Mizuki; una joven muchacha que vive junto a sus padres en las profundidades de la montaña.
Toda su vida se ha encargado de vender los productos que cosecha con su familia, para ello cruza el oscuro bosque cada mañana y noche.
Hasta que en uno de sus...
Unos cuantos días pasaron para ambas partes en una extraña normalidad. Mientras que el grupo de pilares y cazadores desarrollaban su plan de viaje para recorrer algunos lugares en los cuales sospechaban pudiesen encontran a aquel demonio, este último pasaba sus días con Mizuki a su lado sumergidos en esa, hasta ahora, irrompible búrbuja.
- Entiendo que la ira te guie en todo momento, todos entendemos que la muchacha era importante para ti. Pero, ella no ha sido la única víctima en manos de un demonio, cada vez tenemos más bajas, y no hemos ido uno por uno cazando al demonio culpable solo por cobrar venganza.
Iguro Obanai escupió esas palabras con cierto pesar, pues en verdad comprendía el dolor de su compañero. Pero, dentro de sí temía que el chico de corto humor se perdiera demasiado en búsqueda de una venganza que podría quizás nunca llegar.
- Matarlo no la traera de regreso-añadió el pelinegro clavando sus ojos sobre el pilar del viento-. Pero, sí quieres calmar tu corazón entonces mejor ve por la cabeza de su líder. Sabes bien que sí acabamos con él ya no nos tendremos que preocupar nuevamente por los demonios.
Muichirou Tokito que observaba la discusión entre ambos pilares asintió en silencio sin prestarle demasiada atención al tema, pues a ratos olvidaba de quién hablaban tanto sus compañeros.
Sanemi chasqueó su lengua por quinta vez durante el día, había propuesto un plan "demasiado directo y fuera de lugar"", al menos, eso fue lo que sus compañeros acusaron al escucharlo hablar.
- No podemos abandonar a las personas que nos necesitan. Sanemi, a todos nos llegó su muerte, y vivir con ello es una tarea que se desarrolla de forma distinta en cada uno de nuestros corazones. Pero, te necesito aquí, con nosotros, con tu hermano.
Fue el mayor, el patrón de cabellos negros quien sentenció aquella corta reunión.
Sin poder agregar nada más, todos los pilares se marcharon. Mientras que, el pilar del viento fue retenido por su mayor.
- Quiero hablar contigo de algo importante, Sanemi-dijo el patrón con su voz suave atrayendo la atención del nombrado.
El joven pilar asintió en silencio y volvió a tomar asiento en el lugar en que se encontraba justo hace unos minutos.
- Creo que será mejor para ti que tomes un descanso de todo esto. Te quedaras en tu residencia por unos días hasta que vivas tu duelo.
Sus palabras libres de todo malestar llegaron a los oídos de su menor como un balde de agua fría, Sanemi por primera vez en su vida levantó la mirada de forma brusca clavando sus aterrados ojos en la mirada cálida del mayor.
- Oyakata-sama...por favor, no me pida algo imposible-dijo apenas el pilar con la voz hecha un lío, su pecho estaba siendo invadido de extrañas y molestas sensaciones, un temor helado se clavó en su espalda.
Está siendo retenido, endulzando aquellas palabras con una falsa preocupación.
Al menos, esa es la creencia del muchacho al ver como no tenía el apoyo del mayor ni de sus compañeros.
Pero, de forma tan impecable y cariñosa, el pelinegro logró notar las preocupaciones del muchacho y hacia donde se estaban acarreando sus emociones. Antes de que el corazón de Sanemi siguiera ahogandose en esas sensaciones obscuras, el mayor llevó una de sus manos hasta el hombro del pilar para luego regalarle una sonrisa sincera.
- Ya perdimos a Mizuki-comenzó a hablar el pelinegro cuidando sus palabras-. Pero, ahora nosotros no te queremos perder a ti. Por favor, cuidate primero, luego tendremos el tiempo suficiente para acabar con todos ellos. Tienes mi palabra.
Sanemi sintió arder los bordes de sus ojos, pero calmó su propio pesar para asentir despacio frente a su mayor.
Tras ello, el joven regresó en silencio hasta su residencia. Aunque las ideas de escapar y acabar con todos con sus propias manos sí era necesario para llegar hasta el cuello de ese demonio se pasearon por su cabeza un sin fin de veces. Aún así, alejó esas interesantes ideas para escuchar al patrón una vez más.
Después de todo, podría aprovechar este tiempo para entrenar y poder ser aún más fuerte.
Su odio a los demonios se alimenta cada vez con mayor facilidad, ellos mismos que le han arrebatado todo, todo aquello que alguna vez ha considerado su familia.
- ¡Hermano!
El tono alegre de su hermano menor le bañó con una incomparable paz que parecía no querer volver a él durante los últimos días. Le regaló una sonriss corta mientras alzaba su mano para saludar a Genya quien le esperaba en la entrada de su residencia.
Aún tiene algo que proteger, ya no puede seguir siendo tan egoísta y ajeno con su propia sangre.
Muy lejos de allí, Mizuki cuidaba de su delicado jardín personal bajo el tierno sol. Los rayos llegaban a su piel con sumo cuidado, como sí temieran dañar una piel tan suave y delicada. Por otra parte, una mirada amorosa la observaba desde el interior refugiado entre las sombras, el pecho de Douma se sentía conquilloso cada vez que observaba a la muchacha hacer sus cosas tan concentrada, enfocada y dedicada en su trabajo.
Tras terminar de sacar las hojas muertas, sacudió sus manos para luego tomar las herramientas y volver al lugar que se ha convertido en su hogar junto al rubio.
Entró cerrando la puerta tras de sí soltando un suspiro liviano, llevó su antebrazo para secar las pequeñas gotas de sudor que caían por su frente tras las horas de labor.
Pero, antes de que pudiese dar un paso más, su andar fue detenido por unos firmes y seguros brazos que la rodearon desde la cintura.
- Bienvenida-murmuró Douma con una sonrisa en sus labios, Mizuki sonrió de vuelta hechizada por el gesto amoroso del joven frente a ella.
- ¿Me extrañaste?-preguntó ella de forma coqueta, Douma asintió repetidas veces mientras hacia un puchero dejandose ver aún más adorable.
Aquella imagen del demonio solo provocaba que el corazón de Mizuki se derritiera aún más, su pecho cada vez sentía que podría explotar en cualquier momento al ver este lado tan dulce del rubio, ya comenzaba a olvidar todo pesar que amargaba de forma traicionera su fugaz tranquilidad.
Y, claro. Sería aún más fugaz sí tan solo supiese o sospechara que no son solo cazadores y pilares quienes estan bajo los pasos de su amado.
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Holaaa! Al fin volví♡
Fueron unos días algo dificiles -emocionalmente hablando- para mí, y les agradezco por toda la comprensión y lindas palabras de apoyo♡
Así que, finalmente volví inspirada para actualizarles♡
Espero les haya gustado ♡~
Desde ahora en adelante las cosas ya no serán tan calmadas.
