Introduccion:

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INTRODUCCIÓN:

Esta historia comenzó, como muchas otras, gracias a algo horrible que ocurro en la vida de Eric y Alice. Dicen que cuando Dios cierra una puerta abre una ventana, y por esa ventana era por la cual Eric y Alice querían escapar. Una serie de hechos espantosos había atormentado sus vidas lo suficiente para desear vivir otras vidas distintas a la suya incluso si el final de aquellas era el mismo.

Alice, con solo dieciocho años de edad, quedo huérfana. Sus padres y su hermana, de dos años mayor, habían muerto cuando un grupo de ladrones entró a robar al negocio de música y libros que su padre tenia. Alice aun no comprendía la necesidad que los ladrones tuvieron de asesinar a su familia y tenía la sospecha de nunca comprenderlo.

La vida de Eric era distinta, sus padres y hermanos estaban vivos y lo apoyaban que su carrera de ser escritor, uno de los más reconocidos. Pero en el medio de su búsqueda implacable por el éxito se entera que posee una horrible enfermedad terminal, cáncer. Quiso intentarlo, si que quiso, pero al pasar la mayor parte de su tiempo de adolescencia en el hospital se dio por vencido. Es estúpido decir que esta mal rendirse, todas las personas lo hacen, seguido. Morir para Eric era, en ese momento, la mas placentera cura para su triste realidad y eso era algo que la familia aun no lograba comprender. Ahora con veintitrés años Eric dejo el tratamiento y comenzó a buscar la felicidad en la lectura y escritura, tal como un escritor y poeta de su talla hubiera hecho. 

Alice aun recuerda la vez que fue a visitar a sus padres al cementerio, con veintidós años aun lo recuerda como su hubiese sido ayer. La muerte de sus padres le había afectado tanto que no había dejado su casa por meses tratando de buscar en su mente el por qué de tan terrible sufrimiento. ¿Había pecado? ¿Había hecho algo mal en la vida para que Dios la castigara de esa forma?. Pero sin encontrar respuesta alguna se vio obligada a ir a verlos. Verlos en sentido a figurado. Alice había comprado rosas para su hermana y su madre, de las favoritas de las dos, pero a su padre, a su tan apreciado y querido padre le dejo dentro de una bella caja de madera con candado un ejemplar de Alicia en el país de las maravillas, el libro favorito de su padre.

Esteban, el padre de Alice, era un obsesivo por los libros, tal era su obsesión que tenia un cuarto absolutamente repleto de libros que Alice aun conservaba. No era de esperar que el nombre Alice viniera de uno de sus libros favoritos ni que el nombre Clarke, su hermana, viniera de uno de los libros "nuevos" de los cuales el se había sentido realmente atraído al leerlo. Lo irónico era que Alice siempre odio leer, le parecía aburrido y cansador pero su padre no se agotaba de leerle todas las noches distintos libros tratando desesperadamente de que su hija le encuentre algún sentido importante e inspirador a lectura.

La literatura, para su padre, era el modo de escapar de los problemas existenciales de su vida, trabajo, deudas, rutina, cuentas, gente vestida de la misma manera y por sobre todo saber que nunca llegaría a ser mejor que su jefe. Esteban llegaba a su casa, cenaba y se introducía en aquellos libros de textos que le mostraban que la vida podía ser mejor, o interesante solo si le ponía esmero. 

Alice amaba a su padre con el alma pero nunca entendió aquello, nunca entendió el hecho de sentarse y tomar un libro de texto, hubiera preferido dormir en aquellas horas que su padre se quedaba leyendo. Lo había visto incluso hasta las cinco de la mañana un día de semana que luego tendría que ir a trabajar a las siete. Lo había visto leer en la cena, desayuno, merienda, y almuerzo. En la playa, parques o en Wendy´s y siempre se preguntaba que de importancia tenían esos libros para él... por qué, para qué y desde cuándo había empezado con ese habito... preguntas que quedaron sin responder.

Eric había pasado su adolescencia en el hospital, con solo trece años iba al colegio cuando se sentía bien y por lo tanto no consiguió muchos amigos. Solo dos, Marcus y Pete. dos chicos muy parecidos a Él, Marcus tenía trece años y sufría leucemia y Pete tenía su misma edad y sufría de esquizofrenia, estaba medicado y lo habían descubierto desde los diez años. Aún no había llegado a mayores pero todos sabían que pronto lo haría. Eric odiaba la lectura, nunca había leído un libro en su vida pero cuando su madrina, la cual no había visto hace años, le llevo El Psicoanalista mientras él estaba en el hospital supo que aquello era lo suyo. A los dos días lo termino y le pidió a su madre que le traiga su computadora. Entonces todo comenzó, mientras hacia la quimioterapia observo a una pareja junto a su hijo con cáncer y las historias comenzaron a aparecer en su cabeza incansablemente. Mientras se bañaba, mientras comía, mientras jugaba, su mente trabajaba siempre para originarle una grandiosa idea suya.

Entonces su carrera comenzó, se lo dijo a su familia. Su hermano mayor, Alec, trabajaba en una editorial y dijo que cuando el tenga alguna historia terminada debía mostrársela pero Eric no encontraba ninguna historia digna para publicar en un libro y ser reconocida en el mundo, hasta ahora.

La tarde en la que se conocieron Eric había ido a la biblioteca a leer un poco de su libro favorito El psicoanalista. Aquel libro tenía algo especial en él, además de haber sido el primero que había leído, las dudas y mismas preguntas sobre el loco que le enviaba cartas al psicoanalista siempre eran las mismas a pesar y de ya conocer las respuestas no podía evitar sentir aquella incertidumbre propia de un lector emocionado y que había comprendido el sentido del libro.

Estaba Totalmente concentrado en la lectura o eso pretendía el momento en el que una chica de cabellos negros, rodete y pelo despeinado entro a la biblioteca. Instantáneamente, como si el destino buscara juntarlos, Eric elevo su cabeza para, inconscientemente, prestar atención a la conversación que aquella muchacha tenía con el bibliotecario.

"Hola, busco un libro." murmuró la chica un poco nerviosa. El bibliotecario rió.

"Es una biblioteca" respondió y ella resoplresoploó.

"Si lo sé, se trata sobre un tipo, que es amenazado por otro" dijo y el bibliotecario la miró.

"Deberías ser mas especifica, dulzura."

"Creo que es el psicoanalista" habló Eric y ella se volteó a verme.

"Si es exactamente ese." dijo. "¿Lo tiene?" le preguntó al bibliotecario, él asintió y señaló el libro que tenia Eric en sus manos. "Oh bueno, ¿crees tardar mucho en leerlo?"

"Tres días." contestó.

"Eso es imposible."

"¿Planeas apostar?" contestó. "¿Qué te parece si nos juntamos mañana a las cuatro de la tarde aquí y lo leemos juntos?" ella sonrió.

"¿Por qué diría que no?" Oh Eric encontraba muchas respuestas a esa pregunta pero prefirió el silencio, como todos los días de su vida, el maldito, destructor e incomodo silencio."

Fifty Lives Together.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora