1) Yamaguchi

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Las luces de la autopista habían dejado de ser redondas en el momento en el que el coche rojo comenzó a coger velocidad. La carretera estaba relativamente vacía, con solo algunos vehículos circulando en dirección a Miyagi, la mayor parte siendo pequeños camiones de mercancía.

Tadashi Yamaguchi tenía once años, y perseguía los hilos de luces con las yemas de los dedos a través de la ventana. Viajar de noche era algo místico. Las estrellas se veían con más claridad en los tramos donde las farolas ya no funcionaban, y los ojos del niño brillaban cuando, como siempre, su madre se giraba desde el asiento delantero y le decía:

-¿Sabes? Las estrellas son como las pecas del cielo -sonreía, para luego intentar acariciarle suavemente las rodillas.

El cristal del vehículo familiar reflejaba débilmente la imagen de Tadashi en los tramos más iluminados. Se llevó una mano a la mejilla de manera inconsciente, acariciando algunas de las pequeñas motas que decoraban casi la totalidad de su cuerpo. Le gustaba pensar que, según lo que decía su madre, las pecas de su piel podían considerarse estrellas. El niño entrecerró los ojos, dejándose llevar por el cielo hipnótico y la suave charla que compartían sus padres en la parte delantera del coche.

Un frenazo brusco y el sonido de un claxon lo sacaron de su burbuja en un instante. Todo sucedió en apenas unos segundos, pero Yamaguchi pudo sentir el tiempo detenerse mientras veía, impotente, como dos haces de luz se agrandaban hasta cegarlo. Oyó a su familia gritar, y un estruendo de metal y cristales que no es posible describir. Sintió como todo se doblaba a su alrededor, girando sobre sí mismo y apretando hasta dejarlo sin aire en los pulmones. La oscuridad se apoderó de él, y esta vez no habían estrellas. Solo un pitido, que aumentaba de volumen hasta que-

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-¡Mamá! -gritó, incorporándose de golpe en su cama, agarrando con fuerza las sábanas a ambos lados de su cuerpo. Tardó un momento en situarse en su habitación, con el corazón golpeándole con fuerza en el pecho y la respiración entrecortada. Tragó saliva, y detuvo la alarma que sonaba en su móvil sin apenas mirarlo. Se encogió ligeramente sobre sí mismo, cubriéndose la cara con las manos y presionando con fuerza, temblando, intentando aflojar el nudo que se había instalado en su garganta.

No era algo inusual que Yamaguchi sufriera esa pesadilla al menos un par de veces al año. Pero aún así, el chico no entendía por qué su mente se empeñaba en castigarlo de aquella manera. Además, estos sueños eran más bien recuerdos que solían aparecer en fechas concretas... Y aún no era el momento.

Se levantó, aún sintiéndose algo débil, y se dirigió hacia el pequeño mueble con un espejo a un lado de su habitación. Se miró a los ojos, como siempre que se despertaba después de una mala noche, analizándose. Ante él se encontraba un chico de dieciocho años, muy similar al niño que perseguía las luces con los dedos a través del cristal del coche. Su pelo, de un color marrón que sospechosamente presentaba reflejos verdes, estaba revuelto y húmedo del sudor provocado por el sueño. En sus ojos castaños, enmarcados por unas oscuras ojeras, se intuían pequeñas motas de color hazel, que se asemejaban a las numerosas pecas que recorrían tanto su rostro como el resto de su cuerpo. Tadashi se miró aquellas marcas con pena. Ya no le gustaban. Ya no le parecían estrellas. Todo aquello había perdido el sentido hacía casi ocho años.

Se obligó a sí mismo a desplazar ese pensamiento lejos de su mente, y se dirigió al baño, dándose una ducha y preparándose como todas las mañanas. Apenas media hora más tarde, ya se encontraba en el piso inferior, peinado y vestido con el uniforme de la librería donde trabajaba.

Su abuela lo recibió con una sonrisa afable, terminando de preparar la comida. Bastaba una mirada a su nieto para saber que no había sido una noche fácil para él, pues podía leerlo como un libro abierto. Sin embargo, lo conocía lo suficiente como para saber que el chico prefería no mencionar el tema.

Estrellas En Tu Piel (Tsukkiyama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora