Icarus disease

Adiós Astronauta

La gente comenzó a abrir sus paraguas, la lluvia no estaba pronosticada, pero siempre llegaba de sorpresa... sobre todo la lluvia roja, una común en la ciudad. Los murmullos empezaban sobre las especulaciones de quién podría ser el afectado: ¿Algún chico? ¿Alguna chica? ¿Ya sabrá la otra persona?  Preguntas comunes, siempre era una triste noticia la lluvia roja. De rato comenzaron a caer los restos, frente a un niño parecía que cayó un dedo... pero no se podía estar seguro. Las reacciones al principio eran horrorosas: niños gritando y gente llorando; pero conforme pasó el tiempo, por muy terrible que suene, la gente se comenzó a acostumbrar, reaccionando solo con caras tristes y múltiples rumores.

Lance comenzó a salir con Allura, era la noticia del momento y con esta ambos dejaron un mar de lagrimas y corazones rotos a su paso.

Keith por otro lado, era uno de los solteros más codiciados del pueblo, mejor amigo de Lance, cosa que los convertía en un dúo glorioso, dejando sin baba a cualquier que los viera, ningún truco de magia hipnotiza tanto como ese par. A pesar de todo Keith era el típico chico emo alias nunca me enamoraré y fue tal su terquedad que ni el mismo notaba el pequeño flote de sus pies, cada vez que pensaba en su mejor amigo.

Con esta enfermedad los peores eran quienes eran rechazados, luego los que estaban enamorados de alguien con pareja, estaban también quienes vivían enamorados desde la distancia, aceptando su destino y por último los que no sabían que estaban enamorados.
Quienes no sabían que estaban enamorados hacían su prose so más largo y en algunos casos doloroso. Ellos no sabían sobre sus sentimientos por lo que esos primeros pasos de astronauta se volvían indetectables y después de esto, cuando comenzaban a flotar, muchos caían en la desesperación al no saber, o no aceptar, la causa de su enfermedad.

Keith caminaba al lado de Lance, yendo hacia el parque donde habían quedado con el resto de amigos, donde Allura estaría esperando a Lance. Keith caminaba, caminaba ajeno a la pequeña elevación que tenían sus pasos, andaba ajeno a las explosiones que tenía su corazón por el simple hecho de andar al lado de Lance.

Lance por el contrario estaba acostumbrado a la seriedad de Keith, le gustaba y apreciaba el silencio cómodo que tenían al caminar, pero hoy no iba a aguantarlo; Lance quería hacer reír a Keith, quería sacarle sonrisas ese día por lo que lo tomo de la mano y comenzó a correr. Él tenía los pies largos a comparación con los de Keith por lo que por cada paso que daba Lance, Keith tenía que dar cuatro.

Ambos chicos iban corriendo, la risa de Lance era contagiosa, tanto que provocaba pequeñas risas a su amigo que trataba de mantener la marcha y no verse arrastrado. Corrían de la mano, esquivando obstáculos imaginarios y saltando sobre las bancas, corrían mientras cantaban la más hermosa de las canciones: la risa, y por un momento se volvieron un entero.  Keith sonreía y llevaba las mejillas sonrojadas por andar corriendo, a Lance se le marcaban hoyuelos en las mejillas y sonreía tanto que parecía que dolía, pero ambos eran felices.  Y entonces llegaron al parque.

Lance soltó la mano de Keith en el momento que la vió, la sonrisa se le ensanchó aún más y soltó otra de sus risas, corrió con los brazos abiertos para llegar y abrazar a su novia, la sostenía mientras giraba y le gritaba al mundo su amor. Sí, cualquiera estaría encantado de tener a alguien como Lance.

Keith estaba parada, ahí donde lo soltó Lance, observando a la pareja con una pequeña sonrisa triste, sin percatarse de como su elevación era más notoria, ya no eran saltos de astronauta: oficialmente flotaba y puede que fueran solo unos milímetros, pero lo hacía. Keith dejo de tocar el suelo.