💔 BROKEN HEART 💔 [#TryRol]

•°•° SIETE °•°•

Dar un paso, es lo que que hacemos cuando aprendemos a caminar, pero tambien puede tener otros significados, como dar un rumbo nuevo o distinto a tus estudios, trabajo... también puede ser tu vida.

Dar un paso... fue lo que dio Samuel al borde de la muralla de su isla y dejándose llevar por la gravedad de su cuerpo que hacía que se hiciera hacia adelante. No hizo movimiento alguno mientras caia desde los más alto -literalmente- de todo Karmaland, sentía las fuertes ráfagas de viento en su rostro y su enmarañado cabello azabache que se despeinaba por la velocidad a la que iba, incluso sentia que su piel se estiraba un poco.

La voz, esa maldita voz que él mismo había creado y lo había estado atormentando desde años y años, la cual había vuelto con mucha más maldad en sus palabras por fin se había callado. Odiaba esa voz con todo su ser, odiaba su voz, porque era igual a la suya y eso lo hacía sentir peor de lo que ya estaba.

¿Cual era el fin de crearlo? Ni él mismo lo sabe, es más, apareció de repente, bueno en una situación que hasta ahora recuerda, fue cuando tan solo era un crio de cuatro años... para ser más exactos en su primer día de clases...

[Flashbacks]

El amanecer recibìa a los madrugadores. Y con el sol saliente del horizonte, los habitantes del luhar se preparaban para iniciar sus actividades diarias. Por las calles de un tranquilo -y un poco alejado- poblado, un niño de cabello oscuro azabache, un inocente chavalillo de llamativos y exóticos ojos amatista era acompañado por su madre hasta la escuela del pueblo en donde vivían. Este seria el primer día del pequeño quien un año antes había empezado a estudiar en casa, según su padre, para que tuviera conocimientos precios antes de iniciar el año escolar que seria el siguiente.
Como todo niño de su edad, se encontrabs emocionado por el simple hecho de poder salir de su hogar, relamente no tenia idea hacia donde iban, pero si su madre lo acompañaba todo estaria bien ¿verdad?

Llegaron al colegio, habia pocos niños, para ser más exactos dos quienes parecian estar conversando y sus madres también. Habia llegado casi una hora antes de que empezaran las clases, era comprensible. Hasta donde Samuel sabía, iba a un lugar con muchos niños de su edad y una... ¿profesora? Bueno una persona que les iba a cuidar y enseñar, segun su mamá le habia contado en el camino.
Una vez estuvieron frente a la institución, pararon, la mayor se agacho a la altura de su pequeño, el cual tenía en su brazo izquierdo su peluche preferido, un lobito gris con toques plateado

- Bueno mi niño, ya llegamos. Esta sera tu escuela -señaló a la colorida estructura- Aqui harás amigos y aprenderas cosas nuevas, pero no puedo estar estar toda la clase contigo. Asi que aqui es donde me tengo ir ¿si?

-¿Por qué? -preguntó un poco molesto y con sus cachetes inflados, no estaba para nada de acuerdo en que su madre no estuviera con él, no estaba acostumbrado a ello, más que molestia sentía tristeza. Sus ojitos empezaron a cristalizarce y mostraron súplica- Yo quiero etar contigo -dijo abrazando a su madre y pequeñas lágrimas caian por sus -naturalmente- sonrojadas mejillas

- Lo siento chiqui pero no puedo hacerlo... aunque te puedo acompañar a tu aula ¿te parece? -le dijo limpiando las lágrimas del menor para luego cargarlo y acercarse al establecimiento; estando en la puerta bajó al ojimorado, este pareció dudarlo un momento. Su madre lo alentó y con un último abrazo se despidió, no sin antes tener en sus brazos nuevamente a su peluche.

La escuela era algo nuevo y llamativo a la par que le daba cierta desconfianza. Pero todo iría bien ¿verdad?

...

En el aula había hecho un solo amigo, su compañero de mesa, hasta donde sabia se llamaba Francisco pero lo abrevio a Frank.
Congeniaron bastante bien aunque la mayor parte de la hora el ojiverde se la pasó hablando y hablando, al contrario de parecerle incómodo o algo abrumador el que prácticamente nunca se callara le pareció divertido, se sentía a gusto y más confiado con alguien a su lado.