~*Narrador común*~
-¿Cómo?- musitó Vegeta-. ¿Qué dices?-. Subió el tono de voz y sostuvo a Bulma de los hombros.
-V... Vegeta...- tartamudeó Bulma, sus ojos se cristalizaron.
Vegeta soltó a Bulma de pronto, suspiró y miró directo a sus ojos azules cual zafiro.
"Calma...", pensó.
-Así es, tú estás embarazada- hizo una breve pausa-, tú-. Inquirió y se fue.
Y Bulma sintió que su corazón se destrozaba en ese mismo instante.
Pero, ¿qué sentido tenía aquello? Si era sabido que Vegeta no sería el padre perfecto de televisión.
"Las hormonas", pensó. Y no, no tenía excusa.
Era una mujer como cualquier otra, una mujer rechazada junto con su hijo por el hombre que amaba, ¿por qué imponer torpes excusas si era obvia la realidad? Si estaba sola en el mundo, si no significaba nada en la vida de Vegeta.
Pero lo amaba tanto...
Y lloró nuevamente, porque ya no había un "Vegeta y Bulma" que suspirar, ya no había un romance que recalcar, quedaba... ¿nada? No, su pequeño guerrero o su dulce princesa, la vida que llevaba en su interior, las lágrimas que derramó por el/ella en tan sólo unas horas.
Se abrió la puerta.
Dejó ver a los futuros abuelos y a un hombre de unos 30 años, de tez blanca y mejillas coloradas.
-Ella es Bulma- habló la madre-. Bulma, él es el doctor Sanoru.
-Encantada- susurró Bulma, pero no lo estaba. ¿Qué clase de persona cuerda entra a la habitación de alguien que sufre una crisis?
-Igualmente- sonrió, pero su sonrisa no llegaba a sus ojos-. Dr. Briefs, Sra. Briefs... necesito que se retiren, por favor.
Ellos asintieron y salieron de la habitación.
El doctor se sentó.
-Bueno, Bulma, creo que ambos sabemos porque estoy aquí- rió muy levemente.
-Sí- respondió con simpleza.
-¿Lo sabe desde hoy, o...?
-¿Qué clase de pregunta es esa? Oiga, con todo el respeto del mundo, le quiero pedir que se retire. Fue un error que lo llamaran- admitió sin una pizca de gracia en sus palabras.
-Pero... srta. Briefs, usted está...
-Embarazada, así es. Pero ahora mismo necesito pensar, y no puedo con alguien haciéndome preguntas absurdas. Mañana pasaré por su consultorio si quiere y si es realmente necesario, por el momento debo aclarar mi mente, ¿sí?
-Bueno, si usted así lo prefiere...
-Sí, así es- sonrió forzadamente, con el tono de una adolescente caprichosa. Entonces lo guió hasta la puerta de su habitación, lo despidió y cerró la puerta con seguro, cerciorándose de no dejar nada abierto, exceptuando el ventanal que daba al balcón.
Fue al baño y se dispuso a tomar una ducha, se sentía sucia y pesada.
Al finalizar, vistió un camisón de seda negro con escote de encaje.Se recostó en su cama y tomó el test de embarazo, lo miró fijamente y cayó rendida con el objeto presionado en el pecho.
-
Vegeta se encontraba sumido en sus pensamientos, "descendencia", pensó y sonrió, pero... "¡He mezclado mi valiosa sangre de saiyajin con la asquerosa sangre terrícola!", y se reprendió una y otra vez, por caer en la redes de una bruja con una raza tan despreciable, odiaba a los humanos, odiaba a Kakarotto y, por sobretodo eso, odiaba a la maldita dueña de sus pensamientos. Se sentía frustrado por no poder quitársela de la mente, por haber hecho lo que quería hacer con ella y sin embargo no haberse saciado de su cuerpo aún.
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Lazos del Destino [Vegeta & Bulma] COMPLETADO
Hayran KurguUna pequeña historia acerca de los sucesos que ocurren en la Corporación Cápsula durante la estadía de Vegeta en la misma, narrado a partir de las primeras cercanías de esta pareja.