Sexo y curiosidad

751 94 28
                                    

—Llévame a tu habitación y descúbrelo. atacó sus labios nuevamente.

Caminaban sin cuidado. Sus pasos se vieron interrumpidos por al choque con el sofá de la sala, la rubia aprovechó sus posiciones y dejó un buen apretón en las nalgas de la menor, acto que pegó ambos cuerpos más de la cuenta y le permitió adentrar sus dedos un poco más allá para intencionalmente rozar con su zona sensible.

Un quejido gutural salió de la garganta de la taiwanesa. Esta se lanzó a sus labios regalándole a la mayor uno de los mejores besos que habían compartido hasta el momento. Sin esperar un segundo más la guió hasta su lugar de descanso. Shuhua cerró la puerta acorralando a Soojin allí, dejando marcas en su cuello y heridas en su espalda que en lugar de doler, a la rubia la prendían de sobremanera.

Mientras la pelinegra se encargaba de la sensible piel sus manos descendieron hasta el borde de los pantalones de la contraria, bajándolos al mismo tiempo que ella lo hacía, quedando de rodillas en el piso y con una Soojin en ropa interior también. La mirada que Seo le dio la hizo temblar. Joder.

Pero, antes de poder realizar lo que tenía planeado, la coreana regalándole una sonrisa atrevida hizo que se pusiera de pie nuevamente, empujándola hasta la cama donde cayó sentada.

—Me gusta tener el control a veces, Shuhua, ¿sabías eso? mencionó arrodillándose quedando a la altura de los muslos contrarios. Los separó y se posicionó en medio de estos. Besó, mordió y succionó la parte interna. Definitivamente dejaría marcas.

Shuhua se aferró a las sábanas con ambas manos. Mordía su labio en un intento de contener los sonidos que deseaban escapar de su garganta. Quería que la rubia se esforzara un poco más por ellos. Bajó su mirada hasta encontrarse con los ojos de la chica entre sus piernas que con un guiño tomó el borde de su ropa inferior tirando de ella hasta quitarla por completo.

La pelinegra dejó salir un jadeo. No sería su primera vez teniendo relaciones sexuales pero sí su primera vez recibiendo sexo oral. Se sentía más alerta que otras veces. Su desnudez estaba siendo profundamente observada por otra persona por lo que el sentimiento de exposición y vulnerabilidad se hizo presente rápidamente. Cerró sus ojos en un intento de alejar las emociones negativas pero esto no pasó desapercibido por Soojin.

—Shuhua, mírame habló sin moverse de donde estaba —. Mírame repitió riendo levemente. Shuhua abrió sus ojos dándole una mirada interrogante—. Estoy de rodillas por ti. –dejó salir en un tono bajo, buscando las manos de la contraria.

Con movimientos tranquilos y sin depositar todo su peso se posicionó sobre el cuerpo de la más joven. Colocó sus manos entrelazadas a cada lado de los oscuros cabellos y conectó sus miradas.

—Lo siento, yo... la taiwanesa intentó hablar pero fue interrumpida por los labios de la rubia.

—Está bien, cariño. ¿Quieres que me detenga? preguntó. Shuhua negó— Bueno... Te diré algo soltó seriamente–. Eres caliente como el infierno. con su dedo índice tocó uno de sus hombros e hizo como si quemara– ¡Joder! Estás que ardes –bromeó–. Pero en serio, si quieres que pare dímelo y lo haré, ¿está bien?

Shuhua sonrió asintiendo. Soltó un suspiro y pasó sus manos por la espalda de Soojin sellando sus labios en un beso necesitado. Adentró su lengua a su boca, deslizándola y succionando de la manera más sensual posible. Tomó el labio inferior con sus dientes, mordiéndolo y jalándolo hasta escucharla quejarse, solo así lo dejó ir, no sin antes chuparlo en un intento de apaciguar el dolor.

Las manos de la mayor estaban en sus pechos, masajeándolos y jugando suavemente con los erectos pezones, mandando corrientazos al cuerpo bajo el suyo. Se frotaba en el centro desnudo de la pelinegra sintiendo la humedad que desprendía su femineidad sobre su propia tela. Eso las golpeó de una manera diferente. De verdad estaban ardiendo.

¿PUEDO LLAMARTE MÍA? - SOOSHU (final)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora