Septiembre: Capitulo 3

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¿Como sabía de mi?, ¿esperaba que yo volviera por mi celular?, creía que podía relajarme por un momento, pero al parecer nadie era confiable y mi peor error fue pensar que si.

El hombre mira detrás de mi, hacia donde estaba mi celular y comienza a esperar que algo suceda, yo trataba de moverme pero la forma en la que me presionó me impedía moverme.

Trataba de forcejear, hasta que él decidió moverme rápidamente a un desnivel en el suelo y ponerme ahí acostado.

Comenzaba a imaginar lo que me esperaba, iba a acabar conmigo antes de que pudiera dejar pistas o algún problema para ellos.

¿Esto era todo?, no pude luchar por seguir viviendo, al contrario terminé por acortar lo poco que me quedaba, estaba dejando muchas cosas detrás, no quería que terminara aún, pero mis vida dependía de sus manos y no había nadie cerca para evitarlo.

Alza su mano lentamente mientras mira a su alrededor, esperaba que metiera su mano en su abrigo y sacara un arma, ya que siendo parte de la policía era de suponer que tuviera una, pero terminó por pasar de largo su abrigo, colocando su dedo en los labios, dándome una señal de silencio.

No entendía por qué, pero mi cuerpo tuvo un hormigueo ya que se relajó involuntariamente al ver que aún no iba a hacerme nada.

Y terminé de sentirme aliviado cuando me dejó de presionar y esperando confianza de mi parte, me ignoró completamente y seguía viendo mi celular.

¿No esperaba que saliera corriendo?, en ese momento me doy cuenta del por qué lo hizo, ya que desde el fondo una persona en traje de fumigación comenzaba a acercarse al sitio.

Así que pude entender la situación al momento, me agache y escondí en el desnivel junto al papá de Rachel y observamos al tipo sin que pudiera vernos.

No pude distinguir quién era el que estaba detrás del traje, pero tenía claras sus intenciones, mientras registraba la zona, logró ver mi celular y en vez de levantarlo, sacó un martillo de una cangurera que traía y comenzó a despedazarlo sin contenerse.

Después de eso, de la misma cangurera, sacó una bolsa de plástico y metió los pedazos ahí dentro, se fijó atentamente que no hubiera nadie por la zona y nosotros bajamos la cabeza para evitar ser descubiertos.

Se quedó unos momentos más y comenzó a alejarse, en cuanto ya no se escuchaba su presencia, nos levantamos y él sin preguntarme, me indicó que lo siguiera.

-Más alla están vigilando, si nos vuelven nos podrían descubrir- dice dándose vuelta.

Nos quedamos callados la mayoría del camino, subimos un poco más por el bosque hasta que llegamos al comienzo de un sendero de montaña donde estaba su auto estacionado.

Él prendió el auto y me abrió la puerta del copiloto, después él se subió y comenzó a manejar mientras comenzaba a hablar:

-Arriesgaste el cuello demasiado, pudieron haberte matado- dice buscando algo entre sus bolsillos.

-¿Que demonios sucede?, c...como usted sabía que iba a estar ahí- digo confuso y alterado.

-Vamos a ir a un restaurante, ya molestamos suficiente a mi hija- dice mientras encuentra una cajetilla de cigarros.

-Bueno... gracias supongo, por evitar que me vieran- digo incómodo.

-Tranquilo chico, te dije que no dudará en llamarme si algo pasaba, pero curiosamente en esta situación estamos en el marco por encima de la ley- dice mientras me vuelve a ver.

-Entonces sabe sobre eso- digo al entender que él también sabe la verdad sobre la policía y la secta.

-Mas o menos, tu me explicaras los detalles- dice cerrando la conversación.

WESTSIDE: Sentencia De MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora