Helga estaba recostada en su cama, mirando el techo mientras una tormenta de pensamientos cruzaba su mente. Sí, estaba feliz porque Arnold al fin había visto lo especial que era ella, pero la plática con la doctora Bliss le había dejado un sabor amargo. Había algo en esas preguntas que resonaba en lo más profundo de su ser.
HORAS ANTES
—Me da gusto que hayas conseguido eso que tanto deseabas, Helga, pero ¿ahora qué sigue? —preguntó la terapeuta, con un tono suave pero incisivo.
Helga frunció el ceño, sintiendo un leve calor de incomodidad subir por su cuello. No entendía por qué la doctora no podía simplemente alegrarse por ella.
—No sé de qué habla, señora. ¿Qué podría seguir? Sólo ser feliz. —Respondió la niña a la defensiva, cruzando los brazos sobre su pecho, como si ese gesto pudiera protegerla del desasosiego que empezaba a sentir.
La doctora Bliss la miró con una mezcla de compasión y seriedad. Helga le había contado que llevaba casi medio año saliendo con Arnold, la mayor emoción de su vida, y sin embargo, la terapeuta no parecía darle la importancia que merecía. Qué frustrante.
—Helga, eres solo una niña de 11 años. Sí, estás por cumplir 12, pero aún te falta mucho por vivir. Eres una chica lista, lo sé, pero también sabes que hay cosas que debes enfrentar. Tienes que trabajar en ti misma, en la relación con tus padres y tu hermana. Necesitas sanar esas heridas que has estado guardando.
Helga bajó la mirada, sus dedos jugando nerviosamente con el borde de su camiseta. Sabía que la doctora tenía razón, pero esa verdad era una carga que no estaba preparada para soportar. No aún.
—Entonces, ¿qué debería hacer? —preguntó Helga en voz baja, casi susurrando, como si temiera la respuesta.
—Esa es una pregunta que debes responderte tú misma. Quiero que te hagas un autoanálisis. Te voy a dejar de tarea que respondas estas preguntas. —La terapeuta le entregó una pequeña hoja de papel—. Toma nota:
• ¿Quién soy yo?
• ¿Qué me gusta hacer?
• ¿Cuál es mi materia favorita?
• ¿Cuál es mi comida favorita?
• ¿Qué pienso de mí misma?
• ¿Me gusta mi aspecto?
• ¿Me gusta mi vida?
• ¿Necesito algo?
• ¿Necesito a alguien?
• ¿Me enorgullezco de mí misma?
• ¿Debo perdonar?
• ¿Debo pedir perdón?
• ¿Doy demasiado de mí?
• ¿Qué recibo de los demás?Helga tomó la hoja sin decir nada, el lápiz en su mano temblaba ligeramente. Eran preguntas incómodas, demasiado personales, pero no lo suficiente como para ignorarlas.
—¿Tienes alguna duda, Helga? —preguntó la terapeuta, observándola con atención.
—No, creo que no. —Respondió la rubia, aunque su mente estaba en ebullición.
—Nos vemos en una semana, entonces. —La terapeuta la despidió con una sonrisa profesional.
Cuando Helga salió de la consulta, sentía un nudo en el estómago. No era el tipo de tarea que podía completar rápidamente. Sus pensamientos seguían pesados mientras caminaba a casa. Era fin de semana, y ya había terminado la tarea escolar antes de ir con la terapeuta, así que, en teoría, tenía tiempo para cualquier cosa. Pero esa libreta rosa que dejó en su cama parecía gritarle desde el fondo de su mente.
Al llegar a la puerta, su padre la interceptó.
—Oye, Olga, trae cacahuates cuando regreses. Tu hermana va a venir y necesito que todo esté en orden. —Big Bob hablaba sin siquiera mirarla.
—Soy Helga, papá. —Suspiró, extendiendo la mano—. Sólo dame dinero.
—Sí, sí, no importa. —Le tiró un billete de 20 dólares antes de volver la mirada al televisor.
![](https://img.wattpad.com/cover/250058327-288-k13402.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Free
FanfictionHelga estaba feliz, había conseguido ser novia de Arnold, después de encontrar a sus padres en San Lorenzo todo sería diferente