Eight

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La casa de Jeongin es hogareña, es lo primero que se le viene a la mente a Hyunjin. Dentro de él, hay decoraciones que desprenden el olor a hogar, muebles de madera, y fotos familiares en marcos que colgaban de la pared. Al entrar por la puerta, lo primero que vez son las escaleras que llevan al segundo piso, a las habitaciones. Hyunjin revisa detalladamente el lugar mientras olfatea disimuladamente en busca de algún olor extraño - su alfa se lo ordena, en modo de protección -, pero solo llega a sentir el olor de Jeongin.

- ¡Mamá, ya llegué! - Jeongin grita por sobre la música que inundaba todo el hogar.

El omega le indica al pelirubio que dejara las cosas sobre el sillón. Una señora de cabello hasta la media espalda y  rubio sale de la cocina, no es muy delgada pero luce bien. Su piel es pálida y su cara es de finas facciones, el alfa alcanza a percatarse que tiene las mismas cejas que Jeongin. Hyunjin la recuerda, ha visto antes a la madre del omega, sólo que nunca se fijó en detalle como era realmente.

- ¡Oh, Innie! Llegas algo tarde, ¿no crees? - La mujer se acerca a los jóvenes, secando sus manos con el mandil que llevaba puesto.

- Sip, fui con Hyunjin a hacer una cosas. - El omega se acerca a su madre para darle un abrazo. Hyunjin se queda en su lugar sin moverse hasta que la beta le dirige una mirada y le sonríe.

- Hola, Hyunjin. ¿Te quedarás a comer? Si es así, es un placer para nosotros tenerte aquí.

- Buenas tardes, señora Yang - Haciendo una corta reverencia, asiente - Si, sería un gusto. Muchas gracias.

- Bien, si quieren comer tendrán que esperar un poco, porque todavía estoy preparando las cosas.

- Esperamos entonces. - Jeongin dice, contrayendo sus hombros.

- ¿Por qué no van arriba a esperar? - Sin poder usar sus manos, la beta empuja con sus caderas a su hijo en dirección hacia las escaleras - Total, embarazado ya estás.

- ¡Mamá!  - El omega le reprocha con una mirada de sorpresa pero su madre sólo se ríe divertida, caminando a la cocina - Ven Hyunjin, te llevaré a conocer mi habitación.

Con las mejillas rojas y calientes, ambos suben calmadamente cada escalón. Jeongin se dirige a una puerta pintada de color rosa y la abre. En las paredes hay pósters de grupos de música infantiles.

- Tu habitación es... - Hyunjin frunce el ceño, buscando alguna palabra que fuera correcta para la situación, algo - amable - para decir.

- ¿Infantil?, lo sé - asiente, pasando sus manos por su póster de su grupo favorito, recordando aquellos tiempos donde los escuchaba y con la cual había crecido - La última "remodelación" que hice fue cuando tenía 12 años.

- Eso explica... todo, prácticamente.

- Pero, ¿no te gusta?

- Si, digo, es lindo, creo.

- Yo mismo pegué cada póster en la pared. - Mira alrededor con detalle, y el contrario puede notar el brillo nostálgico que se presenta en los ojos del pelirosa- mamá creía que era obsesivo y que algún día-

De golpe, deja de hablar y sus ojos se nublan, sus rojizos labios se abren pero no sale palabra alguna de ellos. Hyunjin quien miraba alrededor voltio hacia el omega extrañado al no escucharlo hablar, encontrandolo de esa manera.

- Jeongin, ¿estás bien?

El omega con los ojos bien abiertos, sonríe. Intenta hablar pero no queda callado otra vez.

- Se-se está mo-moviendo, Hyunnie - Voltea hacia donde se encontraba Hyunjin y le sonríe -

- ¿Quién?

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