- Siento mucho no poder llevaros, chicas, pero es que tengo mucho lío en el despacho y me quedaré a comer allí. Ya he pedido el favor para poder acompañaros a la clínica y...
- No te preocupes – la interrumpió Amelia – ya has hecho bastante, de verdad.
- Y nos ha quedado claro lo del autobús así que sin problema.
- Bueno... pues mañana nos vemos.
Eran las 12 del mediodía así que aún les quedaban un par de horas hasta la comida con Andrea y Carlos. Volvieron al hostal y Luisita aprovechó para llamar a sus padres, suponiendo que a esas horas estarían en el bar.
- Bar El Asturiano, dígame.
- Papá, soy Luisita.
- ¡Luisita! ¿Cómo vais por allí?
- Bien, ya estamos instaladas en el hostal y Sandra nos está ayudando mucho.
- Qué bien, tu madre ya estaba preocupada porque no llamabais.
- Es que hemos estado toda la mañana en la clínica, que hemos ido a informarnos.
- ¿Y todo bien?
- Sí, mañana tenemos que volver para que me hagan pruebas y empezar con el tratamiento.
- Me alegro mucho, hija. ¿Tú estás bien?
- Sí, papá, no te preocupes.
- ¿Seguro?
- Seguro.
- Bueno... pues me dejas más tranquilo. ¿Está por ahí Amelia? que la salude.
- Mi padre, que quiere hablar contigo – le dijo a Amelia, con el auricular en la mano.
- ¿Marcelino?
- Hola yerna, ya me ha dicho Luisita que estáis estupendamente.
- Estamos teniendo mucha suerte, sí.
- Lo que os merecéis, que ya habéis pasado mucho...
- A ver si nos dura la racha.
- Seguro que sí. Oye, Amelia, lo que comentamos el otro día de mi hija...
- Está todo bajo control.
- Que ya sabes cómo es...
- Sí, sí, tu tranquilo Marcelino que yo me ocupo de todo.
- Muchas gracias.
- No tienes que darlas, si yo soy la primera que quiere que todo esté bien. Bueno, te paso con Luisita para que sigáis con vuestras cosas, ¿vale?
- Claro, un abrazo yerna.
- Un abrazo, adiós, adiós. – y le pasó el teléfono de nuevo a su mujer – voy al baño – dijo en voz baja, por si se escuchaba algo al otro lado de la línea.
- ¿Papá?
- Aquí sigo, hija.
- ¿Estabais hablando de mí?
- ¿Nosotros? En absoluto, ¿por qué dices eso?
- Porque os conozco, y tu tono me lo confirma.
- Le he comentado un poco así por encima la pretemporada del Atleti, lo que solemos hacer normalmente, vamos.
- Papá...
Manolita salió de la cocina y al ver a Marcelino al teléfono le hizo un gesto, preguntando quién era.
- Es Luisita – dijo separándose un poco del auricular.
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ENTRE MADRID Y MANCHESTER
Romantik¿Cómo fue el último día de Luisita y Amelia en Madrid? ¿Cómo fue su vida desde el momento que pisaron Manchester? ¿Cómo vivieron el proceso de la fecundación in vitro? ¿Qué dificultades se encontraron a lo largo del camino? ¿Consiguieron ser felice...