Se escurre por mi piel entrando por mis poros. Me siento en calidez aunque la noche que las acompaña sea fría. Soy bañada por las luces.
Ellas son tan perfectas hasta el punto en el que creo que son mi amor.
Permanecen brillando durante toda la oscuridad, la luz natural del sol son su peor enemigo y debido a ello, ellas brillan todas juntas amando a su hermana mayor, la luna.
Cada uno de sus rayos hipnotiza mis pupilas influenciadas por la melancolía y la sensación de cansancio.
Soy vulnerable ante su manera de bailar conmigo ya que cuando lo hago ellas siguen cada movimiento de mi cegada vista.
Una simple luz puede alumbrar por si sola con ayuda de la energía, ilumina a todas las personas sin juzgar por raza, sexo, edad, etnia, etc. Proporcionan un espectáculo visual que pocos admiran con tanta pasión como yo.
Ellas dependen de mí, dependen de la humanidad y el saber que soy parte de eso, de su razón de existir, me genera paz.
Sin ellas yo no me puedo mostrar en el camino, y sin mi ellas no pueden mostrarse.
Les gusta ser miradas desde los lugares más difíciles de llegar, les gusta ser ostentosas. Lo aman. Disfrutan de todo tipo de musica existente en este plano terrenal, aunque empiezo a creer que también pueden escuchar música de otros universos paralelos a la vez. Les gusta la lluvia de cualquier tipo, los rayos y los relámpagos; ellos son arte de energía propia y eso enamora a las luces, son la pareja perfecta.
Las amo con todo mi ser.