CAPITULO OCHO A CONSTRUIR

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Fueron seis meses de puro trabajo, Emilio trabajaba con los viajes largo que tomaban tres o hasta cuatro días en ir al destino y volver a la agencia de fletes para poder descansar un día, y volver a salir para otro destino.

En esos seis meses Camila trabajaba dos horas más después de su horario habitual, llegaba a su casa muy cansada, pero se ponía a jugar con Tomy hasta que la madre preparaba la cena, solo un día a la semana Emilio cenaba con la familia.

Los días que Emilio tenia libre lo pasaba con Camila y Tomy, porque él no tenía familia, vivía con una tía que lo crio de chico, porque los padres murieron cuando él tenía doce años, a partir de ahí el y su hermano mayor fueron a vivir con su tía, ahora su hermano mayor está casado y vive en otra provincia.

Estos seis meses la madre de Camila llevaba y buscaba de la escuela a Tomy, él está llenodo a una escuela especial.

Mientras tanto el padre de Camila limpiaba y trataba de arreglar la pieza con lo que podía.

Pasaron seis meses y pudieron juntar el dinero para los materiales.

Además, en el trabajo de Camila tuvieron una reunión fuera de lo laboral para entregarle el dinero juntado por todos los compañeros.

Con el dinero ahorrado y el regalo de los compañeros ferroviarios, tenían para comprar los materiales y les sobraba para hacer una pequeña fiesta de casamiento.

-Jefe, muchas gracias por la mano que me ha dado, dando trabajos para poder comprar los materiales, ahora quiero pedirle tener más tiempo libre para poder reparar y construir la pieza en la que nos mudaremos con mi novia.

Camila también agradeció a jefe y volvió a su horario normal.

Llego el momento de encargar y comprar todos los materiales en la tienda de materiales, donde se lo entregarían un día jueves.

Emilio arreglo con todos los colaboradores del club, donde eran bastante hasta algunos eran los mismos jugadores de futbol del club Trapo Verde

Los colaboradores que fueron a la casa el viernes, eran como unas veinticinco personas, a medida que iban llegando Tomy les regalaba un abraso inmenso a cada uno de ellos –es el mejor pago que me han dado por un trabajo – decían los colaboradores amigos de Emilio.

Empezaron a trabajar junto al colaborador Tomy, el también quera trabajar.

Se le acercaron a Tomy siete hombres y le dijeron –me comentaron que vos jugas muy bien al futbol.

-Trae la pelota que hacemos un partido, nosotros somos los jugadores de Trapo Verde

Tomy apenas escucho que ellos eran jugadores de verdad, a los que él veía desde la tribuna, los volvió a abrasar, salió corriendo a buscar la pelota, y volvió con su pelota de trapo.

Empezaron a jugar.

-Jugas re bien al futbol, pateas fuerte

Tomy se reía, corría más rápido, pateaba la pelota y gritaba goooool cuando le dejaban hacer un gol.

-Presi, venga por favor –llama al presidente del club que él también era un colaborador, uno de los jugadores que esta con Tomy-

-Presi, que le parece si a tomy lo presentamos con el equipo el próximo sábado y juegue con nosotros unos minutos.

-¿Qué juegue en el partido?

-Si, somos una categoría barrial, si se ponen de acuerdo entre ustedes, los dirigentes, lo van a dejar jugar solo un minuto, para él, sería como tocar el cielo, piénselo – le decían al presidente del club-

YO, SOY EL MEJOR JUGAGADOR DE FUTBOL, DE TODO EL MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora