Capítulo 1: Bahamut

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Un lugar y tiempo desconocido

En una de las múltiples islas flotantes se puede observar a un joven, que aparentaba estar en sus 25 años de edad, sentado en el hermoso pastizal verde, recostado en un gran árbol. Se lo veía bastante sereno, con los ojos cerrados, empezando lentamente a fruncir el ceño. Delante de él, se puede visualizar una especie de canasta que albergaba en su interior un par de frazadas, las cuales estaban cubriendo la parte inferior de un bebé que no paraba de llorar desde hace un tiempo.

???: "No ha parado de llorar, ya han pasado más de treinta minutos que llegamos y no sé lo que le pasa a esta humana", Piensa.

Mientras tanto un fuerte hedor empezó a rodear a la bebé, lentamente el nauseabundo olor ingresó en la nariz del sujeto haciendo que abra los ojos de golpe.

???: AH!... pero qué es este horrible olor. Dice mientras se tapa la nariz con su mano izquierda, para luego levantarse del suelo.

???: ¿No me digas que?, se preguntó a sí mismo, mientras se destapa la nariz, mirando a la pequeña, lentamente se le acercó y con su mano derecha la sacó de la canasta.

???: Así que eres tú la que provocaba ese olor. Menciona mientras la miraba fijamente, pero nuevamente el bebé empieza a llorar.

???: ¿Qué puedes decir en...

Pero no pudo terminar la frase, al sentir el brazo con el cual sujetaba a la niña húmedo, lentamente el bebé comenzó a reír, mientras que el joven empezó a abrir bien los ojos y su rostro se volvía más pálido a cada segundo.

Unos grandes números de emociones empezaron a golpear al joven, sorpresa, vergüenza, ira, pero lo único que hizo fue pegar un fuerte grito de indignación que sacudió todas las islas. La pequeña solo pudo empezar a reírse al ver la cara de joven.

???: Yo el gran Bahamut, siendo insultado por una cría humana. Dice indignado, solo haciendo que la niña siga riendo sin parar.

Bahamut: Oye no es gracioso, no entiendes que. Pero luego pensó la situación, dándose cuenta de que solo es un bebé.

Bahamut: Qué remedio... será mejor que vayamos a limpiarnos, ¿no lo crees?, pero su única respuesta fue una pequeña risa.

El dragón con forma humana suspiro, para luego ser envueltos en llamas doradas, tele transportándose a un pequeño estanque con una cascada, ubicados en otra isla. Despojándose el joven de sus prendas, prosiguió a quitar la especie de tela que cubría la parte inferior del bebé.

Bahamut: Normalmente no me higienizo en esta forma, pero contigo aquí no queda de otra. Aclara mientras entra al pequeño estanque con la niña en brazos, evitando en todo momento que se hundiera.

Pasando los minutos ambos salieron del estanque, el joven revelándose como Bahamut, invoco un par de llamas en su mano izquierda, lanzando el fuego hacia el canasto y sus antiguas prendas, reduciéndolo todo a cenizas. Luego pudo ver con sorpresa como el bebé aplaudía ante esa pequeña demostración de magia.

Bahamut: Veo que te gustó lo que acabas de ver. Dice, mientras chasqueaba los dedos, fuego dorado apareció de la nada, empezando a cubrirlo, mostrando que poseía nuevas prendas, (iguales a las incineradas anteriormente), al desaparecer el fuego.

Haciendo lo mismo con la niña, este la levanta del suelo donde la había colocado, para poder verla vestir una tela en su parte inferior del cuerpo, como un pañal.

Bahamut: Por lo que he aprendido viendo a los humanos, sé que tienen muchas necesidades y estas son más cuando son crías. Atribuye a sus años observando a los humanos y dragones.

La Dragon Slayer del Rey Dios DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora