Capítulo 1 -primera parte-

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-Solo tiene 18 Roy, es un niño, ¿Cómo se supone que maneje a todo un pueblo de lobos?

-Se ha estado preparando para esto desde hace 10 años Amy, sabe lo que debe hacer y cómo hacerlo.

-Cariño, es muy joven, ¿De verdad piensas que es una buena idea?

-Entre más joven empiece más experiencia tendrá, será un buen Alfa amor, confía en mí. Además, no tenemos mucho tiempo.

Troy no podía evitar escuchar la conversación de entre las sombras. Siempre le habían dicho que debía buscar lo mejor para su pueblo, dejar de ser un niño y tomar buenas desiciones. Dejar la mitad de sus estudios para enfocarse en lo que sucedía dentro de la manada. Aquello nunca le había molestado, todos debían madurar en algún momento, y si esa era su responsabilidad debía aceptarla.
A veces deseaba que su hermano estuviera ahí en lugar de él, después de todo era el hermano mayor. "Pero no es un alfa" se repetía a sí mismo cada vez que esos pensamientos lo invadían.
De todas formas su hermano no estaba ahí para tomar una responsabilidad que no le correspondía, él estaba del otro lado del país estudiando bioquímica, como siempre había querido. Troy jamás tendrá esa oportunidad de decidir sobre su futuro, despues de todo, era el "Alfa" y su deber estaba junto a su pueblo.

Subió a su habitación en completo silencio, sin querer meterse en la conversación de sus padres. Caminó por el pasillo que conectaba la cocina a las habitaciones, las paredes necesitaban un retoque de pintura, quizás pueda hacer algo con eso el fin de semana. Antes de llegar a la habitación pasó su mirada por el espejo que estaba ahí colgado, se acercó mirando su reflejo, tan joven, el pelo rubio le caía delicadamente por los hombros y sus ojos brillaban dorados como el sol, llenos de vida y sin preocupaciones. Se preguntó cuánto tiempo pasaría hasta quedar como su padre, aquel hombre de casi 54 años con arrugas de cansancio en su rostro, bolsas debajo de los ojos debido a la falta de sueño y el pelo desalineado, sin embargo la alegría de sus ojos nunca lo abandonó. No era tan viejo, los lobos vivían aproximadamente entre 230 y 270 años, menos que cualquier otra criatura sobrenatural. Su padre aún era muy joven y le quedaban muchos años para seguir liderando una manada, a pesar de su avanzada edad para los humanos y su apariencia desprolija, aún se veía como un muchacho de 26, entonces ¿Por qué quería que Troy asumiera tan pronto esa responsabilidad?
Quería preguntarle, pero en el fondo decía que no era importante, que solo debía asumir su papel y ya está.

Se tiró en la suave cama con su sabana de terciopelo rojo y se quedó mirando al techo. "Alfa" susurraba para sí mismo, ¿Qué significaba ser un Alfa realmente? una palabra tan corta, con tantas responsabilidades ocultas en sus letras. Cerró los ojos, dejando que su mente divagara por donde quisiera. Por la casa de campo donde solían pasar el verano, recordando lo bien que se sentía estar ahí con el viento soplandole en la cara y su cabello rubio pálido volando a su compás. Disfrutando del silencio y libre del bullicio del pequeño pueblo, de las campanas que se escuchaban a tres kilómetros y los pájaros carpinteros picoteandole en el oído. No era fácil vivir con semejante poder auditivo. Sus sentidos eran superiores, pero eso no significaba que era lo más cómodo del mundo.

Sus pensamientos se vieron detenidos por unas piedras tocando su vidrio. Al principio fue leve, una señal que pudo pasar por alto. Sin embargo la segunda vez que golpearon el vidrio este tambaleó, como si estuviera a punto de romperse en mil pedazos. Se vio obligado a levantarse de la cama y asomarse para ver quién intentaba romper su ventana.
La abrió dejando entrar una cálida brisa de verano, bajó la mirada y descubrió que Kai, su amigo de la infancia, estaba sonriéndole divertido, como si estuviera feliz de casi haber roto su ventana. En su mano derecha sostenía una lata de cerveza y se le hizo agua en la boca. Troy siempre había sido fanático del alcohol, el vino era su favorito, pero cualquier bebida era bienvenida.

El Camino del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora