Capítulo 1

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Era una noche de 24 de diciembre en la ciudad de Titirilquen, dentro del estudio estaban todos los empleados colocando todos los adornos para mañana, pues mañana transmitirían una edición especial en el noticiero por la navidad, además de tener una gran cena entre todos los funcionarios, Juanín estaba organizando todo y que nada saliera mal, Juan Carlos Bodoque preparaba los platos, Patana colocaba las luces, Mario Hugo colocaba los muérdagos y preparaba un regalo especial para ya saben quien, Policarpo seleccionaba las canciones y villancicos, y así sucesivamente, báscamente todos tenían trabajo que hacer en especial el conductor del programa, Tulio Triviño.

— cableen esos cables, amarren esas amarras que todo tiene que estar listo para mañana -ordenaba el peliblanco, varios de los tramoyas arreglaban los reflectores, aunque uno quedó algo flojo-

— tranquilo Juanín, todavía falta mucho para mañana -comentó el conejo rojo acercandose al mencionado-

— lo sé Juan Carlos, pero esto de la edición especial que trasnimitiremos mañana me tiene preocupado

— todos estamos poniendo de nuestro empeño, sé que mañana será un gran día -comentó Mario mientras seguía colocando más muérdagos-

— si, nuestro programa siempre sale a flote de los problemas -dijo Juan Carlos para luego irse a seguir con su trabajo-

El albino suspira y sigue vigilando que todo esté bien, bueno, en parte sus amigos tenían razón, el programa siempre sale a flote después de los problemas, aunque en estos momentos, no pasaba nada malo, asi que todo saldría de maravilla.

— ¡oh! ¡top top top top top top top top top top top top top! -gritaba mientras se dirigía rápidamente hacia sus compañeros-

— Policarpo, ¡¿qué te pasa?! -dijo dejando los platos a un lado y acercandose al mencionado para hacerle "pat pat" en la espalda-

— ¡me pasa cada vez que ocurre un problema en el estudio!

— ¿y eso significa?...-comentó Juanín mostrandose preocupado-

— ¡que Tulio no participará en la edición de mañana!

— ¡¿QUE?! -gritaron todos los funcionarios al unísono-

— cuando le pregunté si ya estaba preparado para la edición, me dijo que no quería participar, le pregunté por qué, ¡y luego me sacó de su camerino!

— esto es grave, ¡muy muy grave! -el productor empezó a dar vueltas en círculos- Tulio no puede renunciar a su participación, es el conductor del programa

— y el único que tenemos -comentó un tramoya-

— a ver, calmémonos, iremos a ver al papanatas y le convenceremos que participe en la edición -aseguró el periodista estrella y caminó mientras los demás le seguían-

Poco después llegan al camerino de Tulio y Juan Carlos toca la puerta con fuerza.

— Tulio, Amigo, ¿cómo es eso de que no participarás en la edición de mañana?

— ¡lárgense! ¡La edición se cancela! -gritó desde el camerino haciendo que todos se sorprendieran-

— ¡no puedes cancelarla! El señor Manguera nos ordenó hacer esta edición, y aunque no nos guste, tenemos que participar todos

— pues entonces no participaremos todos, ¡porque yo estoy fuera!

— pero tío Tulio, si renuncias, todos estaremos en problemas y es posible que nos despidan -contestó Patana-

— tú no te metas Patanita, que eres muy chiquitita para esta conversación

— oye Tulio, no seas grosero con tu sobrina -contestó esta vez serio- mira, ¿por qué estás tan molesto y no quieres participar?

En eso se escucha la puerta abrirse, mostrandose al conductor molesto y caminando hacia las luces.

— ¡odio estas luces brillantes y molestas! -dijo arrancando varias de esas luces-

— ¡tío! ¡Me costó mucho colgarlas!

— ¡odio estos muérdagos! -dijo quitando los muerdagos y tirandolos al suelo- odio

— ¡hey! ¡Me costó mucho colocarlos! -exclamó el chihuahua-

— T-Tulio, por favor cálmate, aquí traigo una bandeja de galletas -comentó Juanín mientras mostraba una bandeja con galletas, pero el conductor voltea la bandeja haciendo que las galletas fueran hacia su cara-

— ¡no me gustan tus galletas, ¡sobre todo, los odio a ustedes, empleados incompetentes! ¡Siempre causan algún mal en el estudio, ya no quiero participar en el canal! ¡Sobre todo odio la navidad!

— ¡Tulio! ¡Te estás pasando de la raya! -gritó Juan Carlos esta vez enojado- ¡con eso el viejo pascuero no te dará ningún regalo!

— ¡lo dice el que perdió los regalos en la navidad pasada! -contestó haciendo que el conejo gruñera de furia- ya lo dije, la edición de mañana se cancela y ¡punto! -dijo para luego entrar en su camerino y cerrar la puerta con fuerza-

— owww...-dijeron para luego irse del lugar con la mirada baja-

— Juan Carlos, ¿qué vamos a hacer? -comentó mientras se quitaba las galletas de la cara- ...¿esta vez el programa no saldrá a flote?...

—suspira— creo que esta vez no...sin el idiota, entonces la edición se cancela, y si es cierto que Tulio ya no participe en más ediciones, entonces...el programa caerá...

— oh...-baja la mirada- entonces esta será la última navidad que tendrá el estudio...

— si...lamentablemente... -dijo para luego empezar a caminar con el albino-

Poco después, Tulio seguía en el camerino, mirandose al espejo mientras murmuraba.

— ¡bah! Creen que iré a dar la edición especial, pues no esta vez, ya estoy harto de los problemas -aseguró cruzandose los brazos-...

Todo estaba en silencio, haciendo extrañar al conductor, entonces abrió la puerta de su camerino y caminó hacia el lugar de transmisión, viendo que solo estaban los adornos, pero ninguno de los funcionarios, todos se habían ido, miró su reloj bañado en súper oro y descubrió que ya eran las 12 de la noche, ya era navidad.

— mm...vaya, de verdad se fueron todos -comentó algo extrañado y sorprendido-

En eso, uno de los reflectores que había quedado flojo, se suelta y cae justo encima de Tulio haciendolo quedar inconsciente.

¿qué pasará después?

Fin del capítulo

Los Fantasmas de Tulio •31 minutos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora