Capítulo dos

6 3 2
                                    

De repente llega un soplido y toca improvisar


A pesar de tantos mitos existentes, que si las razas se distinguen por su aspecto. Si son orejas puntiagudas; les llaman elfos, nariz ancha y desfigurada son orcos; o magos, sirenas, vampiros y hay muchas versiones con las que se han identificado a una raza.

Sólo que en Ixion eso mitos son exactamente eso; mitos. Entonces ¿cómo se logran identificar?, fácil. Muchos suelen decir que debería llamarse el mundo de los colores ya que de ahí viene su distinción y habilidades.

Su visión es quien le da sentido a sus vidas. Así es, confuso pero cierto.

Vormir: rojo

Arshil: malva

Laker: ámbar

Nisha: azul

Ponsi: blanco

Mester: verde

Y los Nazo la última raza, los más indefensos pero los más unidos: marrón. No representan ninguna amenaza puesto que carecen de todo a diferencia de las otras clases y a la vez tienen algo que los caracteriza. No viven en disputa, su zona podría considerarse como una de las más tranquilas y mejor acogidas. Una que muchos desearían.

En un hostal de la ciudad de Serf

—¿Estás seguro de que no tiene ninguna raza?—se escuchó una voz suave—Esto es muy raro, estos casos no suceden con frecuencia. No, es que estos casos no sucede.

—No estamos seguros. Pero todo indica eso.

Lillya estaba tumbada un una cama mientras escuchaba unas voces hablar cerca de ella.

—¿Sabes las probabilidades que hay de que esto ocurra?, casi nulas.

—Eso mismo nos dijimos nosotros por es..— uno de los que estaba hablando se calló al escuchar un quejido por parte de quien se encontraba acostada.

La chica sentía un pesar encima, le costó intentar levantarse pero sólo logró emitir un gruñido llamando la atención de todos.
Abrió los ojos encontrándose en un lugar que no conocía, en el techo colgaba algo similar a una lámpara con una luz anaranjada.

—Mira ya despertó al fin—expresó una voz alegre a su costado provocando que ésta girara su cabeza reconociendo a la persona que había visto antes, pero sus ojos ahora azules oscuros los cuales la inspeccionaron con curiosidad.

—Muy bien, ¿nos quieres explicar qué o quién eres?—le preguntó frunciendo su entrecejo hacia ella.

—Eh..—emitió la chica intentando reincorporarse en la cama devolviendo la mirada de desconfianza al chico—¿Qué hago aquí?

—¿Eres un espía del otro lado del Valle?—siguió atacando con sus preguntas cruzándose de brazos.

—Yo..no sé de que hablas.

—¿Te pagaron para conseguir información?

—No.

-¿Cuánto te pagaron?

—Nadie me ha pagado para que haga algo-?—se defendió la chica aún sin endenter.

—Sabes que es muy grosero mentirle a alguien—le hizo saber.

—No..No te miento, ni siquiera entiendo de que es lo que me hablas—la desconfianza seguía en la mirada del pelinegro de orbes azul oscuro.

—¿Sabes que hubieras muerto de deshidratación allí tirada no?, ¿o fue una táctica para dar lástima?

El Diario de Ixion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora