1. Reconocer

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-¿Algún día le piensas decir lo que sientes por ella?- decía un hombre de cabello blanco al tiempo que entraba por la ventana de una de las habitaciones del hospital de Konoha.

-Jiraiya-sama, ¿qué hace aquí?- preguntaba un combaleciente y sorprendido sujeto de cabellos platinados.

-Pues, vine a ver cómo seguias después de la misión que tuviste con Naruto. Y también quise traerte esto...- el sanin le mostraba un libro de pastas naranjas. -... para que tu estancia aquí no sea tan tediosa.

-Gracias. Por su visita y por el obsequio.

-Descuida...-el afamado sanin caminó lentamente cerca de la cama de Kakashi; le entregó el libro y dió media vuelta para poder ver por la ventana. -y bien...

-¿Qué pasa?-preguntó Kakashi.

-No has respondido mi pregunta ¿algún día confesarás tus sentimientos?

-No sé a qué se refiere.- el peliplateado que se encontraba sentado en la cama del hospital bajaba la mirada para consentrarla en las sabanas blancas que le cubrian las piernas.

-¿Sabes? Al viajar por el mundo uno se da cuenta de muchas cosas, y bueno; yo, al hacer las investigaciones para mis libros debo tomar muy en cuenta las reacciones de las personas con las que me cruzo; observar qué situación es la que estan atravesando y poder inspirarme a escribir. Así aprendí a diferenciar las reacciones ante una decepción amorosa, una perdida, una atracción... un... enamoramiento... y bueno este último tiene una constante, no importa el lugar o la persona... la reacción, el brillo en la mirada siempre es el mismo y se presenta sin duda en el momento en el que se ve al ser amado.

-¿A dónde quiere llegar con esto Jiraiya-sama?

-Esta vida te ha quitado mucho, Kakashi, yo soy testigo de ello; por eso mismo te digo que ya es tiempo de que dejes tu pasado y tus miedos atrás y busques tu felicidad.

-No es tan fácil...

-Lo sé, nada en esta vida lo es... pero tampoco es imposible.

Kakashi no respondió, dejó su mirada fija en las sabanas que lo cubrían. Jiraiya se dió cuenta de que está enamorado de ella, de una mujer prohibida y peor aún... una cuyo corazón ya tiene dueño desde hace mucho tiempo.

-Sé lo que estás pensando, que quiza ella es... cómo decirlo... ¿"un fruto prohibido"? Por la gran diferencia de edad ¿no? -el hombre que se encontraba de pie giró para poderlo ver y él solo mantenía la cabeza baja así que continuó.-... pero dejame decirte algo, la edad es lo de menos cuando de verdad se ama. Ella ya no es una niña; es verdad, aún no termina de florecer, pero estoy seguro que es lo suficientemente madura para saber tomar decisiones...

-Ella ama a alguién más...-lo interrumpió.

-Lo sé, sé que esta "enamorada" de Sasuke pero... en realidad solo ama el recuerdo de lo que él solía ser; no lo ha visto desde aquella noche, tal vez imagina que sigue siendo el mismo, pero creeme que no será así el día que se reencuentren; lo sé porque conozco a Orochimaru... él te puede manipular a su antojo y bueno... Sasuke... desafortunadamente es bastante manipulable. Ella necesita sentir lo que es amar de verdad y ser amada por alguién. Solo así se dará cuenta que eso que siente por el Uchiha no es amor.

-Yo no soy bueno en esas cosas, sensei. Además... tengo miedo que si le confiezo lo que siento por ella termine alejandola... eso es lo que menos quiero... prefiero amarla en secreto y seguir cerca para protegerla que solo verla a la distancia y saber que ya nada volverá a ser como hasta ahora.

-No cometas el mismo error que yo, muchacho... por un tiempo te parecerá que fue la mejor decisión pero creeme que no la es. A veces quisiera que Tsunade me vea con el mismo sentimiento con el que yo la veo... quisiera ser yo el dueño de su corazón, desearía que me hubiese dado la oportunidad de sanar sus heridas... esas que no se ven pero que se llevan en lo más profundo... cada que la veo me duele no estar todo el tiempo con ella, amanecer a su lado, respirar su aroma y embriagarme con sus besos... por eso mismo también es que me voy; porque en ocasiones... estar a su lado solamente como su amigo... es una agonia.-Decir lo que sentía no era fácil pero el tenerle un gran aprecio lo hizo confesarle el dolor de no estar a lado de la única mujer a la que ha amado. -... tú aún estás a tiempo, Kakashi.-dicho esto, el hombre salió por la misma ventana por la que unos momentos antes había entrado.

Las palabras de uno de los hombres que más respetaba le hacían eco. "Aún estás a tiempo". Tal vez así era pero... la verdad era que tenía miedo perderla como cada persona que él ha querido en su vida, su padre, su sensei, Obito, Rin... todas esas personas tenían algo en común: habían compartido el cariño, el amor que él había sentido por ellos y ese era el problema... su amor tal vez es una maldición... una que termina con la vida de ellos. No. No quería tener esos pensamientos, pero al mismo tiempo no podía evitarlo y eso hacía que se alejara de los que lo rodean.

-Ya regrese, ¿Todo bien sensei?

Una dulce voz lo sacó de su ensimismamiento, esa voz que siempre es música para sus oidos.

-Sí, Sakura, todo bien.

-Me alegra, Tsunade-sama dice que debería estar por lo menos un par de semanas más aquí, pero si todo sigue como hasta ahora tal vez sea menos tiempo.

-Pues si tú serás mi enfermera... el tiempo pasará rápido

Sakura no pudo evitar sonrojarse, no esperaba esa respuesta. Aunque podía imaginarse por qué la queria a ella y no a alguien más; su sensei en los últimos meses ha estado con más frecuencia en el hospital de lo que él desea admitir, ella lo sabía porque en los pasillos encontraba enfermeras que se debatian por ir a atenderlo, Sakura pasaba y le parecía muy divertido, Kakashi era algo así como una celebridad y no podía evitar sentirse afortunada de ser su alumna. También sabe que a su sensei la actitud de las enfermeras le fastidia y lo estresa, no había una que no le coqueteara a tal grado de llegar a ser demasiado empalagosa; por eso mismo hace poco terminó por pedirle autorización a Tsunade para que cuando uno de los integrantes de su equipo llegué a estar en el hospital ella sea la única encargada de ellos para evitarles molestias en un lugar dónde se supone deben descansar y la Hokage aceptó.

-Me halaga que me quiera como su enfermera personal pero...

-Siempre hay un pero.

-Sí, lo lamento, veo que aún no le han dicho de la nueva misión.

-¿Irás al puente?

-Sí.

-Pero el equipo no está completo.

-Tsunade-sama va a asignarnos a dos integrantes más. Aunque todavia no sabemos de quién se trata.

-Ya veo.

-Pero en cuanto regrese y si aún sigue aquí le prometo que yo misma me encargaré de su cuidado.-le dijo la chica al tiempo que se encaminaba a la puerta de la habitación, dió media vuelta solamente para dedicarle una tierna sonrisa; una de esas que siempre le han encantado y que guarda muy bien en un lugar muy especial: en su mente y su corazón. -lo veré después sensei. -fue lo último que dijo y se marchó cerrando la puerta trás de si.

-Cuidate.-musitó.

Era más que una palabra, era una petición, una exigencia a gritos. No quería que se fuera; sabía que Naruto la protegería pero no era suficiente. ¿Y si él no podía hacerlo? ¿y si sus dos nuevos compañeros no la cuidaban? ¿y si le pasaba algo? y si... No. Ella es fuerte, no necesita protección, es solo él que siempre ha querido mantener su promesa de no permitir que sus camaradas caigan en batalla. Estará bien, él confía en ella y en su capacidad, no hace mucho se dió cuenta de lo que es capaz de hacer; derrotar a un Akatsuki no es tarea sencilla y ella lo hizo; el mismo enemigo reconoció su poder.

-... Sakura... cuánto has crecido...

♡♡♡♡♡♡♡♡♡


Hola.
Bueno esta es la primera vez que escribo una historia.
Espero que les guste, me encantaría saber su opinión: si les gusta, si no, si debo mejorar en algo. Las actualizaciones serán cada semana.

Por ahora es todo. Sean felices y nunca dejen de sonreir. Bye, bye beautiful.🤗

Tal Vez es Momento (KakaSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora