Dinero, Poder, Traición y..... ¿Paraguas?

Capítulo 2: Conflictos caseros y la partida repentina.

Markus regresó a su casa. Pensando acerca de la oferta de Tenbold-Tec.

―Buenas Markus ¿Cómo ha sido su día?

―Acalorado

―Pues vaya a bañarse y ni se le ocurra sentarse en la cama con esa ropa.

―No me hables con registro formal, que no soy vuestro empleado.

―VE A BAÑARTE Y CÁLLATE!!!!

Ya podéis ver de qué va la mano. Era cuestión de un poco de tiempo antes de que empezaran los problemas entre Markus y su madre Agnes Lee de Pumbleton (Viuda de Eugene Pumbleton).

―MARKUS!!! VENGA AQUÍ AHORA MISMO!. ―La madre de Markus se puso en "modo pantera"

―¿Y ahora que es lo que pasa?

―Mire esto. ―Dice en tono enojado mientras le muestra un trapo.

―¿Un trapo?

―Claro que es un trapo pedazo de estúpido. Mire cómo está de sucio, ¿No ha limpiado los muebles?

―No lo he hecho.

―Cerdo mugroso, puerco marrano. Que le guste vivir entre el polvo y los bichos no significa que yo tenga que soportar la mugre. No veo las horas de que se vaya a vivir a otra casa, así vive entre la mugre como le gusta.

―¿Sabes qué? Tengo la solución. Así ya no tengo que soportarte la chifladera. ―A Markus se le acabó la paciencia.

―¿Cómo?

―Me largo de aquí. Conseguí una oferta de trabajo lejos de tus locuras.

―¿Adonde crees que te vas?

―Lejos de tí, eso lo tengo seguro.

Markus no tardó ni 1 día en responder al ofrecimiento del señor McCloud.

―¿Bertrand McCloud?

―Sí, ¿Quién habla?

―Markus Pumbleton.

―Señor Pumbleton, ¿Acepta?

―Si, ya, ahora mismo, no aguanto más.

―¿Qué tal si me espera en El Parque de los Tulipanes? Y en un rato voy a buscarlo.

―Perfecto.

A Agnes se le pasó el enojo de golpe.

―¿Con quién hablabas?. ―Intrigada por las llamadas raras, Agnes le pregunta a Markus. ―¿Qué estás haciendo Markus?

―¿Pues no lo veis? Guardo ropa en esta maleta. ―Dice Markus en un tono impropio de él.

―¿Y esa actitud? Bájame el tono porque si no te irá mal.

―Me has tratado peor que esto.

―¿A dónde vais?

―A Minechstein.

―No te dejarán entrar.

―De eso me ocupo yo y Bertrand McCloud.

―¿Quién es ese?

―El sujeto que me ofreció el trabajo.

―¿Qué trabajo?

―Hoy apareció un sujeto buscándome y ofreciéndome empleo y ciudadanía en Minechstein.

―No se le ocurra irse.

―No se me ocurre, me largo y en breves va a tener noticias mías.

―No.