"Compensa tú abandono..."

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~*Narrador Común*~

Los rayos de luz solar atravesaban con fuerza la ventana de aquella habitación, aquella habitación que había sido testigo de los sucesos de aquella misma madrugada, aquella habitación dónde una voluptuosa mujer peli-azul se enredaba cada vez más en las finas sábanas blancas con detalles en color salmón, con cada vuelta que daba, con cada manotazo que daba contra el lugar a su lado, el cual estaba completamente vacío.

Inspiró suavemente el oxígeno de aquél lugar y lo expiró bruscamente, giró su cabeza hacia su lugar contrario e, inevitablemente, recordó todas y cada una de las acciones en aquella cama, acarició suavemente dicho lugar y suspiró.

Cuánto había anhelado un dulce despertar con el saiyajin...

Intentando impedir otro pensamiento acerca de él, se levantó de la cama pesarosamente y caminó lentamente hacia el cuarto de baño sin arrepentirse de nada.

No, ella no se arrepentía absolutamente de nada...

Se introdujo en la ducha y mientras, con el jabón, acariciaba su suave y fina piel, no podía evitar recordar las caricias y los besos que le había infundido el saiyajin en todo su voluptuoso cuerpo.
Al finalizar vistió con un fino vestido blanco, ceñido a su piel hasta la cintura, lugar abrazado por un fino cinturón de color negro, donde el vestido comenzaba a ser más holgado, y unos tacones color negro haciendo juego con el pequeño cinturón.

Cabe destacar que el vestido llegaba tan sólo a tres dedos por arriba de sus rodillas.
Dejó su exótico cabello suelto y se maquilló naturalmente.

Se dispuso a ir a desayunar, se planteó en su cabeza que no permitiría que el abandono de Vegeta le arruinara el día, ni mucho menos su aspecto.

~*Narra Bulma*~

Al bajar me encontré con el escenario de todas las mañanas: la mesa de la cocina (donde, por lo general, se servía el desayuno) con mi padre leyendo el periódico a un lado y mi madre sirviendo el desayuno al otro.

Sin embargo, me inquietó el hecho de que Vegeta se encontrara ahí, no quería que nadie mencionara nada de lo de ayer.

Mi madre y yo nos encargábamos de servir el desayuno, ya que habíamos reducido de lleno la servidumbre, desde haber sufrido varios interrogatorios incómodos acerca de nuestros inventos y de las personas que se acercaban allí, por parte de los mismos.

-¡Buenos días!- saludé en general intentando disimular mi estado actual.

-¡Buenos días, querida!- respondieron mis padres al unísono.

Divisé a Vegeta por el rabillo del ojo y pude jurar que él me miraba descaradamente los muslos que se asomaban a través de la tela del vestido.

Me posicioné frente a la mesada y me preparé un café.

Al finalizar tomé asiento al lado de Vegeta.

El tan sólo se limitó a mirarme de reojo y sonreír de lado, acto seguido, continuó tomando su desayuno tranquilamente, eso era extraño.

-¿Cómo la pasaron anoche?- se atrevió a preguntar mi mamá.

Sin dudas fue el momento más vergonzoso de mi vida y me ahogué con el café sin siquiera poder responder, giré a ver a Vegeta el cual me sonreía burlonamente.

-¿A qué te refieres?- disimulé tartamudeando.

-¡Pues a los "sonidos" que oí anoche cuando me levanté a tomar un vaso de agua! Curiosamente la habitación del joven Vegeta estaba vacía, ¡¿acaso son novios?!- preguntó, ansiosa ella.

Lazos del Destino [Vegeta & Bulma] COMPLETADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora