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El lunes por la mañana, mientras me despido de mi madre y me cuelgo la mochila para ir a clase, oigo un golpe en la puerta. Miro hacia allí y veo a Reaper, con los dos vasos. El corazón me da un salto hasta la garganta. No, no, no, no, no. Esto no puede estar pasando. Tiene novio. Si yo supiera... Mi corazón dobla la velocidad cuando sonríe. Si algo más que mi corazón supiera que teníamos algo, podría abrir la puerta ahora mismo y arriesgarme a decepcionar a mi madre.

-¿Quién es?

No es un buen momento para esto. Mi madre y yo por fin estamos bien otra vez. Niego con la cabeza, pero en lugar de alejarse, Reaper levanta una bebida con una sonrisita de suficiencia, como diciendo: "No voy a marcharme, así que déjame entrar".

Entrecierro los ojos y sonrío un poco. Está bien, si quiere jugar a este juego, que así sea.

-Ah, me parece que es el nieto de la señora Death. Vino aquí el otro día para recogerle una muñeca. Voy a decirle que hoy no abrimos hasta las nueve y que vuelva más tarde.

-Oh, no, cariño, la señora Death es nuestra mejor clienta. ¿Porque no lo dejas pasar y vemos que necesita?

No ha funcionado. Mierda.

Quito el cerrojo de la puerta con lentitud.

-Hola -saludo tras abrirla. Su aroma familiar entra arrastrado por la brisa, y no ayuda a mi corazón ya frenético. Respiro hondo-. Todavía no hemos abierto. ¿Necesita algo tu abuela?

Reaper da un sorbo a uno de los vasos y después me lo tiende. Me encojo. Solo ese acto va a hacer que mi madre piense que es la persona rica más repulsiva del mundo, y qué quiere que le sujete la bebida mientras compra.

-Quiero conocer a tu madre -dice, lo suficientemente alto como para que ella lo oiga.

-Si, mi madre sabe mucho más sobre las muñecas que yo. -Me giro hacia ella-. Mamá, esto...eh...lo siento, ¿Cómo te llamabas? ¿Wellington o algo así? -Frunce el ceño, confuso, pero me doy cuenta de que al mismo tiempo le parece gracioso-. No, ese no era tu nombre. Eh...

-Reaper.

-Cierto. Ya sabía que era algo extraño de ese estilo.

-Geno -dice mi madre-. Lo siento, mi hijo es muy irónico. Sólo está bromeando.

-La última vez que entró Reaper, estaba muy interesado en las muñecas de bebés que dormían. ¿No dijiste que te alegraban el corazón sólo de mirarlas?

-Yo no recuerdo haber dicho eso, pero suena propio de mí.

Me río y después me apresuro a morderme los labios para detenerme.

-Tal vez podrías mostrarle nuestra colección, mamá.

Ella me mira inclinando la cabeza, evidentemente confundida. Va a delatarme: debe de darse cuenta de que conozco a Reaper. Tengo que salir de aquí. Agitó el vaso lleno de chocolate caliente que llevo en la mano, fingiendo que se encuentra vacío.

-La basura está fuera. Voy a tirar esto por ti. -Me vuelvo hacia mi madre-. Voy a llegar tarde. Nos vemos después de clase.

-Que tengas un día estupendo, cariño.

Me voy y le dirijo a Reaper una mirada de inocencia, con los ojos muy abiertos. Una sensación de tristeza me sigue hasta el exterior de la tienda, y no soy capaz de decidir si es porque acabo de mentirlr a mi madre otra vez o porque de verdad quiero que conozca a Reaper. No sólo que lo conozca, sino que le caiga bien.

~~ • ~~ • ~~


Estoy a diez pasos del instituto cuando un par de manos me agarran los brazos desde atrás, haciendo que me detenga en seco.

La distancia entre tú y yo [afterdeath]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora