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27 años

Sexto mes

El castaño se encontraba solo comprando algunos alimentos con un puchero en su rostro, Jihoon tuvo que irse antes de que él le pidiera un antojo.

Camino por el lugar de la comida chatarra lamiéndose los labios. Su sentido paternal adquirido procuró que todo lo que quería comer fuera aceptado por sus indicaciones médicas.

Olfateo el aire y se puso en modo defensivo, un alfa estaba cerca.

Había una cosa que Junkyu no soportaba, otros alfas a parte de su marido. No podía estar cerca de uno porque solo pensaba en arrancarles el cuello.

El alfa recién llegado se posó a un lado del castaño mirando todos los tipos de galletas que habían allí.

No era ninguna amenaza, pero aun así Junkyu estaba con sus manos en el estómago, como si estuviera intentando proteger a su bebé.

"¡Estás preñado! Pensé que eras un omega, pero veo que eres un alfa. Qué curioso, nunca había visto un alfa preñado." mencionó el extraño tomando un paquete de galletas, mientras miraba a Junkyu con una sonrisa y el castaño miró lo que tenía en sus manos.

Molesto, Junkyu tomó varios paquetes de papas y los posó en su carrito, después miró nuevamente las galletas del desconocido alfa. Su vista se enfocó en la estantería, donde notó que el único paquete de galletas de ese tipo, eran las que el alfa tenía.

"¿Se te antojaron?" preguntó el amistoso alfa y Junkyu se sonrojo.

"Solo poquito." confesó.

"¿Quieres que las compartamos afuera?"

Estoy esperando un bebé de mi pareja, no me coquetees, pensó el ojimiel.

El alfa enfrente suyo captó que lo estaba molestando y miró las galletas de sus manos.

"Supongo que puedes tenerlas." las ofreció y el castaño las acepto regalando una radiante sonrisa conjunto un sonrojo adorable en sus mejillas; se alejó con su carrito, tarareando.

El alfa que se quedó en el pasillo se tapó la boca, sintiendo su rostro calentarse.

Qué hermoso, pensó.

Séptimo mes

El vientre de Junkyu ya estaba algo –muy– abultado y cuando los maridos salían a pasear como lo hacían regularmente, él era el captante de todas las personas de su alrededor.

Ya que claramente dos alfas unidos y con un bebé en camino, no se solía ver con normalidad.

Las miradas molestaban de una manera grave a Jihoon, ya que su sentido de protección se elevó por las nubes de forma rápida.

"Honnie, quiero un helado napolitano."

"Pero Kyunie, acabamos de pasar el señor de los helados hace varios metros." el azabache observó el camino que habían hecho para ver al señor de los helados muy alejados de ellos; suspiró sabiendo que debía ir a la fuerza. "Bien, pero quiero que me esperes aquí sentadito."

"Síp." contestó Junkyu sentándose como un buen niño en la banca, Jihoon le besó los labios y le dedicó una sonrisa, antes de ponerse a correr.

El castaño en su soledad, se levantó del asiento acariciándose la pancita. Suspiró mirando los árboles. Cuando bajo la mirada se encontró a un beta observándolo con detenimiento.

Lo ignoro, pero el beta se acercó a él de manera tímida.

"¿Eres un omega?" preguntó y Junkyu se atragantó con su saliva.

"¿Qué? ¡No!"

"Eres muy bonito, pensé que serías omega; además estás embarazado."

"Soy alfa..."

"Un alfa... ¡Wow!" chilló emocionando con sus ojos brillando. "¿Puedo tocar tu vientre?" el castaño abrió los ojos sorprendido, iba a negarse, pero el beta que estaba enfrente de él fue muy amable.

Aparte, Junkyu no tenía ningún problema con los betas u omegas.

"Sí, está bien." aceptó.

Cuando el beta iba a tocar la pancita de Junkyu un manotazo lo alejó, Jihoon estaba allí jadeando con una mirada asesina con un par de helados en una de sus manos.

"Honnie, no te portes así de grosero."

"Lo siento, aún estoy lidiando con este lado protector." le dijo el azabache al beta, ofreciéndole uno de los helados a su pareja que gustoso lo aceptó.

"No pasa nada, ya me iba." se alejó el joven beta.

"¡Lo asustaste!" le pegó Junkyu cuando se encontraron solos.

Octavo mes.

"Estírame con fuerza."

"No, te voy a dañar." lo intentó jalar con delicadeza, pero de tanta delicadeza no aplicaba ni un poco de fuerza.

"¡Oh vamos! Soy un alfa, sé cómo proteger a mí cría. Si soporto las patadas de emoción del bebé cuando llegas a casa todos los días, esto no es nada."

"Esta bien."

Y a pesar de que solo uno de ellos estaba embarazado, para el noveno mes ya no podían besarse los labios.

Tú eres el omega [Jikyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora