Troy se había tomado 2 duchas, Kim había intentado calmarlo sin exito y estaba rechazando todas las llamadas que recibía durante la mañana. No sabía que hacer, ¿Que se suponía que hiciera? Su hermano estaba en peligro, y su manada también. ¿Que es lo que tiene que hacer? Nunca hubo una clase o algún libro que dijera "que hacer cuando debes elegir entre tu pueblo y tu familia" en cualquier momento iba a entrar en pánico y eso no era nada bueno. ¿Por qué ahora? ¿Por qué a el? No era justo. No es justo que las cosas solo le pasen a él cuando no está su padre para ayudarlo. Su padre estaba de vacaciones disfrutando del resto de su vida y el estaba ahí decidiendo entre la vida de su hermano y el futuro de todo el pueblo.
No se había dado cuenta que sus nudillos habían empezado a sangrar por el golpe que le acababa de dar al espejo. Los cristales se clavaban en sus manos y ardía en donde se habían incrustado. Se los quitó con cuidado y su piel empezó a sanar en segundos. Suspiró y se pasó las manos por la cara, sabiendo que eso no solucionaría ninguno de sus problemas.¿Cuando tiempo dijo que tenía? Ah si, hasta mañana, nunca dijeron horario. Quizás debería ir a advertirle a los lobos que formaban el grupo de caza y cuidaban las protecciones, avisarle también al brujo, Luan Farreth que advirtiera si alguien entra al territorio. Pero no quería hacerlo. No quería decirle a nadie que estaba esperando a un lobo enemigo que probablemente haya... Matado a su hermano.
Si iba a buscar a Jouel tardaría demasiado, estaba a 3 horas en auto y era imposible que hiciera eso, lo mejor que podía hacer era quedarse a esperar que su padre regresara y le ayudara a resolver ese problema.-Troy, tienes que comer algo.
Kim se acercó con una bandeja de café y tostadas con mermelada. Troy suspiro y se sentó frente al escritorio otra vez, mirando la comida.-No se que voy a hacer Kim.
-Si lo sabes Troy, eres el alfa, tu sabes que hacer y yo voy a apoyarte, pensarás en algo, siempre lo haces. Por eso tu padre confía en ti, yo también confío en tí, puedes con esto.
Miró la hora, 2:15 pm. Se preguntó cuánto tiempo tardarían en llegar a matar a su hermano y el tiempo que estaba perdiendo al sentarse en la silla. ¿Qué estaba haciendo? Aunque le doliera aceptarlo, ya no había salvación para su hermano. Aceptara o no, matarían a Jouel de todas formas. Tenía que centrarse en mantener el control y advertir a los demás, proteger a su pueblo y el puesto que tenía para la seguridad de todos.-Kim, dile a Luan que aumente la magia de la frontera y que advierta a los cazadores para que estén alerta. No le digas al pueblo, no queremos que se preocupen- tomó un trago de su café y empezó a escribir en una hoja un mensaje para el brujo. Le dio el mensaje a Kim y él se fue dejandolo solo de nuevo. No había tiempo que perder, si aquel lobo iba a venir tenía que prepararse para todo. Agarró la escoba y empezó a limpiar los pedazos de vidrio que seguían tirados en el piso. En ese momento el teléfono empezó a sonar de nuevo, tenía miedo, pero contestó la llamada.
-Troy Elive.
Esperaba escuchar esa voz grave de nuevo diciendo que estaba en camino, pero en cambio escuchó la voz de Julie.-¡Troy! Al fin me contestas chamaco, creí que estabas muerto o algo así, ¿Desde cuando tardas tanto en contestar? ¿Pasó algo? Estoy muy preocupado ¿Por qué no me contestabas las llamadas?
Un suspiro de alivio salió de su boca y se sentó en su silla más calmado.-Lo siento mucho, estaba ocupado y no sabía que eras tu- pensó sus palabras, si daba el mínimo indicio de que algo sucedía el iba a alterarse. -y no pasa nada, quedate tranquilo, ¿Necesitabas algo?
-Yo nada, estaba preocupado porque no he escuchado nada de ti en estos días y pensé que tal vez necesitarías algo de ayuda con los papeles o algo.
Siempre había admirado eso de el, se preocupaba por todos y ayudaba a todo aquel que lo necesitara. Era terco sin duda, persistente mejor dicho, y así es como todos le querían, podías pedirle que te bajara la luna y haría lo imposible por traertela.
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El Camino del Alfa
FantasyTroy era un joven de 18 años cuyo padre le ha encargado su manada recientemente, siendo aún muy joven y sin saber el por qué de la desición tan drástica. Las cosas se complican cuando Artem, un lobo con deseo de poder, llega a cambiar el rumbo de su...