Capítulo 3

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-Sígueme contando Thomas ¿Qué pasó después? -Preguntó impaciente la psicóloga después de ver que seguía viendo un punto fijo de la habitación en completo silencio.

-¿Qué pasó después?-Repitió insistentemente sin obtener respuesta alguna.

-Jmmm... Al parecer vas a pasar un buen tiempo aquí-Dijo esta vez con tono acusador y se preparó para salir de la habitación.

-Está bien. Le seguiré contando- Respondí finalmente y con un tono algo desconcertante.

Pero no contesta, sólo sonríe pícaramente. Ahora que tengo el control de la conversación no me dejara seguir. Lo sé.

-¡Buenas Noches!-Me contesta y sale de la habitación dejandome con las palabras entre los labios.

Me quedo pensativo ante lo que acaba de suceder, no sé qué es lo quieren de mí; no estoy loco, de eso estoy seguro.

Pasan unos veinte minutos cuando apagan las luces y es entonces cuando sé que tengo que dormir. Eso me tranquiliza un poco. Al menos en mis sueños podré encontrarla y decirle cuánto lo lamento y así poder pasar lo que me resta de la noche en una aparente tranquilidad.

...

Han pasado ya 2 semanas desde que me internaron en este lugar. Cada día es peor que el anterior.

Me sumo en una absoluta melancolía escuchando los gritos provenientes de las habitaciones vecinas sabiendo que no puedo hacer nada para amortiguar su dolor ni tampoco para suavizar el mío.

Me pierdo en mis pensamientos recordando hechos, lugares y conversaciones. Cambiando los escenarios, las acciones y palabras por unas que hubieran sido adecuadas para el momento. Pero no todo es tan fácil como se lo imagina. No se puede cambiar el pasado.

No me tomo las pastillas que me traen a diario ni salgo al salón principal los días que me dejan salir.

No me quiero contagiar de lo enfermo de este lugar, aunque siento que la soledad me puede llevar a otra clase de locura.

Me amarás cuando me mueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora