4. George

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-Sí, desde luego Rosie, y muchas gracias- Antonio parece aliviado de que esa haya sido mi respuesta.

-Sí, de nada, por cierto, ¿porque hay tantas personas de la escuela aquí?- Intuyo que se debe al chico nuevo, pero esa no puede ser toda la razón, he observado a mi alrededor en estos minutos y he visto a chicos de clases más avanzadas aquí, y eso no puede ser ninguna coincidencia.

-Pues a mí me contaron que el café aquí era genial, ¿no te enteraste?- me pregunta con un tono de sorpresa

-No la verdad es que no sabía nada, pero entonces, este lugar ya debe ser muy popular-

-Sí, así es, muchos chicos de clases más avanzadas han organizado foros en diferentes sitios de la nube- Por lo que me dice, este lugar ya debe ser viral en la red de la escuela y de la ciudad.

-Ya veo, bueno, supongo que habrá más personas de nuestra escuela viniendo por aquí-

-Es verdad, ¿Vives cerca de aquí?- Me sorprende que no sepa que soy la única persona que vive tan cerca de la escuela, pues muchos han aprovechado esa ventaja de mí, pidiéndome prestado cualquier cosa que ellos pudieran llegar a olvidar.

-Sí, así es, a unos cuantos edificios- De repente nos encontramos hablando sobre lo genial que es vivir cerca, y en determinado momento decidimos escanear nuestros códigos de teléfono para tenernos en contacto , pues al parecer si esta en muchas de mis clases, solo que nos sentamos en lugares bastante apartados. Es así como al cabo de una hora y de comer un pedazo de myumy, salimos de la cafetería, y yo camino hacia mi casa, al entrar en ella, veo que mi madre aun no llega, entonces decido comenzar a hacer mis deberes.

En entonces que recuerdo que Martha está enferma según dijo Antonio, y decido llamarle.

-Hola Rosie- Su voz suena bastante normal, ¿de qué puede estar enferma?

-Martha, ¿te encuentras bien?- Espero que no sea nada grave

-Sí, no te preocupes, de hecho debo pedirte una disculpa, supongo que Antonio ya hablo contigo-

-Así es, pero, ¿qué paso?- No estoy enojada con ella, pero quiero saber porque no podrá asistir al evento de la próxima semana.

-Bueno, creo que es un gran problema no poder decir no, veras me inscribí en la lista de voluntarios para la rifa de un teléfono porque la profesora Damara me insistió, el problema es que es a la misma hora que el torneo de relevos donde Antonio es nuestro representante de clase, entonces, le dije que estaba enferma esperando que te dijera a ti- Me sorprende que lo haya pensado todo menos en decirme que planeaba meterme al equipo con mentiras.

-¿Y esperas que solo te sustituya en el torneo y ya?- Trato de sonar indignada, aunque me causa mucha gracia la forma en la que terminaron las cosas.

-Te lo compensare Rosie, por favor, además, sé que tienes muchas ganas de participar, eres muy buena corredora- Bueno, en eso tiene razón, desde pequeña he adorado esa clase de competencias.

-De acuerdo, pero no te dejare escapar tan fácilmente- Al final la risa me ha ganado, al igual que a Martha.

-De acuerdo, bien, gracias Rosie, eres un amor-

-Lo se querida, bueno, nos vemos mañana, y trata de sonar enferma, para ser más convincente.-

-Muy bien Rosie, gracias, nos vemos- Al terminar la llamada, escucho que tocan la puerta, miro por mi ventana y es el resto de la mudanza, por fin han llegado mis cosas.

-Entonces... ¿había fila para tomar las ordenes?- Me pregunta Martha con sorpresa, lo primero que había hecho al entrar fue platicarle sobre la que ocurrió en la cafetería ayer.

-Así es, lo peor fue que debido a ello, pase una vergüenza cuando todos se voltearon verme cuando pidieron permiso- Aun siento vergüenza al recordarlo.

-No tendrías porque, después de todo es trabajo del ayudante del señor F-

-¿Por qué lo llamas así?

-Sabes que no puedo pronunciarlo correctamente, además, si lo usas conmigo, sería un lindo apodo, pero ese no es mi punto, es caso es que no debes sentirte avergonzada, por cierto, ¿sabes quién era? – Su pregunta me toma por sorpresa, pues de hecho, no había pensado que efectivamente no sabía su nombre.

-No tengo ni idea, le preguntaría al... señor F si pudiera- Martha suelta una risa- pero no lo he visto en la mañana, ni ayer, ni hoy-

-Pues ya lo sabremos por los chismes de la red y eso, de seguro alguien ya lo habrá publicado- Martha saca su teléfono y comienza a deslizar las pantallas- Lo encontré, mira-

Martha me muestra el teléfono y en ella se ve una imagen en movimiento del chico limpiando una mesa, mientras ve a la cámara y sonríe.

-Sí, es el, ¿han dicho su nombre?- Le pregunto tratando de leer los comentarios de abajo.

-No, al parecer no lo han dicho- Martha también busca en los comentarios cuando entra el profesor y las dos guardamos el teléfono y sacamos los libros.

-Buen día chicos, hoy tengo un anuncio de un nuevo estudiante en esta clase, por favor pasa, y por favor saluda a la clase- Dice nuestro profesor al tiempo que escolta a un joven al frente de todos.

-Un gusto conocerlos, mi nombre es George Hiont-

Todos nos levantamos y ponemos nuestra mano en el hombro izquierdo y hacemos una leve inclinación con la cabeza y la parte superior del cuerpo, es el saludo formal global, y solo se utiliza en ocasiones como esta. De repente un extraño sentido de familiaridad me invade, pues creo que he visto a este chico antes. Y mientras lo veo, la lluvia comienza a golpear de nuevo las ventanas. 

 

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The Orion Hunter CompanyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora