One night stand (Volkabo) (CANCELADA)

¿Friends?

Los ojos bicolores del chico de cresta analizaban al ruso que se encontraba sentado frente a el otra vez. El ruso tenía su cara escondida sobre sus brazos que estaban cruzados sobre aquel viejo escritorio que se encontraba en su despacho, su tristeza y arrepentimiento podían ser vistos desde kilómetros.

"Pero vamos a ver, tío" Suspiró su amigo "¿Qué coño te pasa, Viktor?" 

El peli-blanco ni siquiera levanto su cabeza, solo soltó un ruido ahogado como forma de respuesta, algo que podría ser transcrito como "hmph" 

"Obvio que te pasa algo, por favor habla conmigo" Pidió Horacio mientras se acercaba un poco posando su mano sobre el hombro tenso del otro.

"No se que tengo Horacio" Soltó por fin el ruso. 

"Pero si ayer estabas emocionado por tu cita, perraco" Recordó el de cresta haciendo que el otro solo soltara un largo suspiro lleno de, lo que se podría interpretar como, dolor.

"Ya se; pero-" Levantó su cara dejando que solo se vieran sus ojos azules, así el otro no podría ver como se encontraba atacando su pobre labio inferior por los nervios que le daba hablar sobre ese tema con aquel chico.

"Pero..."

"Creo que arruiné todo Horacio" Separó la vista dejando que sus ojos danzaran alrededor del despacho con arrepentimiento. 

"A ver, ruso ¿Qué cojones ha pasado?" Horacio cruzó su pierna derecha, posándola sobre la izquierda al igual que se cruzo de brazos, dando lugar a la pose que Horacio solía reconocer como la 'pose sentado serio'

"Ayer básicamente terminamos con todo" Suspiró Volkov.

"¿Cómo que terminaron? pero si ni tenían nada tu y el EMS ese" Pensó en voz alta el otro posando su mano derecha sobre su mentón.

"Ya se que no teníamos nada pero, creo que ya no vamos ni a vernos" Comentó con tristeza mientras el otro le miraba pensativo.

"A ver, espera; pero ayer todo estaba bien ¿no?"

"Sí, bueno, eso creía"

"Entonces ¿Qué cambió?"

"Nada, pero por fin pasó lo que debía pasar" Sus ojos volvieron a ver directamente a los de Horacio "o eso dijo el"

"Siento que me estoy perdiendo de algo aquí, Volkov"

"Vale, nunca tuvimos ninguna cita como tal" Admitió nervioso.

"Espera, ¿entonces eras un acosador? pero, Viktor, tu eres mejor que eso" Exclamo mientras le apuntaba con el dedo índice de una manera acusatoria.

"¡No!" Se defendió el ruso "Nosotros.... nosotros tuvimos una"

"Dios, ¿Te enamoraste de alguien con quien tuviste una One Night Stand?" Preguntó sacando a Viktor de sus pensamientos.

"¿Una qué?"

"One Night Stand, o sea que solo tuvieron un revolcón y eso era todo" Volkov se tornó de un color que podría ser rival de el tomate más rojo del planeta "¿¡Volkov?!" 

El llamado solamente cubrió su cara en sus antebrazos nuevamente haciendo que el otro se empezara a reír fuertemente llamando la atención de otros policías que se encontraban cerca de aquel despacho, policías que sonrieron con ternura al ver a aquella 'pareja'.

"¡Te enamoraste de ese EMS!" Rio Horacio mientras el otro solamente le gritaba que se callara y que le dejara en paz "Pero si eso ya ni yo lo hago, Volkov. Me podré enamorar de mi superior o de un chico que me hable bonito; pero no del hombre con el que tuve un revolcón de una noche"

"Que yo soy nuevo en esto, Horacio" Se quejó en un tono medio, no quería que toda la malla se enterara sobre su error "Estoy consiente de que esto es un error que solo un chico adolescente cometería; pero no sé que me pasó, hombre"

"Joder, esto es todo un caso, Viktor"  Suspiró el de cresta mientras le veía atentamente.

Fue allí cuando notó el arrepentimiento que parecía caer del cuerpo del ruso, un arrepentimiento que solo vio en el aquella tarde en la isla donde murió Torrente. Una pequeña y nostálgica sonrisa se posó sobre sus labios y posó una mano sobre la cabeza del ruso haciendo que este le volteara a ver.

"No has fallado, Viktor" Sonrió mientras empezaba a mover su mano haciendo que una sensación materna recorriera el cuerpo del otro quien rápidamente se acomodó para recibir más mimos del otro.

"No se que hacer, Horacio"

"Esto es lo que vas a hacer" Dejó su mano caer y se levantó de la silla "Como tu superior te ordeno a salir temprano del trabajo y tener una noche de ver animes en tu departamento conmigo" Volkov simplemente le miro algo asombrado por el cambio de actitud que el otro tuvo, parece ser que Horacio solo necesitaba poner sus manos sobre sus caderas para sentirse completamente seguro de si mismo.

"Pero, la malla-"

"Me importan tres cojones la malla" Interrumpió Horacio "Soy tu superior y debes acatar mis órdenes"

"Vale, vale" Suspiró Volkov levantándose de su asiento con lentitud y agarrando su chaqueta negra, volteo a ver al otro que se encontraba en su celular, seguramente escribiendo otro tweet.

"¿Ya nos vamos?" Preguntó Horacio levantando su vista de su teléfono con una pequeña sonrisa traviesa.

"Vámonos" Contestó Viktor mientras dejaba que el otro se adelantara y le abriera la puerta del despacho como todo el caballero que era.

Viktor sonrió mientras caminaba al lado del de menor altura y cruzaban aquella nueva comisaría que parecía mas bien un laberinto, un laberinto lleno de gente que murmuraba sobre aquellos dos amigos y como harían o hacen una pareja perfecta. 

Ni Horacio ni Volkov eran torpes, sabían que se encontraban hablando de ellos y a Horacio no podía importarle menos, pero sabía como se llegaba a incomodar Viktor por aquellos susurros por lo cual les regalaba una mirada fría y grosera a todos aquellos que cotilleaban cerca del dúo, todos aquellos que se veían intimidados por la mirada tan fría de aquel hombre que normalmente era todo lo contrario.

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Aquel departamento se encontraba en un silencio tan cálido y cómodo, un silencio que no era completo ya que de fondo se podían escuchar las voces de distintos personajes de aquel anime que Horacio y Viktor solían ver en ocasiones como aquella. 

Aunque aquella serie era una de las favoritas del ruso, este no tardó mucho en quedarse completamente dormido sobre el regazo de su mejor amigo, toda la noche anterior no había podido conciliar el sueño, además, siempre ha comentado que aquellos mimos que el otro daba eran hechizos de sueño sobre las otras personas y ver a unos cuantos hombres hacer patinaje artístico con música bastante tranquila de fondo no ayudaba con su problema.

A Horacio no le importaba que su amigo se encontrara dormido sobre si mismo, al contrario, le agradaba saber que el otro tenía la confianza de hacer ese tipo de cosas con el; Viktor era una persona que no solía darle confianza a otros, más después de todo lo que pasó; pero, saber que aquel ruso le tenía suficiente confianza como para quedarse dormido sobre el solo hacía que su corazón latiera rápidamente con felicidad.

Ver a aquel hombre descansando tan plácidamente sobre sus piernas, no pudo evitar sentir como viejos sentimientos hacia el otro resurgían de aquel cajón que tenía tan escondido; pero sabía que no podía hacer nada por ello, después de todo, no era su culpa tener sentimientos por aquel oficial ¿Cierto?

Además, no pensaba actuar sobre sus sentimientos, sabía que el otro no compartía su sentir ni sus pensamientos por lo cual decidió quedarse callado y admirar la obra de arte que tenía frente a si mismo.

Fue en ese momento que Horacio declaró una guerra silenciosa sobre aquel hombre que había hecho sufrir tanto a su amigo ¿Cómo podía alguien hacerle eso a aquel ruso tan adorable? 

Lo que Horacio no sabía era que aquel hombre se encontraba encerrado en su propio departamento con unas pastillas sobre la palma de su mano pensando en su hermano y en aquel ruso que tanto le había afectado en estos últimos días.