•°•° DIEZ °•°•

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La oscuridad en el cielo nocturno junto al un poco molestoso ruido de los grillos en el patio hacían compañía a Luzu, siendo la pantalla de su movil la única luz que alumbraba toda la habitación. Eran un cuarto para las diez de la noche y había pasado unos veinticinco minutos desde que el castaño no recibía respuesta alguna de parte de su aun-no-novio de ojos morados. Seguía teniendo puesto su hoddie negro y jeans rasgados azules y en la misma pocición; es decir, sentado en la cama y mirando con detenimiento el dispositivo entre sus manos a la espera de la afirmativa de Vegetta para que pudiera visitarlo, cosa que hasta el momento no sucedia y tampoco tenía pinta que pasara.

<<¿Seguirá dormido?>>

Por razones que ni él entendía no había rastro alguno de preocupación en su rostro a pesar de haberlo llamado más de doce veces sin tener éxito ni los checks del whatsapp que indicaban que si quiera había leido sus mensajes, pero nada.

<<Un momento... ¡¿y si ha vuelto a cortarse?!>> A pesar de que el mencionado pensaba que su amigo no lo había descubierto estaba equivocado, en realidad lo supo en las últimas tres visitas cuando vio que la manga derecha del polerón que usaba Vegetta empezaba a tomar un color rojizo y una mueca de dolor que el contrario trató de ocultar con una nerviosa sonrisa mientras alegaba que la noche anterior habia salido un rato a pasear y una flecha de esqueleto rozó su muñeca.

<<una flecha, mis huevos>> fue lo que pensó ese día pero no dijo nada ni tampoco se opuso cuando el de ropas moradas le pidio que se retirara.

Despejando aquel recuerdo, por fin el Borja atento y preocupados por todos conocemos -sobretodo por el azabache sabiendo lo que capaz podría llegar a hacer- reaccionó dando un brinco y depertando en el proceso a su querido cerdito quien estaba acurrucado al lado suyo entre las sábanas grises, ¿ahora que había pasado y por que me despiertas? Sería lo que le preguntaría a su dueño si pudiera hablar pero como no podía, simplemente gruñó molesto al ser interrumpido del mundo de los sueños de esa forma tan abrupta.

Sin hacer caso a las quejas de Manolo guardó su celular en el bolsillo izquierdo de su pantalón para luego se colocarse sus zapatillas y atar los nudos. Agarró su mochila mientras buscaba un botiquin de primeros auxilios y buscaba entre sus armarios una pociones de curación instantanea que por cierto eran ilegalísimas, pero le daba completamente igual en esos momentos, su prioridad era ver que Samuel estuviera bien y no hubiera cometido alguna estupidez.

Una vez se aseguró que tenia todo lo necesario cerró apresuradamente el bolso y teniendo cuidado que ninguna de sus mascotas se escapara cerró la puerta y salió en direccióm al establo en donde descansaba su chocobo dorado. Este al sentir la presencia de su dueño despertó al instante dejando que Luzu subiera en la montura que portaba este y tomara las riendas para emprender vuelo en medio de la noche hacia la mansión de arenisca en los cielos.

La luz de la luna era su acompañante en su travesía, por suerte no estaba tan lejos de la casa del ojimorado. Ya había estado en ese mismo escenario a diferencia de que aquella vez era de día y fue antes de ir a la capilla en donde debieron casarse Vegetta y Rubius... antes de que el segundo le pidiera el divorcio al ojimorado...

-Concentrate Luzu, no te distraigas -se regañó a sí mismo mientras aumenteba la velocidad de Chocapic y llegando hasta el bordillo de la muralla de piedra para que su amigo recuperara energías y volviera a tomar fuerzas, esta vez posandose en el balcón del cuarto del dueño de casa; sin embargo, al atravesar el marco de la puerta se dio con la sorpresa que la habitación estaba vacía.

-What the fuck.... ¿Vegettoide? Are you there?! -no solo el que no encontrara a su querido amigo le preocupaba, habían pequeñas manchas de un color carmín en las sábanas blancas y el edredón morado y un fino hilo de sangre escurria por el filo de una navaja en una esquina de la cama y no solo allí, en el suelo habían pedacitos de algun papel hechas trizas al lado derecho de la mesita de noche, marcas de que una espada fue clavada en algun momento y las cosas caídas hicieron que conectara todo: Efectivamente Vegetta se habí cortado pero al parecer después alguien irrumpió en su cuarto iniciando un forcejeo y el ojimorado al estar debilitado por la pérdida de sangre y su no muy buen estado no pudo ganarle a su atacante.

💔 BROKEN HEART 💔 [#TryRol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora