Septiembre: Capitulo 1

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Suena la alarma, mi cerebro se activa forzosamente, busco apagar el sonido molesto, en otros casos, hubiera retrasado la alarma y seguiría durmiendo, pero estaba esperando bastante que se alzara el día.

Abro las ventanas y veo el pueblo, frente a los apartamentos habían unas casas en las cuales nunca pensé vivir tan cerca, el pavimento mojado por el clima de la zona, el bosque a las afueras que se hacía notar por el viento que lo movía y un cielo grisáceo por la ligera lluvia que venía, abro la ventana para respirar el aire frío del exterior.

-Buenos días, Mississippi- digo para mi mismo en voz baja.

En ese momento la puerta es tocada fuertemente por Rafael.

-¿Vas a ir al colegio?- dice con una voz impaciente.

Miro hacia abajo notando que mi momento de soledad termina.

-Depende, ¿me puedo llevar la cama?- digo en tono sarcástico.

Oigo que él suelta una risa y sigue con sus quehaceres diarios, entro al baño para bañarme y vestirme, el uniforme era incomodo, un saco verde oscuro con una corbata de rayas, camisa blanca y pantalón negro.

Salgo a la sala donde estaba Rafael, alistandose con todos sus artilugios de niño de clase alta, me sorprende que en verdad trajeran a cualquier tipo de chico con mala conducta, incluso uno de clase acomodada.

Rafael es un chico moreno, un poco más alto que yo, con pelo largo y negro, él sacó el chaleco de lana verde y la camisa de manga corta del uniforme, supongo que quería presumir su reloj táctil y su pulsera de oro, lo sé, un "tanto" exagerado.

-Disculpe, creo que vine con un tipo distinto, él era algo "salvaje"- dice en un tono elegante exagerado y burlón.

Ambos nos reímos del chiste y yo sigo su humor.

-Parezco San Patricio con este verde- Digo disgustado.

-Te hubieras puesto el chaleco, tiene más estilo-

-No gracias, pareces el hijo perdido de - Digo mientras veo como su expresión burlona se siente ofendida.

-No me hagas golpearte- dice mientras busca algo en la nevera.

Le recuerdo mientras meto los libros a mi mochila que mi Tío me había enseñado a boxear, en parte fue para intentar que descargara mis actitudes violentas, pero terminó en una suspensión de tres meses, razón principal por la que (según yo entiendo) decidieron darme esta beca.

-Nos dejaron algunas cosas para poder comer, ¿sabes cocinar?- dice mientras cierra la refrigeradora.

-No, ¿tu no sabes?-

Abre mucho sus ojos y hace una cara para aparentar inocencia.

- Siempre había alguien que la hiciera- dice poniendo una sonrisa sarcástica.

Yo suspiro buscando una solución para no perder tiempo.

-Buscaremos como aprender, compramos algo de camino y eso es todo- digo mientras agarro mi mochila para ir saliendo.

Caminamos por el pueblo, algo que parecía simple, pero nos perdimos en algunos intentos, además de que aunque terminamos estando justos de tiempo, Rafael me insistió que pasáramos a comprar comida hasta que cedí y AHORA SI íbamos a llegar tarde.

Corriendo hacia la secundaria veíamos poco a poco como el gran edificio de blanco aparecía, deslumbrados por su tamaño ya que aún siendo un colegio privado era más grande que uno público de nuestros países.

-¿Así serán todos?- dice Rafael jadeando.

-Ya estás en este, ¡conformarte con eso!- dije mientras intentaba jalar a Rafael para que fuera más rápido.

WESTSIDE: Sentencia De MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora