La piedra filosofal.

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Los exámenes finales habían llegado, algunos eran teóricos otros de práctica, sabía que le había ido bien en los teóricos tal vez no tan bien en las prácticas pero no se preocupaba en reprobar, por lo menos no como Goyle.

Dalia caminaba por uno de los pasillos para llegar al gran comedor y cenar, el trío de oro junto con Cody se dirigía con rapidez hacia ella.

–¡Dalia!, te necesitamos –Dijo Harry frente a ella.

–¿Que? ¿Para que? –preguntó mirando a los tres chicos.

–esta noche, iremos por la piedra filosofal antes que el profesor Snape lo haga –Susurro Hermione

–¿Que? ¿Por...?

–Por Merlín, ¿Nos vas a acompañar? –Preguntó Potter se notaba molesto

–C-claro, ¿donde y cuando?

–Iremos a las mazmorras a media noche, esperanos en las escaleras

–Bien –Ellos se fueron por caminos contrarios, debía prepararse para buscar la piedra, Dalia después de cenar se quedó en su cuarto leyendo y buscando algunos hechizos de defensa, no sabía con lo que se iba encontrar, además jamás pensó que estaría involucrada en algo así, si la atrapaban era su expulsión de inmediata.

La medianoche llegó y con sigilo salió de la sala, de inmediato la jalaron bajo el manto de invisibilidad, sin decir nada caminaron hasta la escalera del tercer piso. Peeves estaba aflojando la alfombra para que la gente tropezara.

–¿Quien anda por ahí? –Los cinco chicos mantuvieron la respiración y subía tratando de que no los percatase– sé que están aquí, aún que no pueda verlos ¿espiritús, fantasmas o estudiantitos detestables? –se elevó en el aire y floto mirandolos de reojo– debo llamar a Filch, si, algo anda por allí y es invisible.

A Harry le llegó una gran idea.

–Peeves –Dijo en un ronco susurro– el barón sanguinario tiene sus propias razones para ser invisible

Peeves casi cae al piso por el shock, se sostuvo a tiempo y bajo el rostro.

–Lo siento mucho, su sangrienta señorita –Dijo meloso–fue mi culpa de, mi equivocación...no lo vi... por supuesto que no...es invisible, perdone al viejo Peeves por su broma, señor

–Tengo asuntos aquí, Peeves –grupo harry–mantente lejos de este lugar por esta noche

–Lo haré señor, desde luego lo haré –Le aseguró y se elevó en el aire– espero que sus asuntos salgan bien, Barón. No lo molestare

Y desapareció

–eres brillante, Harry –susurro Cody y seguimos camino hasta una de las puertas.

Burlaron al perro de tres cabezas y pasaron por el lazo del diablo gracias a Hermione, hasta llegar a aquella habitación llenas de aves.

–¿Nos atacaran si cruzamos la habitación? –preguntó Ron

–Es probable –contestó Harry–No parecen muy malos, pero supongo que se lanzan todos juntos...no hay alternativa, voy a correr

El chico esperaba sentir picos agudos y garras desgarrando su cuerpo, pero no sucedió, alcanzó la puerta sin que lo tocarán. Movió la manija, pero estaba cerrada con llave.

El resto imitaron a Harry. Empujaron, patearon y tiraron la puerta pero la puerta no se abría, ni siquiera con el Alohomora de Hermione.

–¿Ahora que hacemos? –Preguntó Cody

–Esos pájaros no pueden estar aquí solo para decorar –Dijo Hermione

–¡No son pájaros! –Anuncio de pronto Harry–¡Son llaves¡ llaves aladas. Eso debe significar...–Miró la cámara mientras que los otros se fijaban en las llaves– Miren ahí, ¡escobas! ¡Tenemos que atrapar la llave de la puerta!

–Pero, ¡son cientas! –exclamo Dalia

–Tenemos que tomar una grande, antigua, probablemente de plata como la manija –Dijo Ron examinando la cerradura.

Cada uno tomó una escoba y se elevaron entre las llaves, trataba de atrapar alguna pero era casi imposible ya que se movían tan rápido que era casi imposible, Harry miraba por todos lados hasta encontrar una llave de plata, con una ala torcida, como si ya la hubieran atrapado y puesto con brusquedad en la manija.

Crearon un plan cuando Harry pudo atraparla, entraron a la siguiente habitación, la luz los dejó ver una gran tablero de ajedrez, todas las piezas eran gigantes, las negras estaban detrás de ellos mientras que las piezas blancas estaban enfrente

–¿Ahora que hacemos? –susurro Harry

–¿es obvio no?, tenemos que jugar –Dijo Cody

–Es la única forma de cruzar –Dijo Dalia.

–¿Como lo haremos? –Pregunto Hermione

–Creo que vamos a tener que ser piezas –Contesto Ron– Escuchen Harry toma la posición de marfil, Hermione la reina, Cody el peón, Dalia y yo tomaremos los caballos

Cada uno fue a su posición, Dalia subió al lomo de un caballo y comenzaron el juego, ellos tenían miedo, Cody, Hermione y Harry parecían paralizados mientras que Dalia solo mantenía su mirada fija en el juego, Ron hizo que su caballo se moviera y antes de que ese fuera destruido saltó de él.

–¿estas bien? –Exclamó Harry

–Estoy bien –Respondió Dalia quedándose con las piezas negras destruidas.

–Ya casi...–murmuró Ron– ya lo sé, debo hacer que me tomen

–¡No! –Gritaron Harry, Cody, Dalia y Hermione.

–¡esto es ajedrez! –Dijo enojado– ¡Hay que hacer algunos sacrificios! Yo avanzare y ella me atrapara, esto deja libre al jaque mate al rey, Harry

–Pero...

–¿Quieres detener a Snape no?

–Ron...

–¡Miren, si no se apuran, va a conseguir la piedra! No, hay nada que hacer

Ron se entregó y un fuerte golpe de la reina le llegó, cayó desmayado y la pieza lo movió a un lado, Harry conmovido se movió tres casillas y el rey blanco se sacó su corona y la arrojó a los pies de Harry. Habían ganado, sin antes ver como están Ron y que Cody se quedara con él, entraron a la siguiente habitación.

Había una mesa con 7 botellas de diferentes tamaños en fila.

Apenas pasaron el umbral un fuego púrpura se hizo presente, al mismo tiempo, los más negras se incendiaron en la puerta que tenían delante. Estaban atrapados.

–¡Mira! –Hermione tomó un rollo de papel que estaba en la mesa, los tres comenzaron a leerlo.

Era un acertijo, Dalia le quitó el pergamino, había estudiado bastante pociones como para encontrar la respuesta, los dos niños la miraban sin decir nada, camino de un lado a otro leyendo y enumerando las botellas, hasta encontrarla.

–La tengo, la más pequeña nos llevará por el fuego negro, donde esta la piedra

Ellos se acercaron.

–Aquí hay para solo una persona, ni hay más de un trago –dijo Harry

–¿cual nos lleva al fuego púrpura? –preguntó Hermione y Dalia apuntó a una mediana y redonda a un extremo de la mesa.

–Ustedes beban esa, vuelvan, ayuden a Ron y salga con las escobas evitando a Fluffy, deben ir a la Buhonera y envíen a Hedwig a Dumbledore, lo necesitamos, tal vez pueda detener un poco a Snape pero él puede vencerlo

–pero Harry... ¿y si el Innombrable está con él?

–Bueno... ya tuve suerte una vez ¿no? –Contestó Harry, señalando su cicatriz– puede ser que tenga suerte otra vez.

Las dos chicas abrazaron a Harry y fueron por Ron, estuvieron un buen rato tratando de reanimarlo, la Hufflepuff lo había intentado desde que ellos se habían ido pero fue inútil, 20 minutos después despertó tomaron las escobas y salieron, estaban por salir del colegio cuando vieron a Dumbledore en la entrada, solo les dijo: "Harry fue a buscarlo, ¿no? " Y se dirigió al tercer piso, dejando a los cuatro chicos preocupados.

Cuando entró a la sala común por suerte aún no había nadie en pie, así que se ahorró las preguntas innecesarias y solo fue dormir las pocas horas que le quedaban.

𝐶𝑢𝑟𝑠𝑒𝑑 𝐵𝑙𝑜𝑜𝑑 |𝐷𝑟𝑎𝑐𝑜 𝑀𝑎𝑙𝑓𝑜𝑦|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora