ᴄʜᴇʀʀʏ ᴍʏꜱᴛᴇʀɪᴇꜱ

Capítulo 5: Las escaleras Misaki Parte 2

Autora POV

Incluso si Hanako había advertido que irían a la frontera, Sakura no podía evitar sorprenderse ante la imagen que tenían frente a ellos. Sin duda parecía un mundo completamente distinto.

El cielo nocturno se alzaba sobre ellos, mientras que una gran escalera que no parecía tener fin se extendía frente a ellos. Múltiples arcos torii y puertas yacían situadas a lo largo del camino. Varias piezas de mueblería y objetos que podían ser catalogados como "cachivaches" estaban desparramados por todo el lugar, Sakura también podía notar que había varias muñecas similares entre sí, todas poseían el kanji correspondiente al número "dos" en sus rostros. Otro detalle del cual pudo percatarse la pelirrosa, es que las escaleras parecían estar rodeadas de agua, dándole más sentido a las palabras de Kou cuando este se había referido a la frontera como "el gran mar que conectaba la vida con la muerte".

La ojijade observó todo con gran curiosidad, ocasionalmente preguntándose si lo que veía era real o tal vez todo era un sueño. Se sobresaltó un poco cuando, al acercarse demasiado a un mueble, una pequeña linterna se movió y detrás de esta emergió la cabeza de un mokke.

— ¿Quieres una? —preguntó la criatura rosada con su adorable voz, mientras que le ofrecía la linterna a la joven.

— U-Uhm... Gracias... —tartamudeó la chica mientras aceptaba la amabilidad del pequeño espíritu. Tras agarrar la linterna, se volteó para observar a Hanako. — Entonces... ¿Está es la frontera?

— En efecto, estamos en el inframundo. —afirmó el pelinegro. — Los alumnos desaparecidos deben estar aquí en alguna parte. Sin embargo, no puedo garantizar que estén bien. —añadió antes de empezar a avanzar por las escaleras. Sakura y Kou no perdieron tiempo en seguirlo.

La pelirrosa observaba todo con gran curiosidad, mientras que el rubio mantenía su guardia en alto en todo momento, aferrándose a su reliquia familiar. Incluso si Hanako había sellado el cetro, no iba a dejar de llevarlo consigo.

Pasaron varios minutos caminando antes de que el joven exorcista decidiese romper el silencio.

— ¡Hey, Hanako! —llamó al espíritu que iba a unos metros por delante de ellos. El séptimo misterio se volteó a verlo con curiosidad. — ¡No hay nada aquí! Pensé que algo intentaría despedazarnos cuando entrásemos a la frontera. —señaló haciendo referencia a los rumores que rodeaban al segundo misterio.

— No lo harían de inmediato ¿Dónde está la diversión en terminar todo antes de siquiera empezar? —inquirió Hanako como si lo que estuviese diciendo fuese lo más lógico del mundo. — Eliminarlos de a poco, tan lentamente... ¡Esa es la parte divertida! —bromeó.

— Estás enfermo... —murmuró Kou sin poder creer lo que oía.

— Bueno, sí... —dijo Hanako volteándose para enfrentarse a los humanos por completo. — Somos los siete misterios escolares... Como los siete pilares que gobiernan a los supernaturales de esta escuela, necesitamos ser conocidos por tanta gente sea posible. Es por eso que asustamos a las personas. —explicó. — Piénsenlo un momento: Criaturas adorables que hacen cosas buenas... o monstruos aterradores que cometen actos terribles...

— El miedo perdura por más tiempo en la memoria... —murmuró Sakura comprendiendo el punto que el fantasma intentaba plantear.

El pelinegro parpadeó sorprendido ante la interrupción de la chica, pero pronto una sonrisa se instaló en su rostro. En verdad había algo bastante interesante en Sakura.

— Exactamente. —Hanako le dio la razón. — Sin embargo, esta vez número dos ha ido demasiad lejos. Tenemos que ponerle un alto a esta insensatez de inmediato. —afirmó el espíritu.