Hay cosas que te hacen perder la razón, a no ser que no tengas ninguna razón que perder
Lessing
Recibió miradas curiosas, otras amables y algunas apáticas.
Megan ya estaba cansada de ser la chica nueva y ser el centro de atención por unos minutos. Ocurría lo mismo una y otra vez: Llegaba, se morían por conocerla, lo hacían, se alejaban, se quedaba sola y de repente, se volvían a mudar. Sería fácil sentirse sola en un lugar permanente, pero tener que soportar la sensación de abandono y rechazo el triple de veces que una persona normal en tan poco tiempo, era más que suficiente para ella.
-¿Cuál es tu nombre? -le preguntó la maestra para que el resto de la clase la conociera. Hasta ella parecía tenerle miedo, tal vez, debido a que los maestros tenían que leer los expedientes de los alumnos, y el de Megan no era una buena señal para ningún docente.
-Megan Horan -refunfuñó. Alcanzó a ver como un chico de la última fila abría los ojos y se tapaba la boca con las manos. Ella fijó su mirada en él y el chico se tornó tan rojo como su cabello.
-Puedes sentarte donde quieras -le señaló la maestra. Megan no apartó sus ojos del chico, y con lentitud, caminó hasta su puesto. Se sentí junto a él y sintió el nerviosismo del muchacho.
-Se supone que el que debe asustar a los chicos para que no se te acerquen, soy yo, no me quites el trabajo, Meg -escuchó de pronto.
Sintió como todo se iluminaba a su alrededor. Su voz hacía que su estómago ardiera en una agradable caricia.
-¿Cómo te llamas? -le preguntó Megan al chico, ignorando la palabras del otro.
-Da-Daniel -respondió con un titubeo. Megan reconoció esa reacción, y sólo sucedía cuando las personas conocían La historia.
-¿Y por qué tan nervioso? Yo no muerdo -le dijo con malicia. Megan aparentaba ser una chica inofensiva, al borde de parecer tan solitaria y depresiva que las personas se alejaban para no sentir pena por ella. Su cabello negro y largo le llegaba hasta la cintura, y ocultaba la mitad de su rostro detrás de éste. Y sus ojos, tan azules como los de sus padres, por más cabello que tuviera, jamás pasaban desapercibidos. A veces su padre, Niall, bromeaba diciendo que Casey era igual cuando iban a la escuela, pero que ella llevaba el cabello corto y usaba kilos de delineador negro. Megan no, no usaba maquillaje, y era tan pálida que no necesitaba usar nada para asustar a las personas en Halloween. Unos vecinos que tuvo cuando se mudaron a la costa Este de Inglaterra, le decían Zombie, porque ellos eran bronceados y ella simplemente parecía un muerto.
Pero a Megan le gustaba ese efecto que producía en las personas, la intimidación injustificada, sin siquiera conocerla sentían pánico de estar a su lado y contagiarse de la locura que siempre rumoreaban que tenía. Por la verdad, es que nadie sabía que tan loca podía estar, y ella controlaba eso a su favor.
-Es que... no quiero sonar grosero, pero tu apellido es... muy parecido al de una familia que... bueno, hace años, esto... -Megan sonrió complacida. Así que su compañero de puesto conocía la historia, la famosa historia del Asesinato de los Horan;
-¿Hablas de esa familia que fue asesinada violentamente hace unos años, de la cual se dice, el asesino era un compañero de clases del único sobreviviente, y que más encima, ya había asesinado a otra chica unos meses antes? -su compañero asintió, asustado de que ella conociera tantos detalles-. ¡Oh, sí! Siempre me lo preguntan cada vez que llego a una nueva escuela, no te sientas mal por decirlo, es normal.
-Bueno, en serio lo siento si te confundí, es que fue una historia muy fuerte, y creo que sigue dando de qué hablar -se excusó él. Megan lo miró otra vez, le gustó su cabello y su mirada esmeralda, pero tenía a otra persona a su lado, a alguien que sólo ella podía ver y que esperaba que hiciera lo correcto en esos momentos. No podía darse el lujo de enfadarlo, o peor aún, de perderlo por querer hacer relaciones de amistad con un chico;
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Dark Dreams
Teen Fiction**SEGUNDA PARTE DE "I Love You" Es de vital importancia que leas "I Love You" para que puedas entender. “Mamá, Liam no está muerto. No, no lo está, tienes que creerme. ¿Por qué todos piensan que él es malo? Liam es bueno, es amable y especial. No t...