarlo a su hija-

—¿que tiene? -estaba confundida-

—¡no te hagas la que no sabes! -de su traje blanco saco un álbum de fotos y se lo mostró a Charlie- ¿si ves? El tenía las puntas de sus orejitas y cabello de color rubio y ahora -lo miró- se estan volviendo negras...¡al igual que mi niña! ¡Sus lindas puntas rojas están desapareciendo!

—Wonka, calmese, calmese, es natural. -dijo esta vez el demonio rojo-

—¡¿como que es natural!? ¡¿Que les hiciste!?

—nada, no les hice nada, de hecho ya esta creciendo y ¿como decirlo...? Sus manchas de bebés están desapareciendo, en este caso las puntas rojas de mi hija eran esas, y las puntas rubias de mi hijo eran aquellas manchas.

—con la pendejada que me saliste...-Lucifer se dio un golpe en la cara-

La interferencia hizo presencia al escuchar esas palabras por parte de su suegro, lo estaba ofendiendo por ser un demonio ciervo.

—digo lo que son, están dejando de ser crías...-su sonrisa estaba retorcida-

—pruebalo, Rodolfo...-dijo de nuevo en rubio-

—vuelveme a llamar con nombres de ciervos de caricaturas y te juro que no te salvarás esta vez, pitufo.

Los niños se asustaron al ya sentir la tensión entre ambos adultos y se fueron a esconder en el largo cabello rubio de su abuela Lilith.

—por si no lo recuerdas, yo te gané en el cumpleaños número 80 de mi hija, y quedaste en el piso como una piel de oso inservible, y puedo volverlo a hacer si quiero -choco su frente con la de su yerno mientras se lanzaban miradas de odio-

—argh, miren para que ya no este así, que tal si los niños se convierten en ciervos para comprobarlo -dijo la antigua monarca del infierno ya cansada de ver a esos dos peleandose-  pequeños, ¿podrían hacernos ese favor?

—abuela, no sabemos como transformarnos...-dejo Alegre mirándola-

—papi no nos ha enseñado. -el pequeño Alexander también habló-

—Alastor, ¿podrías enseñarles? -Charlie se acercó donde su esposo para alejarlo de su padre-

—de acuerdo, solo así este gnomo dejará de llamarme por nombres raros.. -miró mal a Lucifer-

Alastor fue donde los niños para llevarlos al centro de la salón de aquella mansión, iba a dejarle con la boca abierta a Lucifer.

—bien niños, no les diré nada de como hacerlo, haganlo ustedes mismos, los veo.

Los niños soltaron un suspiro de frustración y intentaron hacerlo por su cuenta, Alastor sacó plática a su esposa y a su suegra para distraerse, era aburrido, hasta que:

—¡que lindos! -dijeron ambas mujeres y Lucifer para dirigirse hacia ahora donde los pequeños cervatillos se encontraban sentados y algo aturdidos.

Alegre se había transformado en una cervatilla de color crema con la pancita blanca y con unas pocas manchas rojas, Alexander al contrario, era un ciervo rojo, con mejillas rosadas, con la pancita de color rojizo oscuro y una linea oscura en su espalda partiendo por su nariz además contaba con pocas manchas negras, ambos tenia uns lindas colitad esponjosas, eran un encanto.

—son lo más hermoso que he visto en mi miserable vida -dijo el rubio de mejillas rosadas para cargar a el ciervo rojizo y darle mimos- eres una lindura, eres una lindura, mi lindo nieto, se nota que serás más guapo que tu tonto padre, eso ya está decidido, si -frotaba su mejilla contra la peluda cabeza de su pequeño cervatillo-

—Ella también es preciosa -Charlie se acercó donde su hija pero Lucifer le palmeo la mano- ¡hey!

—ellos son míos, así que no me los quites -estaba sentado en el suelo con ambos cervatillos en sus brazos-

—papá, esta vez exageraste...-su padre le dio la espalda- ugh...¡padre, mira! -chasqueo los dedos transformando a su esposo en un ciervo, era idéntico a Alexander, solo sin mancjss y con una gran cornamenata, lo tomo por sorpresa que miró mal a la rubia- ¡este también es lindo! -agarró la cabeza del ciervo adulto que tenía en ese momento y la acercó donde ella para que Lucifer lo mirara-

—esa chingadera yo no la quiero, es lo mismo, pero mas barato -Aseguro acariciando a los cervatillos-

El ciervo mayor emitió un gruñido haciendo que los menores lo regresen a ver, y al hacerlo sus ojos brillaron cual estrellas para separarse de su abuelo y correr donde su madre para frotar sus cabezas en las piernas de este, dando a entender que lo prefieren más a el en esos momentos, sacándole una sonrisa burlona a su padre y una mirada asesina de su abuelo, algo que a las bellas demonios rubias les daba algo de gracia.

Fin del acto.

"La Promesa Book 2" [Charlie x Alastor] [CHARLASTOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora