Perdona y se perdonado

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Estoy sentada frente a mi familia, nadie habla y solo los veo espero a que alguno decida hablar
-Helga... yo- dijo Big Bob
-No, espera papi- rodé mis ojos
-Basta de excusas- dije de forma fría y seca
-No son excusas cariño, lo estuvimos hablando cuando te fuiste- dijo Miriam
-Te seré sincero, es difícil para mi verte, tus ojos azules, tu rostro, es igual al de mi madre, extraño mucho a mi madre y verte cada día me hace pensar en qué ella no está, Olga no tiene nada que ver aquí, si, fue una niña mimada, si le puse demasiada atención pero la verdad es que eres igual a mi madre y me duele Helga, desde que naciste vi sus facciones en ti, su forma de ser y amar, perdóname Helga, no debí dejar pasar esto- dijo Big Bob con lágrimas en los ojos, parecía que se le iba el aliento.
-Hermanita bebé, yo si fui celosa, desde el momento que te trajeron noté el amor con el que papi te veía, era admirable cómo estaba orgulloso de verte, tuve que sobresalir tanto para que no me quitaran tu atención, todavía siento celos de ti, eres inteligente, segura y fuerte, a tu corta edad lograste tener el amor puro de un hombre, tienes unos bellos ojos azules, los míos no son tan intensos, creo que darte dinero era parte de mi culpa- esto fue un balde de agua fría, Olga, la perfecta Olga estaba celosa de mi, es algo que nunca vi venir y de cierta forma me sentí mal por ella.
-Cariño, yo no tengo excusa, sé que he sido mala madre, he sido negligente y sé que tengo un problema grave, quise justificarme contigo, pero la verdad es que no, simplemente no he sido feliz y mi refugio ha sido el alcohol, lo que ha hecho que te descuide a ti y descuide a Olga, si, me arrepiento, pero tenemos aquí un problema con el que han cargado todos ustedes, no sé cómo me han soportado todo este tiempo- mis lágrimas no podían detenerse
-Pero siempre estás al pendiente de Olga, cada que viene haces todo por estar con ella y servirle- dije con un nudo en la garganta
-No ha sido así hermanita, fíjate y esa ha sido siempre una excusa para que Mama use alcohol sin tener que esconderse, yo lo sabía y te deje aquí- ok mi confusión y emociones estaban a tope.
-Cómo podemos compensar todo este tiempo perdido hija?- preguntó Bob
-No pueden, no es que simplemente perdone toda mi vida de la nada, necesito tiempo y necesito que pongan todos de su parte, no quiero que de pronto me abracen o me den atención, quiero que me tomen en cuenta y piensen en mi un poco, soy un ser humano que vale la pena, mírenme, no lo parece, porque estoy en los huesos, necesito amor y atención, pero no puedo aceptarlo de un día para otro- grité
-Podemos hacer terapia familiar- dijo Miriam
-Si! Así podríamos resolver no sólo este núcleo familiar si no también nuestros problemas personales, mamá, podrías tratar de dejar el alcohol- dijo Olga con semblante algo dramático
-Que dices Bob? Suena bien no?- le pregunté
-La verdad odio la situación de ir con el loquero, pero de acuerdo, lo haré por ti- dijo Big Bob nervioso, lo que hizo que mis ojos se cristalizaran un poco
- Bueno, también quería pedirte un favor Bob, yo sé que es raro en mi, pero quiero cambiar mi imagen y para eso necesito dinero...- No terminé de hablar cuando Olga intervino
-Si!! Podemos hacerte un cambio de look tan impresionante, quedarás más bella de lo que eres...- la interrumpí
-Gracias Olga, pero ya arreglé eso con Rhonda y Phoebe, sólo necesito la plata- renegué
-te daré el dinero, 2000 dólares para empezar, pero será bueno que también convivas con tu hermana, todos tenemos que poner de nuestra parte y si todos vamos a ceder, tendrás que ceder en qué puedes perdonarnos y conocernos, esta es una oportunidad para que crezca una relación entre ambas Olga, digo Helga, que dices?- dijo Big Bob firmemente
-De acuerdo Bob, acepto, comenzaremos mañana, Olga, quedé con las chicas en el centro comercial a las 10, espero que estes a tiempo, ahora iré a dormir- me despedí y subí a mi habitación.
Realmente me sentía emocionada, pensaba en qué haría a mi cabello, qué ropa compraría y de qué color, los zapatos, todo en mi cabeza daba vueltas, de pronto la puerta de mi habitación se abrió y entró Olga.
-Hermanita bebé, Helga, antes de que te duermas, quiero decirte dos cosas, una, quiero pedirte perdón por todo, por mi actitud y por hacerte sentir celos con Lila, la verdad la escogí por dos razones, una, ella no tiene a nadie, realmente es pobre y sólo vive con su padre, yo sé que estabas sintiendo soledad tú también, pero date cuenta, tienes más de tu lado que ella y dos quería que te dieras cuenta que me querías, quería saber que si yo estaba conviviendo con otra chica tú querrías estar conmigo, pero tienes ese orgullo característico Pataki, de nuestro padre. Bueno la razón dos, compré este teléfono para ti antes de venir, quería que fuera una sorpresa para comunicarnos más al irme de nuevo, y también para que te comuniques con tus amigos, el pequeño Arnold no ha parado de buscarte, puedes llamarle, es un buen chico y se ve que realmente te quiere, felicidades hermanita, es raro encontrar algo así a tu corta edad.

Mis ojos se cristalizaron porque mi siguiente decisión era precisamente terminar mi relación con Arnold, era algo que guardaba para mi, lo estaba meditando pero creo que era un hecho que iba a hacerlo, la razón, tenía que conocerme sin que Arnold fuera mi prioridad en la vida.
Abracé a Olga y lloramos un poco juntas, tomó mi barbilla y miró mis ojos.
-Si, tus ojos son preciosos- mencionó, al momento que escuché eso un sollozo salió de mi garganta, volví a acurrucarme con ella hasta quedarnos dormidas, si, también me tocaba poner de mi parte.

Despertamos a la mañana siguiente, nos miramos y sonreímos.
-Bueno hermanita bebé, es hora, arréglate para ir al centro comercial, haré lo mismo para salir de aquí en dos horas- se levanto y salió de la habitación.
Me levanté y me vi al espejo, era un poco más feliz, y eso se notaba en mi rostro, al menos era un poco más radiante. Caminé a mi armario para buscar algo que ponerme que me agradara un poco más, tomé unos jeans y una playera rosa, sencillo pero no importaba, todo iba a cambiar, tomé una caja y comencé a poner todo lo que iba a tirar, mis viejos vestidos rosas, mis zapatillas blancas, ropa con moños y flores, unicornios y aves, todos se fueron, estaba haciendo espacio para mi nueva vida, al final en mi tocador estaba mi listón rosa, esperando como mi rutina diaria, lo tomé en mis manos y lo analicé, fue un poco más duro de dejar ir pero al final se fue a la caja. Tomé una ducha rápida y me vestí, Olga ya me esperaba en el auto, me ofreció un emparedado de jalea con mantequilla de maní que devoré en menos de un minuto, Olga dio una media sonrisa y volteó hacia otro lado, parecía que quería llorar.

Llegamos al centro comercial y ya estaban Phoebe y Rhonda esperando por nosotras.
-Helga! Por fin llegaste, tengo una lista de tiendas a las que podemos pasar, haremos un look impresionante para mañana en la escuela y te irás con un guardarropas espectacular para primavera y verano
Me sentía emocionada, recorrimos tantas tiendas, guess, UCB, levis, bershka, springfield, Zara, Pepe jeans, banana republic, sfera, náutica, calvin klein, pasamos por algunas de lujo solo para ver accesorios, Prada, Gucci, Carolina Herrera y más, me enamoré de los vestidos de Monique Lhuillier, algún día usaría alguno, pero eran más para eventos especiales, nada casual, llegamos también a tiendas deportivas, ellas sabían que amaba hacer deporte, entonces también compré como loca en Nike y Adidas, llevábamos muchísimas bolsas, todas cargábamos algo, obviamente las invité a comer algo, estábamos agotadas.
-Chicas, esto si que fue una mañana productiva- dijo Rhonda
-Y lo que nos falta- mencionó Phoebe
-¿Qué? Más tiendas? Van a matarme niñas
-Claro que si hermanita, sigue lo más importante, cuidado de piel y cambio de look.
-Por eso, ya compramos todo esto- repliqué
-Aún falta, tú déjate llevar- dijo Rhonda

Llegamos al salón de belleza y al parecer ya nos estaban esperando, Rhonda los saludó como una vieja amiga, nos guiaron a unas sillas y comenzaron a hacernos un tratamiento con cremas y mascarillas en el rostro, ya sabían que iban a hacer exactamente. Incluso pusieron una lámpara especial, el rostro se sentía fresco y limpio.
Pasamos con la estilista y ellas ya no se sentaron, se dedicaron a verme, me depilaron las cejas, fue doloroso, lavaron y cortaron mi cabello, me pusieron un tratamiento, lo secaron y peinaron, al final me enseñaron a mi misma en el espejo, no quería llorar pero a la persona que estaba frente a mi no podía reconocerla, era tan diferente, era hermosa, nunca había pensado verme así, parecía una it girl, aunque odie esa situación de niña, ahora me daba risa. Estaba feliz, me gustaba, vi a mis amigas y al parecer pensaban igual
-Eres preciosa hermanita- dijo Olga con los ojos cristalinos
-Bellísima- mencionaba Phoebe emocionada
-Eres bella y no tienes ni gota de maquillaje encima Pataki- decía Rhonda contemplándome
Bien chicas, vámonos, prepararemos tu look para el lunes, Arnold quedará impresionado.

Paré en seco, no quería hablar de Arnold porque sabía lo que ahora pasaría, creo que tendré que ser sincera con las chicas al llegar a casa.

Ya en casa me encontré con una sorpresa, Big Bob había mandado remodelar mi habitación, era totalmente blanca con muebles marmoleados y cortinas y cobijas rosas, tenía estantes nuevos, librero nuevo, escritorio y un gran espejo con muchas luces, las cortinas tenían detalles de lunas y estrellas, era un encanto. La cama era nueva y con un cómodo colchón, todo era Perfecto, quería llorar de la emoción, miré a Big Bob y me veía asombrado, admirándome
-Si tienes mucha luz Helga- dijo Big Bob, acto seguido lo abracé, - no fue solo mi idea, Miriam escogió los muebles en línea, ayer en la noche los escogió y mando traerlos hoy mismo, fue algo exigente- Miriam apreció por detrás y me miró asombrada.
-Volvió a llamar Arnold cariño, ha estado buscándote, ya habla con él- salió de la habitación directo sobre baño, noté que estaba triste
-¿qué sucede con mamá?- pregunté a Big Bob
-Está luchando con sus propios demonios hija, tendremos que ser fuertes- todo miramos al vacío pasillo por el que Miriam salió

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