One day. (Capítulo Único)

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Habían pasado 5 días desde la última luna llena y Remus Lupin se encontraba en la sala común de Gryffindor, completamente adolorido y con nuevas cicatrices en todo su cuerpo. Su ánimo estaba directamente conectado con su dolor físico, tanto así que con suerte había hablado con sus amigos durante aquellos días, pero esto no lo preocupaba en absoluto. De hecho, mientras más alejado, mejor sería para él. O eso pensó. La razón era tan simple y complicada como lo es ser un adolescente, sobretodo un hombre lobo. Estaba perdidamente enamorado de su mejor amigo: Sirius Black. Lo cual, dentro de la mente de Lupin, era una traición a todo aquello que consideraba moralmente honesto. Odiaba sentirse así, odiaba perderse en sus ojos, odiaba necesitar estar a su lado y odiaba sonreír como idiota cada vez que Black soltaba una broma muy estúpida. Llevaba varios minutos completamente sumergido en un libro cuando James Potter cruzó la puerta de la sala común, para luego sentarse justo en frente de Él.
—¡Hola! Hace mucho que no hablamos, siento que han pasado años. ¿Cómo estás?—
—Hablamos ayer, James. Estoy bien ¿y tú?—
—Genial, no vas a creer lo que me dijo Lily hoy-
Potter comenzó a divagar de tópico en tópico sobre como Lily Evans era el amor de su vida, mientras que Lupin ignoraba olímpicamente toda información dicha. Se concentró, aprovechando el momento, en buscar aquella cabellera negra que lo hacía sentir mariposas en el estómago. Y la encontró. Al lado de una chica muy hermosa. Especialmente juntos. Muy cerca. Remus sintió su cuerpo helarse y la sangre correr con fuerza en sus venas. Lo embargó un amargo dolor que lo hizo poner una mueca de asco en la cara. James lo miró extrañado y dirigió la vista hacia donde se encontraba el problema del licántropo. Sonrió hacia sus adentros, Potter estaba al tanto del enamoramiento de su amigo y lo encontraba bastante divertido, ya que era obvio que ambos chicos se gustaban en demasía. Sin embargo, Lupin parecía estar completamente perdido en el espacio.
—¿Moony? No me estás escuchando—
Remus desvió la mirada rápidamente y la enfocó en su amigo, quién sonreía divertido.
—¿Qué? Ah sí, Lily—
Rodó sus ojos provocando una leve risa proveniente de James.
—¿Se puede saber qué es tan divertido?—
—Tu cara, pareciera que viste un fantasma—
—Estoy cansado, eso es todo—
Los ojos de Lupin demostraban un efervescente dolor por ende James optó a concederle el anhelado silencio que buscaba. Luego de unos minutos, Remus sintió como su amigo se iba de la mesa y lo dejaba solo, nuevamente. No pasó mucho rato hasta que unas pisadas se escucharon cerca del licántropo pero este no levantó la vista de su libro.
—¡Monny! ¿Cómo estás? ¿Quieres chocolate? Traje unos cuantos de la cocina—
Sirius hablaba con cariño mientras rebuscaba en sus bolsillos. Este simple gestó hizo que el corazón de Remus se encogiera, doliendo bastante. Sintió sus ojos aguarse y con mucha fuerza de voluntad cerró el libro de un golpe, causando un leve estruendo a su alrededor.
—Estoy bien, Padfoot. Nos vemos luego—
Dicho esto caminó con rapidez hacia la biblioteca con el fin de devolver el libro y posiblemente llorar en silencio. Hace años que Remus se tragaba su dolor al ver a su mejor amigo coquetear con variadas chicas, muchas de ellas tremendamente hermosas e inteligentes. Muchas de ellas con mayor valor que él. Los pensamientos de Lupin se arremolinaban de forma salvaje provocando que su malhumor y tristeza ascendieran, de forma que no se dió cuenta que alguien lo estaba siguiendo. Al llegar a la biblioteca se encontró con Lily, su mejor amiga, que sabía perfectamente todo lo que ocurría en su vida. La miró con una sonrisa triste y ella lo abrazó, para luego llevarlo a un punto más escondido del lugar, donde podrían hablar con normalidad.
—¿Que pasa, Remus? ¿Te duele algo?—
—Me duele todo, pero lo físico es soportable—
—¿Sirius de nuevo?—
—Siempre, siempre es él—
—Moony, sabes que puedes decirle, estoy casi segura de que es mutuo—
Remus rió amargamente mientras negaba con la cabeza. Se limpió las múltiples lágrimas que caían de sus ojos con un movimiento rápido, provocando un dolor constante en sus brazos y cara.
—No lo es, y si lo fuera sería ridículo. ¿Lo haz visto? Merece a una persona mucho mejor que yo—
—¡No digas eso! No permitiré que hables así de ti mismo, eres genial, amable y muy valiente. Si alguien es merecedor de amor, ese eres tú—
Las palabras de Lily atravesaron a Remus como calmantes y poco a poco dejó de llorar con tanta fuerza. Leves lágrimas caían aún de sus ojos, sin embargo ahora una media sonrisa se plasmaba en su cara.
—¿Porqué no lo practicamos? Imagina que soy Sirius, ¿qué me dirías?—
—Lily esto es inútil, jamás le voy a decir—
—No pierdes nada intentándolo—
Remus suspiró y cerró sus ojos, imaginándose que tenía al pelinegro delante, con una sonrisa cómica en los labios. Al tener la vista privada, no supo que un pelinegro estaba justo detrás de él, expectante de lo que diría y manteniendo una mirada cómplice con la pelirroja, quién sonreía ampliamente.
—Es imposible sacarte de mi cabeza, pienso en 100 cosas y 99 de ellas eres tú. Entiendo que nunca seremos algo y eso está bien, en realidad no pero lo estaré. No me odies por sentir esto, intenté luchar contra ello por años pero es inútil. Es más fuerte que yo. Cada vez que te veo es como si un millón de mariposas se arremolinaran dentro de mi estómago, cada vez que escucho tu risa es como si una felicidad desmesurada recorriera mi cuerpo, cada vez que me hablas es como si fuera la persona más suertuda en el mundo por el simple hecho de tener tu atención, estoy completamente enamorado de ti, Sirius Black—
Remus soltó el aire que sin darse cuenta estaba manteniendo, al abrir los ojos y secarse algunas lágrimas traviesas, se encontró con una sonrisa de suficiencia y este miró a su amiga extrañado. De la nada sintió unos brazos alrededor de su cintura y una cara apoyada en su espalda. Lily rápidamente salió de su campo de visión, desapareciendo entre las grandes estanterías llenas de libros.
—¿En serio sientes eso por mi, Moony?—
—¿Padfoot?—
Remus se dió la vuelta para poder quedar frente a frente con el chico que robaba sus sueños. Estaban separados por pequeños centímetros, sus labios estaban tan cerca que casi podían tocarse y sus frentes estaban completamente pegadas la una a la otra. Los ojos de Sirius se desviaban cada cierto rato a los labios de Lupin y luego volvían a su posición original, provocando que el lobo se sonrojara bastante.
—¿Es cierto? ¿Eso sientes? Repítelo por favor, Moony—
—Y-yo, sí es cierto y lo siento mucho—
—¿Lo sientes? ¿Porqué? Es obvio que también estoy enamorado de ti—
—¿Qué?—
Remus abrió más sus ojos, completamente sorprendido y entendiendo la proximidad que ambos tenían. Black esbozó una pequeña sonrisa antes de preguntarle con la mirada si podía besarlo. Lupin se acercó más, dando a entender que tenía su consentimiento y ambos chicos se fundieron en un anhelado beso. Un beso cargado de felicidad y amor, por sobre todo amor. Las manos de Black descansaban en las mejillas del licántropo, mientras que este tomaba la cintura del pelinegro. Ladearon la cabeza para profundizar el beso, bastante sumergidos en sus propias emociones hasta que el golpe de un libro cayendo sobre una mesa los separó al instante. Irma Pince, la bibliotecaria, los miraba con reproche al mismo tiempo que les indicaba la salida. Ambos chicos soltaron pequeñas risas nerviosas mientras se dirigían a la puerta, tomados de las manos. Una vez fuera se adentraron en un pasillo desierto, parando para volver a mirarse directamente a los ojos.
—¿Cómo supiste dónde estaba?—
—Te seguí y cuando te vi con Lily decidí quedarme—
—¿En serio sientes lo mismo o lo dijiste por cortesía?—
—¿A caso el beso no fue suficiente prueba, Moony? Diablos, tendré que besarte más—
—Definitivamente—
Ambos chicos rieron para luego juntar sus labios nuevamente en un tierno beso, mucho más exploratorio y tranquilo que el anterior.

One day (Wolfstar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora