Decisiones Para Vivir

El Deseo De La Diosa

I'm such a mess
The other day I hurt my self to see
Oh if you care
If you bleed like cracks in the mirror
Oh, I slit my skin 'til I, I felt something real
Cause I was losing, losing my reflection

There's a hero in you
Inside of you
Oh, who resolved the down
But I'm asking why I'm still here
Standing in the rain

Did I fail you, dear, like painless suicide
You burried the creed beneath blood-red roses
Had life, life just begun
I knew nothing could stay the same
But feeling, can feeling last forever?

There's a hero in you
Inside of you
Oh, who resolved the down
But I'm asking why I'm still here
Standing in the rain

They said there's a hero in you
Who'd fight with fears
Who could set you free
From pain from the world
In a world you've been left alone

There's a hero in you
Inside of you
Oh, who resolved the down
But I'm asking why I'm still here
All by myself
Feeling the touch of rain on my skin

El pánico a la muerte inminente la ahogaba y no lograba llenar sus pulmones de oxígeno, obligándola a tomar grandes y desesperadas bocanadas de aire al tiempo que gotas de sudor dibujaban un sendero húmedo por si rostro. El vestido blanco de hombros descubiertos que bajaba hasta sus tobillos se había rasgado y embarrado en el desesperado escape. La mano de su valeroso guardián la sujetaba con fuerza, guiándola en la huida. Sólo lograba ver su espalda, y sobre ella, la pandora box de su cloth. El chico no se encontraba en mejores condiciones: Sólo llevaba unos pantalones de tonos claros totalmente rotos y sucios, su cuerpo colmado en heridas profundas, sangre y sudor. Si no se apresuraban, ambos morirían.

—¡Más rápido... ! ¡Más rápido... ! ¡Por favor, no te detengas, no falta mucho! —lo escuchó gritar con la voz entrecortada mientras corrían sin descanso por los casi oscuros terrenos de las colinas del santuario; pronto anochecería y la situación se complicaría aún más.

Pero entonces el paso de su acompañante se hizo más y más lento hasta finalmente detenerse. El pánico le recorrió la espalda con un fuerte escalofrío, ¡tenían que apresurarse o... ! Pero él se volteó hacia ella, con el rostro herido y húmedo, aún con la respiración dificultosa. Clavó sus ojos esmeraldas en los de su diosa con ternura y devoción, ella tembló ante esa mirada profunda y penetrante.

—Por favor, te lo ruego, nunca claudiques ante las dificultades. Tu futuro es incierto, pero... recuérdalo: Siempre estaré a tu lado, Athena.

Un resplandor dorado brilló desde el interior del pecho del soldado, llenándolo por completo, y su cuerpo comenzó a desvanecerse. Ella ahogó un grito desesperado.

—No... ¡Por favor, no me dejes! ¡Vamos, corre! ¡¿Por qué te detienes?! ¡No podré hacerlo! No sin ti... —su voz cambió de la desesperación a la súplica—. ¡¿Es que no me escuchas?! Por favor, por favor... no de nuevo... —lo llamaba con angustia y con sus ojos bañados en lágrimas mientras la figura se desvanecía lentamente ante ella. Se aflojó el agarre de sus manos, la estaba soltando. La energía que aún permanecía del cosmos del guerrero la envolvió en un dulce y angustiante abrazo.

—Para siempre... —susurró el viento sus oídos como una triste melodía cuando él finalmente desapareció.

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