Se siente tan vacío todo. Todo. Y cuando digo todo es literalmente todo: los lugares, las personas, las redes, las aplicaciones, los encuentros, los besos, el sexo, las caricias, los golpes, las lágrimas, las ansias, las aspiraciones, los sueños, las canciones, los chicos, los sentimientos, los animales, las plantas, el cielo, las tormentas, las nubes, el sol, los pájaros, el frío, el calor, el hambre, la sed, los pasos, la guitarra, mi voz, tu voz, los familiares, la piel, la escritura, las uñas, las garras y los arañazos, las luces, la simetría, los sonidos, los abrazos, las mentiras, los engaños, los "te quiero", los "te amo", los "te extraño", los melismas, los falsetes, los agudos, los gritos, los sollozos, el agua, la tos, los cigarrillos, el alcohol, la cama, los libros, el estudio, el trabajo, el no trabajo, los amigos, las frases, los memes, los ídolos y los fans.
Todo.
Todo se siente vacío sin vos.
Odio, odio con todo mi Alma que sea a así, que seas así.
Te amo tanto que me encantaría ser física y espiritualmente capas de erradicarte del universo, de todos los universos en los que existas.
¿Por qué? ¡¿Por qué?!
¿Por qué tenías que decírmelo?
"No eres nada sin mí."
Y yo lo creía tanto que sentir este vacío me hace dudar. ¿Te amo?
¿Si siento este vacío es porque realmente me hacias sentir llena?
Recuerdo que todo tenía un sentido específico y claro. Correcto.
Pero no quería ese destino tan sellado. Sin embargo el ser tu hija/amante/hermana/esposa/amiga le daba, más que nada, sentido a mi existencia.
Sabia que me salvaste de algo que no sabia si fue real y que jamás podría saberlo, aún así te seguia. Sabia que me amabas sin que me lo dijeras, sin que lo demostraras, sin sentirlo, y yo te amaba igual. Sabia que debía seguir tus órdenes y aferrarme a los castigos, por más que no tuvieran sentido, eran mi fuerte, mi mantra.
Tenia 11 años. Una puta década de vida, una. 1. Once años donde te hiciste mi todo y yo era más vos que yo misma.
Me consumiste.
Me dejaste acabada. Te di absolutamente todo. No tengo nada.
Mi odio hacia vos mató lo último de cualquier cosa que pudiera germinar vida y sentido en mi ser.
Y después de seis años aún no puedo renacer.