ㅤㅤvi. diagon alley

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( callejón diagon )


SHANIA LE HABÍA MANDADO UNA BUENA RACIÓN DE GALEONES Y UNA COPIA DE LA LLAVE DE SU CÁMARA EN GRINGOTTS, PARA QUE LA USE CADA VEZ QUE LA NECESITE. Y tanto Ariel como Jane y Mike estaban agradecidos con ella. Realmente la extrañaban muchísimo.

Hoy tuvieron que madrugar, irían al callejón diagon y Ariel tenía que conseguir una nueva varita pues la que tenía la compró cuando tenía 7 y, aunque le tuviera cariño, ya era hora de cambiarla. El mango estaba muy desgastado y la madera muy rasgada.

Desayunaron como todos los dias, Ariel y Mike en silencio y Jane charlando un poco con Molly. Los demás hablaban en pequeños murmullos y algunas veces les lanzaban miradas fugaces, al parecer Ginny les había contado sobre que Ariel y Mike durmieron abrazados. Arthur lo miraba con el ceño fruncido, se le hacía inevitable tener celos de padre, a el le encantaría acercarse y abrazar a su hija pero ella no lo dejaría.

Por polvos fluu aparecieron en el callejón. Se dividieron en grupos; Ron, Harry y Mike irían a comprar los libros; Molly, Ginny y Jane irían a las túnicas; y Ariel iría primero a la varita y luego se uniría al grupo de Ron Harry y Mike.

Sola, fue hasta Ollivanders y entro a la tiendita. Pronto, apareció un señor bajito y gordito con una sonrisa amistosa.

— ¡Ariel Weasley! ¿O debería decir Fisher? He estado esperando este dia por muchos años. Ven querida, acercate un poco. —

Ariel le hizo caso. Empezó a medirle los brazos, luego el centrimetro siguió midiendola mientras el señor buscaba varitas.

— ¿Derecha o izquierda querida?

— soy ambidiestra — eso hizo que Ollivanders sonría mas. Busco entre un montón de cajas y saco una de color bordó.

— prueba esta, querida. — Ariel agarró la varita y un monton de vidrios se rompieron. El señor le sacó la varita y buscó otra.

Estuvieron horas buscando varitas hasta que Ollivanders fue al fondo de la tienda y buscó en el estante mas alto. Mientras, Ariel veía desde la ventana como pasaba la gente caminando junto a su familias. Hizo una mueca y luego cedió toda su atención a Ollivanders. En sus pequeñas y regordetas manos tenía una caja totalmente negra y llena de polvo. La abrió y saco una varita negra, con dibujos raros en el mango y la punta algo afilada.

Ariel tomó la varita y la sacudió un poco. Todo lo roto se arreglo. Ollivanders sonrió y Ariel también. Realmente, su nueva varita se parecía fisicamente a la varita que compró cuando tenía 7.

— estupendo señorita Weasley. Es una varita muy especial y única, de 36 centímetros hecha de madera de serpiente y con un núcleo de cuerno de basilisco, es 50% rígida y 50% flexible. Esta varita no la cree yo, en realidad fue creada por quien creó la casa de la cual eres heredera querida.

» Anteriormente le pertenecía a uno de los fundadores de Hogwarts, pero hace setenta años un familiar de esa persona trajo la varita y me comunicó algún día la próxima heredera de esa casa tendría el placer de ser elegido o elegida por esta varita. —

Ariel se sorprendió tanto que casi se atraganta con su propia saliva. Miró la varita y un sentimiento de orgullo le llenó el pecho; ella tenía algo que sus hermanos no, ella era heredera de una casa.

— ¿De quien era esta varita señor?

— siento que eso no puedo decírtelo querida. Tendrás que descubrirlo tu sola. Te recomiendo que hables con Dumbledore. —

Resignada, asintió y pagó la varita. Salió de la tienda más contenta y fue a la librería donde estaban Mike y los demás. Se acercó a el y lo abrazó super fuerte, empezó a reir como loca y Mike sonrió un poco mientras aceptaba el abrazo. Detrás de ellos, Ron y Harry los observaban; Ron queriendo separar a ese niño de su melliza y Harry confundido.

— mike, acabo de enterarme que soy heredera de una casa. — le susurró en el oido. Se separaron del abrazo y el estaba confundido. ¿Su Ariel era heredera de una casa?

Ariel prometió explicarle mejor cuando esten solos y siguieron comprando sus cosas. Ella se compró algunos libros que no le eran necesarios, pero algo en su interior le decía que tenía que comprarlos. También se compró una escoba de carreras y plumas y tintas de diferentes colores. Un nuevo cuaderno para sus anotaciones sobre las estrellas y algunas pociones y hechizos.
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***
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— ¿Entonces me estas diciendo que eres heredera de una casa pero no sabes de cual? — vuelve a preguntar Jane asombrada.

Ariel asiente y saca su varita para mostrarselas.

— es extraña. Ollivanders la sacó de una caja toda negra y llena de polvo, y lo mejor o peor es que me contó que una mujer le trajo la varita hace setenta años. Nunca creí que venir a Hogwarts me convertiría en una heredera con una varita mas vieja que cualquier persona. — movió la varita entre sus dedos.

Por primera vez desde que llegó a Gran Bretaña, tenía ansias de ir a Hogwarts y descubrir la verdad.

WRONG WEASLEY. | d. malfoy (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora