En el transcurso del recorrido del autobús hasta el centro comercial a la que se dirigía, Jeongin no dejó de pensar en la conversación que había con Hyunjin. ¿Tan mal omega era? cuando era más pequeño, y hasta hace unos meses atrás, su madre le afirmó que sería un buen omega para la familia que llegaría a formar. Tenía caderas anchas para tener cachorros, y muslos gruesos, la cosa favorita de los alfas. Los alfas amaban a los omegas con carne de donde agarrar o morder durante sus celos, ellos no querían a un omega escuálido y sin chiste. Jeongin tenía todo eso. A veces pensaba que Hyunjin era un alfa "único" y no le gustaban de ese tipo, como él. Aunque, de ser así, no lo hubiese llamado para calmar su celo, y tampoco sus muslos debieron haber quedado completamente magullados de tantas mordidas y apretones que le daba. Aún cree tener marcas de ese día, y fue tan sólo hace unos meses.
¿Era posible que el lobo de Hyunjin no sintiera nada al tener a Jeongin cerca? Porque Jeongin si sentía, y mucho. Cuando él estaba ausente, su lobo aullaba por ir en busca del alfa y verlo. Cuando estaban cerca, su lobo chillaba por atención del alfa y soltaba dulces feromonas para atraerlo, y no dejaba de hacerlo hasta que Hyunjin lo mirase, aunque sea, de reojo. Al pelirosa siempre le pareció atractivo el alfa, en ocasiones lo veía por la escuela y pensaba que tenía una bonita sonrisa, porque si, había visto a Hyunjin sonreír, pero sólo con sus amigos, y cuando eso sucedía, lo único que existía a su alrededor eran esas lindas comisuras levantadas, y sus lindos dientitos que sobresalían al sonreír, entre esos lindos y esponjosos labios.
Nunca había tenido la necesidad de estar todo el tiempo a su lado o, al menos, tener algo que oliera a él para calmar su sed. Aquello lo llevaba a atribuir el embarazo quien lo ponía así. Tal vez, el bebé necesitaba la protección y presencia del alfa, más de la debida.
El autobús para justo fuera de la puerta del centro comercial. Se dirige hasta la sección de restaurantes, donde lo espera Felix, su mejor amigo, un adorable omega, pero que no te deje engañar, podría parecer adorable, pero si lo hacías enojar, sacabas al mismísimo diablo. Es un chico de su misma altura, cabello platinado, y de igual forma, de muslos rellenos y caderas anchas, algo que le parecía encantar a Changbin. Podría ser que muy en el fondo, Jeongin deseaba que con Hyunjin fuera igual.
- Hola, Innie, ¿Cómo estás? - Él ya está en una mesa, solo y comiendo algo de Naengmyeon.
- Hola, Felix. Algo cansado, ¿Y tú?
- Estoy bien, gracias - Tomo un par de palillos extra junto al plato de Naengmyeon que había ordenado y se los pasa a Jeongin para que comiera también - Pensé que debías estar hambriento.
Y sí; mucho la manzana que comió en la mañana no había sido suficiente. Su estómago rugía y ardía por ser llenado de lo que sea.
- Bastante. - Revela. Cuando el Naengmyeon ya esta menos caliente que antes, agarra un poco para comenzar a comer.
- Y... ¿Cómo es la vida con Hyunjin? ¿Te trata bien? Changbin dice que es algo algo bruto contigo.
¿Qué debía contestarle? ¿Qué el alfa era un imbécil y bruto con él, o que apenas y hablaban?
- Sí, lo es, pero no hablamos mucho, ¿Sabes? Sólo lo necesario.
- La comunicación con el alfa durante el embarazo es importante.
- Cuando es tu alfa, Jeongin.
- No, Felix - Niega con su cabeza en un suave movimiento. El rumbo el cual estaba tomando la conversación hizo que su hambre se esfumara por unos instantes, Jugó con las mangas largas del suéter de Hyunjin mientras se relamía los labios - No lo es. Él me lo dijo hoy.
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Ven aquí y amame
RomanceA sus 19 años, Jeongin debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos - o largos - 19 años, Yang...