Capitulo 1

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AIZEA

—¡ Otra de estas, por favor! —le grite al bartender. La música horrorosa que había en aquel sitio no dejaba escuchar ni ser escuchado.

No es que me importase mucho lo que estas personas pudiesen pensar sobre mí, la vida que se había vuelto monótona, rutinaria, aburrida...en fin aún no encontraba el adjetivo perfecto para describirla y este asqueroso y feo sitio ya formaba parte de mi día a día.

Todavía me preguntaba cómo es que no me conocían aquí, si pasaba la mayor parte de mi tiempo sentada en esta misma banca. Tenía tan elevado el nivel de alcohol en el cuerpo que no sabía ni lo que estaba tomando...

Si, ya se lo que piensan ¡que tía más patética!

No siempre fui así, antes estaba llena de vida, tenía amigos a los que quería más que a nada, tenía un novio perfecto, tenía el mejor padre del mundo -bueno ahora que lo pienso aún tengo al mejor padre del mundo, aunque me la suda- vivía en una casa asombrosa y mi vida era perfecta -si es que ese adjetivo podía calificarla- pero todo eso se fue a la mierda hace unos meses.

Antes de que sigan juzgándome con adjetivos que ni siquiera existen deberíamos volver todo ese tiempo atrás y revivir mi pasado, solo en ese momento tendrán ganas de estar sentados en esta sucia barra conmigo, bebiendo sea lo que sea esto que tengo en las manos.

TRES MESES Y DOS SEMANAS ATRÁS.

—¡Joderrrrrrrrrrrrrrrrr! Az apúrate que vamos a llegar tarde y es el primer díaaaaaaaa —gritaba Val desde el pasillo afuera de mi habitación. Decía que si esperaba dentro conmigo hacia que me demorara más, todavía no perdía la esperanza de que algún día actuará como una persona normal.

—Ya voy, mira que eres exagerada solo me he demorando dos minutitos.

—¿Dos minutitos? Si se me están hinchando los pies del tiempo que llevo aquí afuera esperando.

—Aún te queda la opción de entrar y tomar asíento.

—No, me niego a que llevemos al colegio cuando tengamos 49 años y estemos casadas y con hijos. —joder con Valeria que exagerada.

Val a la que llamaba mi mejor amiga era alta, rubia y tenía los ojos como el azul del cielo cuando hacía una buena tarde de verano, parecía a veces poder ver mi reflejo en ellos, su piel era entre aceitunada y blanca aunque aún no lograba distinguirla.

Ya estaba terminado de arreglarme, hoy era el primer día de mi ultimo año de instituto y estaba bastante emocionada porque iba a ver a mis amigos, alrededor de un mes algunos de ellos se habían ido de viaje.

Salí del vestidor con mi intento de moño, me cabreaba que después de tanto tiempo tratando de acomodar mi estupido pelo no me saliera el peinado del video que había tratado de seguir al pie de la letra. No usaba nada de maquillaje, me hacía sentir alguien que no era solo acudía a él en ocasiones muy particulares. Cuando entre en la habitación vi que Val soltaba humo porque todavía no me había puesto el espantoso uniforme que exigían en ese colegio -nunca me iba a acostumbrar a llevarlo- me daba mucha pena verla allí de pie pero era más mezquina que el imbecil de mi hermano.

Una vez lista nos dirigimos hacia la escalera para desayunar y ponernos en camino. Abajo estaba mi padre sentando en la isla, con un aire de superioridad que lo hacía verse muy elegante. El era uno de los empresarios más importantes de Italia, se dedicaba a la contabilidad o algo así, nunca lo había entendido porque los  números no eran lo mío, tenia varias sedes por todo el país aunque mi favorita era la que estaba en Roma. A veces me decía que le gustaría que yo fuese su sucesora y dirigiese su empresa una vez que la heredara pero a mi lo que me gustaba era el derecho, no soportaba las injusticias y acepto que aveces no me callaba las cosas -un defecto entre tantos-.

Rostros Traicioneros [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora