ataque por sorpresa y ceremonia inesperada

649 56 5
                                    

¡Un cazador!, no pude reaccionar y me golpeó con un bate de béisbol, caí al suelo pero me fuí poco a poco levantando, me pesaba todo el cuerpo y me tambaleaba pero me levanté. El cazador era corpulento pero parecía tener poca experiencia en lo que hacia. Llevaba una bolsa  de deporte con el. Al ver que con el bate no me pudo hacer nada,puso una cara de asco y después sacó un palo de golf. Lo giró dos o tres veces en la mano y luego me volvió a golpear en la cabeza varias veces hasta que perdí la consciencia.

Al despertarme estaba atada a un árbol con una cuerda gruesa que me debilitaba cada vez mas, parecía que me estaba chupando la energia. Al observar mejor el entorno y la vegetación pude deducir que estaba  en el bosque. Quedaba poco para la confrontación y yo puede que  estaba de cebo, o de intercambio, o de chantaje, en cualquiera de los modos saldríamos perdiendo.

Tenía que liberarme de estas cuerdas como sea, y muy pronto además.

Un cazador se me acercó.

-Que pasa escoria ahora no puedes hacer nada,ahora eres inofensiva. Como un cachorrito, vete con el rabo entre las piernas.Menos mal que estamos nosotros para exterminar a jentuza como vosotros.- me dijo el cazador escupiendome en la cara.

Yo empecé a gruñirle, lo único que me impedía matarlo eran las cuerdas a las que me habían atado. Después de un rato el cazador se fue.

-¿que querrán de mi?- me pregunté

Me quedé completamente en silencio y de repente oigo un aullido.

-reconocería ese aullido en cualquier parte, ya ha empezado la guerra,- dije en voz baja.

Se me acercó el cazador jefe y me dijo:

-todo cazador se convierte en presa.-

-¿porque me tenéis, que vais a hacer conmigo?-

- te vamos a sacrificar, cuando tu manada venga verán como te desangras indefensa, como se desangra una alfa, como se desangra su líder. Para que vean que nosotros no nos andamos con juegos- dijo el cazador afilando una daga.

la loba de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora