Faraón puro

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Egypptianshipping

Oscuridad.

Eso era lo único que veía Heba por causa del saco que estaba en su cabeza, tapando su vista. No recordaba exactamente qué fue lo que sucedió, lo que sí recuerda fueron unos gritos y sangre derramada por todas partes.

-Camina, inútil -dijo un hombre empujándolo de forma brusca.

La ardiente arena le quemaba los pies y su piel la sentía a punto de chamuscarse, Heba podía escuchar llantos de súplica de algunas mujeres y niños seguido de golpes y gritos. Uno de esos hombres empezó a decir que los rehenes servirían de manera excelente como esclavos; Heba apretó los dientes al oír esa detestable palabra. Alguien le quitó el sacó del rostro provocando que la luz del sol lo dejara casi ciego. Pudo ver que a su lado una mujer abrazaba con todas sus fuerzas a una niña no mucho mayor de diez años.

-Tengo miedo, mami -susurró la niña temblando de pavor.

Todos los rehenes fueron colocados en un círculo, los niños en el medio mientras que a las mujeres las pusieron alrededor, Heba pudo notar que era el único varón entre todos esos niños y mujeres.

-...Mátenlos -ordenó el que parecía ser el jefe-. Todas esas putas son inservibles y esos mocosos se morirían de hambre en minutos.

-¡Sí señor! -exclamaron los secuaces.

Heba todavía recuerda ver cómo esos tipos asesinaban sin piedad ni misericordia a las mujeres y niños del círculo, varias de ellas gritaban y suplicaban que las mataran a ellas pero no a sus bebés; las súplicas fueron en vano pues los hombres mataban a los niños sin piedad alguna. Heba apretó los puños hasta clavarse las uñas en las palmas de las manos.

Entonces fue que escuchó.

Uno de los hombres que estaba a punto de matarlo había perdido la cabeza y su cuerpo cayó en la arena, una figura encapuchada agitó una espada que llevaba en la mano, salpicando los alrededores con la sangre de ese hombre; Heba pudo ver claramente los brillantes ojos de aquella figura. Esos ojos no demostraban satisfacción por haber matado a un imbécil, todo lo contrario, esos ojos mostraban más bien una pureza indescriptible. La figura le hizo la seña de "shh" para que no gritara y después siguió con su objetivo: Matar a todos esos hombres.

Lo último que vio Heba antes de perder la consciencia fue a la figura acercarse a un caballo de quién sabe dónde apareció, bajar del lomo una manta café y correr en su dirección.

(...)

Despertó sintiendo algo mojado y frío en su cabeza, abrió los ojos encontrándose con un muchacho que parecía tener su misma edad, ojos carmín brillosos y la piel de un tono moreno. El muchacho detuvo sus manos las cuales estaban a punto de agarrar el paño frío en la frente de Heba y sonrió.

-¡Estás despierto, gracias a Ra! -exclamó aliviado.

-¿Dónde...?

-Estás en mi habitación, te desmayaste cuando fui a curar tus heridas -el muchacho se sentó en el borde de la cama para luego colocar su pequeña mano en la frente de Heba-. No tienes fiebre, eso es buena señal. Tampoco tienes hemorragias internas, eso me lo confirmó Mana.

¿Mana? ¿Quién rayos era Mana? Heba nunca había escuchado ese nombre en toda su vida, quiso levantarse pero el moreno lo volvió a recostar con cuidado en la cama.

-No debes levantarte, tus heridas no se han cerrado aún, un movimiento en falso y podrías sufrir una hemorragia.

-¿Quién...?

-¿Quién soy yo, te preguntas? -rayos, ese chico parecía adivino-. Me llamo Atem, soy el Faraón de Egipto -¿escuchó bien? ¡¿Dijo Faraón?!, Heba quería levantarse y disculparse por su atrevimiento pero de nuevo el chico llamado Atem lo detuvo-. Oye, no es necesario postrarte ante mí, no soy un Faraón cruel, ¿sabes?

La puerta de su habitación fue tocada con suaves golpes.

-Atem, ¿cómo está el chico? -preguntó una voz femenina.

-Está bien, Isis, se acaba de despertar -respondió Atem a la persona que tocó la puerta.

-Menos mal, estaba preocupada -dijo la mujer llamada Isis.

Heba miró las vendas que cubrían su cuerpo, algunas se veían bastante manchadas con sangre y luego vio las manos de Atem también manchadas de sangre. Por un lado se sentía mal que un Faraón se hiciera cargo de sus heridas, por el otro no se sentía para nada incómodo como pensaba.

-¿Qué pasa, tengo un escarabajo en la cara? -preguntó inocente Atem al ver a Heba mirarlo fijamente, Heba se sonrojó al ser descubierto.

-¡N-No, etto...! -Atem rio bajito.

-Tranquilo, tranquilo. No lo dije con mala intención.  Ahora que lo pienso... ¿cómo te llamas?

-...Heba.

-Así que Heba, es fácil de recordar -Atem se le acercó un poco-. Dime, Heba, ¿vives solo?

-Atem, no lo atosigues -lo regañó Isis, Atem hizo un puchero.

-Moo~, no lo estoy atosigando.

Heba sonrió un poco al ver lo casi infantil que se comportaba Atem con la mujer llamada Isis, eso era bueno, no perdió ningún rastro de inocencia por haberse convertido en Faraón.

(...)

Días después Heba ya se había recuperado por completo de sus heridas, así que Atem aprovechó para darle un pequeño recorrido por el pueblo. En el camino varias personas saludaban a Atem con una sonrisa y los niños correteaban a su alrededor, pidiendo que jugara con ellos; una niña pequeña de casi cinco años se había acercado a Heba.

-¿Edes el novio de Atem? -preguntó con una sonrisita, las mejillas de Atem y Heba se pusieron un poco oscuras, señal de que se habían sonrojado.

-Sí, sí, ¿eres el novio de Atem-nii? -preguntó esta vez un niño de once años.

-¡N-Niños! -exclamó apenado Atem, empezando a perseguir a los dos traviesos que dijeron eso.

Aunque... pensándolo bien... para Heba no sería ningún problema ser su novio. Sobre todo si quería proteger su pureza.

-Inhala-

¡YASÉQUETENGOQUEESCRIBIRLOSHEADCANONSPEROMEVINOESTAIDEAYNOPUDEEVIATRESCRIBIRLA!

-exhala-

Ay, amo que Heba quiera proteger la pureza de su Faraón 💞💕

💖yoongi-pooh.

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