El despertador empezó a sonar, esa era la señal de que tocaba volver a empezar la rutina de siempre. Emma se levantó con el pesado ruido del despertador, ya cansada de tener que hacer siempre la misma rutina. Fue al baño y dejó caer su pelo color dorado por su espalda. Se duchó, desayunó, se lavó los dientes... La típica rutina que haces un día por la mañana antes de ir al instituto.
Parecía la niña perfecta. Llevaba un vestido de un color amarillo pastel con flores y se había peinado con una trenza que le llegaba por el codo. ¿Realmente ella quería vestir así? Estaba cansada de tener que conseguir un novio para que su madre fuera feliz o que sus amigos estuvieran con ella por dinero. Se había cansado de levantarse cada mañana, de estar ahí. A veces deseaba poder ser invisible por un día o simplemente no despertar.
Cuando ya estaba lista, cogió su mochila y se subió al autobús. A veces se fijaba en la gente que encontraba ahí. Había gente muy diferente, desde niñas mimadas hasta gente vestida de negro y maquillada. Le gustaba ver que gente tan diferente acababa en el mismo sitio, como si las diferencias no existieran. Las mentalidades de las personas separaban a la gente por grupos con sus mismos gustos, pero a ella no le gustaba eso. ¿No somos todos humanos al final?
El autobús paró. Ya estaba ahí, en el instituto. Un sitio insoportable para ella. Un sitio insoportable para ella. Siempre había las mismas personas, los mismos grupos, las mismas clases... Pero claro, su "novio" estaba ahí, novio que solo tenía para hacer feliz a su madre.
-Emma! Que bien llegar juntos, ¿no? – dijo John, su novio, alegre.
-Sí, es maravilloso. -Se le notaba un poco de ironía en su voz.
-Vamos, ya empiezan las clases. -La besó de manera rápida y se fue hacia su clase.
Emma empezó a entrar al edificio del instituto desganada, todos se veían iguales: las chicas con coleta y falda, los chicos con tejanos y una sudadera y si había alguien "diferente" nadie iba con él. ¿Cuántas veces había visto a alguien diferente en ese instituto? Más bien, ¿Cuántos habían durado más de un mes? Se preguntaba eso hasta que apareció ella.
Iba caminando por los pasillos de su instituto observando a la gente. Estaba a punto de entrar en clase cuando encontró a esa chica. Tenía el pelo de color negro, pero le brillaba a la luz, llevaba pantalones negros y una camisa con algún toque de gris y rojo, iba maquillada pero no en exceso y tenía unos ojos de color marrón que se convertían en miel al brillar en la luz. ¿Qué acababa de sentir? ¿Qué era eso que sintió cuando la vio? Solo fue un segundo pero ese segundo le fue suficiente para que su mundo se detuviera. Solo estaban ellas dos. Todo eso desapareció cuando sonó la campana de clases.
Emma entró a clase y se sentó en primera fila, como siempre. Le tocaba matemáticas y deseaba desaparecer en ese justo momento, pero no podía. Deseaba poder ser como los que no prestaban atención o los que se dedicaban a hablar o dormir. Les admiraba. Sabía que no era una cosa admirable para la gente porque no hacían nada productivo durante esas seis horas de clase, al menos eso se pensaban.
Un ruido de una puerta abriéndose distrajo a Emma de sus pensamientos.
-Ahora que ha llegado, os presento a vuestra nueva compañera- la profesora siempre tenía un tono alegre como si tratara con niños de 5 años y no de 16.
-hey- fue una sola palabra, precisa y cortante, suficiente para decir alguna cosa y a la vez no decir nada.
Empezaron a sonar cuchicheos por toda la clase. Decían cosas indescifrables para la gente que estaba lejos, pero con suerte pudo oír algunos que decían "¿Por qué viste así?" "Que asco, seguro quiere llamar la atención de los chicos". Estaba a punto de decir algo, pero la profesora la interrumpió otra vez.
- ¿Nos podrías decir tu nombre? - Intentaba sacar un poco de información a la chica nueva, aunque no lo consiguiera
- Avery. – Otra vez esas respuestas cortantes pero suficientes para responder.
Avery... ¿De qué le sonaba ese nombre? ¿Había conocido alguna otra Avery? No lo recordaba, no recordaba nada de su infancia.

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My Girl
Storie d'amoreUna chica aparentemente perfecta. Otra, una rebelde sin causa. ¿Qué pasaría si estas dos se juntaran? ¿Y si acabaran enamorándose? ¿Y si todo esto pasara en un sitio donde la homosexualidad está prohibida?