10. Amigos

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Dedicado a Miyuila

Desde ese día, Marc no hacia otra cosa que estar al pendiente de Rosie, la veía cada vez que pasaba por la cafetería y me regañaba por no hablarle o por intentar ser su amigo, pero yo le decía que tenía otras cosas que hacer en la escuela porque a diferencia de él, yo no estaba todos los días con ella en mi mente, aunque en el fondo, no lo hacía por ello, más bien era que sin darse cuenta había creado una especie de rechazo hacia Rosie, sentía celos de que su hermano de repente estuviera obsesionado con ella.

Me había dicho a mi mismo que haría todo lo posible por evitar hablarle, no me importaba si mi hermano se molestaba conmigo o si perdía la oportunidad de tener en mis manos a mi hermano, no valía la pena hacerlo, la idea de ser amigo de ella era simplemente inaceptable.

Sin embargo, las circunstanciadas cambiaron rápidamente para mis planes, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba con Rosie y su amiga Martha en el almacén, aunque ella no había dicho mucho en ese lapso de tiempo me pareció que no era una mala persona por lo que me sentí culpable por haberle tenido tanto rechazo, sentí que era egoísta por pensar que la felicidad de mi hermano no me importaba al punto de no ayudarlo con la chica que le gustaba. De repente comencé a hacer todo lo posible para que entabláramos una conversación, incluso acepte hacer la carrera de obstáculos; yo sabía que ella era rápida pues, Marc se había encargado de preguntar por ella a los vecinos, sin embargo esta vez yo podría probar si lo que decían era verdad.

Ambos nos miramos desafiantes, Martha dio la señal y salimos corriendo, comencé a correr con todas mis fuerzas, ella era rápida, paso cada obstáculo sin problema como si estuviera flotando, sus pies eran agiles y sus movimientos eran precisos pero yo no dejaría que ella ganara, había tomado una decisión y al menos quería poder vencerla en algo, no tenía nada en contra de ella, era contra mi propio yo interno egoísta que se negaba a dejar ir a su hermano. Finalmente la alcance, mi respiración ya estaba al límite, pero logre pasarla por poco, al final fui el ganador, pero yo había perdido una batalla que yo mismo había iniciado y del que ella no sabía nada.

Ese día fue cuando Rosie conoció a mi hermano, y fue el día en que acepte que en el fondo, ella también me agradaba.

Hoy era la competencia y estaba sumamente nerviosa, estaba haciendo un pequeño recorrido alrededor del vecindario cuando George salió de la cafetería y me saludo.

-Es bueno que estés calentando, podrías lastimarte antes de empezar- Dijo mientras introducía un código para el contenedor de basura, una vez que era puesta en ella era succionada por debajo como una especia de túnel de presión hasta los depósitos en una islas cerca de la capital, ahí eran clasificadas las bolsas y se hacían cuadernos nuevos con el papel y lo que no servía se incineraba en calentadores gigantes para ser transformados en energía eléctrica.

-Sí, y tu estés listo para que el brazo se te duerma de sostener la cámara- dije riendo y colocando una mano en mi cintura, el solo se rio, en ese instante salió su hermano Marc, por un momento mi corazón tuvo un mini- infarto pero puse la mejor expresión "normal" que pude, el al ver me sonrió de oreja a oreja, yo le devolví la sonrisa.

-Buenos días Rosie, ¿lista para la carrera?-

-Sí, estaba calentando cuando George salió y me detuve a platicar con el- le dije mientras George terminaba de vaciar las bolsas de basura sin decir nada.

-Bien, entonces espera aquí- dijo antes de meterse de nuevo a la cafetería.

-Oye, Rosie- me dijo George al ver que no dejaba de mirar la puerta por donde se había ido su hermano

-¿Qué?- logre decir, y enseguida sentí mucha vergüenza. George solo hizo sus ojos hacia arriba y sonrió.

Marc salió de nuevo con una cajita envuelta.

The Orion Hunter CompanyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora